Loading...
Larger font
Smaller font
Copy
Print
Contents
Sermones Escogidos Tomo 2 - Contents
  • Results
  • Related
  • Featured
No results found for: "".
  • Weighted Relevancy
  • Content Sequence
  • Relevancy
  • Earliest First
  • Latest First
    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents

    36—Creciendo en la gracia

    HOY HE DORMIDO hasta las tres y media de la mañana. Durante la noche a menudo despierto en algunos momento en los que mi alma se eleva de continuo a Dios en oración. Es entonces cuando disfruto mis mejores momentos de comunión con Dios, porque en la noche es cuando él siempre parece estar muy cerca de mí, guiándome.SE2 345.1

    Tenemos el privilegio de recibir fuerzas de parte del Señor y de estar forjando caracteres para nuestra traslación al cielo y a las mansiones que está preparando para nosotros. Deberíamos estar permanentemente agradecidos por el poder de lo alto que se nos ha prometido. Cristo fue «la luz verdadera que alumbra a todo hombre venía a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por medio de él; pero el mundo no lo conoció. A lo suyo vino,SE2 345.2

    _______________

    Manuscrito 11, 1906. Redactado en el Sanatorio, California, el 27 de noviembre del 1905. pero los suyos no lo recibieron. Mas a todos los que lo recibieron, a quienes creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. Estos no nacieron de sangre, ni por voluntad de carne, ni por voluntad de varón, sino de Dios. Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros lleno de gracia y de verdad; y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre” [Juan 1: 9-14].

    ¿Por qué no preparamos nuestros corazones para apropiarnos de la promesa y que mediante la obra del Espíritu Santo recibir a Cristo como un poder permanente para que sea nuestra suficiencia, nuestra fuerza reconocida para mantener nuestra fortaleza, y para que podamos revelar a amigos y enemigos que hemos estado en Cristo? Todos tenemos el privilegio de ejercer una influencia individual, como alguien que ha recibido a Cristo y cree en él.SE2 346.1

    Mis queridos hermanos y hermanas, entreguen por completo su mente y alma al Señor. Descansen en los brazos de su compasivo Salvador. No necesitan correr de aquí para allá para obtener descanso de las presiones humanas. Cristo está cerca de ustedes, invitándolos: «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga” [Mat. 11: 28-30].SE2 346.2

    Que nadie oiga que salen de los labios de ustedes palabras de quejas o de crítica. El Señor no nos ha colocado a ninguno de nosotros en un estrado de juez. Sencillamente acudan a Jesús. Echen las cargas de ustedes a sus pies. «Yo os recibiré y os haré descansar”, declara él.SE2 346.3

    Ustedes tienen una batalla que librar, e igualmente la tenemos todos. Podemos hacer mucho más difícil dicha batalla si nos alejamos de Cristo y del yugo que él nos pide, que cada uno llevemos. ¿Acaso no dice la verdad cuando dice: «mi yugo es fácil»? Si nos fabricamos yugos para nosotros mismos, como muchos lo hacen, los encontraremos en extremo irritantes; pero si tomamos el yugo que Cristo ha preparado para nosotros, y nos volvemos mansos y humildes de corazón, el yo se esconderá con Cristo en Dios. Esa es la posición correcta en la que hemos de situarnos.SE2 346.4

    Un seguidor de Jesús se abstiene de acumular sobre sí cargas y responsabilidades que no podrá llevar; cargas que abatirán sus energías vitales y que no proporcionan descanso. Ni eso ni nada parecido es lo que Cristo nos pide. Debemos recibirlo, creer en él y revelar su carácter; demostrando mediante nuestra experiencia religiosa que hemos nacido de Dios. En ese caso tendremos corazones saludables al nacer de nuevo no «de sangre, ni por voluntad de carne, ni por voluntad de varón, sino de Dios». El poder nos llegará al recibir a Jesucristo. «Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros lleno de gracia y de verdad y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre”.SE2 346.5

    El Señor tiene determinado el final de los engañadores. El advirtió a sus discípulos que se mantuvieran bien despiertos respecto a las señales de los tiempos. En lugar de revelarles acontecimientos que habrían servido para despertar su curiosidad respecto a asuntos que no estaban preparados para asimilar, o para discutir con provecho, él les impartió instrucciones definidas concernientes a lo que debían hacer con el fin de estar preparados para los acontecimientos que sobrevendrían. Esas instrucciones que les dio a sus discípulos han llegado hasta nuestros tiempos, a través de los siglos. Las advertencias que encontramos re-gistradas en los escritos sagrados respecto a los peligros que siempre acecharían a la iglesia cristiana, pertenecen a un pueblo que está especialmente preocupado por todo ello. Cristo predijo que la aparición de los engañadores implicaría más peligro para sus discípulos que la misma persecución.SE2 347.1

    Dicha advertencia se repite varias veces. Iban a tener que cuidarse más de los seductores, y de sus propuestas científicas que de cualesquiera otros peligros con los que les tocaría enfrentarse. La aparición de esos espíritus seductores anunciaría la entrada de errores doctrinales que Satanás ha preparado astutamente con el fin de nublar la percepción espiritual de aquellos que han tenido poca experiencia con la obra del Espíritu Santo; así como la de quienes se satisfacen con un limitado conocimiento espiritual.SE2 347.2

    El esfuerzo de los seductores ha estado dirigido a socavar la confianza en la verdad de Dios, haciendo imposible que se diferencie la verdad del error. Se han planteado dilemas científicos muy atractivos y sofisticados que se les han propuesto a los incautos, y a menos que los creyentes estén atentos el enemigo disfrazado de ángel de luz los llevará por sendas de error.SE2 347.3

    El Salvador predijo que en los últimos días aparecerían falsos profetas tratando de llevar a los discípulos en pos de ellos. También dijo que aquellos que se mantengan fieles a la verdad manifestada en el libro de Apocalipsis en este tiempo de peligro, enfrentarán errores doctrinales tan sutiles que si fuera posible engañarían aún a los escogidos.SE2 347.4

    Dios hará que prevalezca toda creencia verdadera. Satanás puede empeñarse astutamente en el juego de la vida con muchas almas, y actúa en una forma engañosa y artera para menoscabar la fe del pueblo de Dios y para desanimarlo. El enemigo obtendrá una gran victoria cuando los hombres que ocupan puestos de responsabilidad permitan que los sofismas de Satanás los descarríen, como a muchos les sucede. Él actúa hoy, como lo hizo en el cielo, para dividir al pueblo de Dios en esta última etapa de la historia terrenal. Intenta crear disensiones y suscitar contiendas y conflictos para eliminar si fuera posible los hitos antiguos de la verdad confiada al pueblo de Dios. Incluso intenta que todos crean que el Señor se contradice.SE2 347.5

    Cuando Satanás aparezca como un ángel de luz atrapará a las almas en su lazo, engañándolas. Algunos hombres que afirman haber sido instruidos por Dios adoptarán teorías seductoras, y en sus doctrinas adornarán dichas teorías para introducir sofismas satánicos. De ese modo Satanás será presentado como un ángel de luz y tendrá la oportunidad de introducir sus atractivas fábulas.SE2 348.1

    Habrá que enfrentarse a esos falsos profetas, que harán todo lo posible para engañar a muchos llevándolos a aceptar falsas teorías. Muchos textos bíblicos serán aplicados incorrectamente, de manera que las teorías engañosas aparentarán estar apoyadas en las palabras pronunciadas por Dios. Verdades preciosas serán utilizadas para apoyar y confirmar errores. Esos falsos profetas, que afirman haber sido instruidos por Dios, tomarán preciosos textos, que nos han sido dados para adornar la verdad, y los utilizarán como un manto de justicia para cubrir teorías falsas y peligrosas. Incluso, algunos que en el pasado han sido apreciados por el Señor, se apartarán de la verdad, al punto de apoyar doctrinas engañosas respecto a muchos aspectos de la verdad, incluyendo el tema del santuario.SE2 348.2

    Algunos hablan de «principios” que motivan el servicio de ellos y de sus enseñanzas; pero no demuestran ni ni de palabra ni con hechos, a través de su integridad o de integridad, que sus corazones hayan sido transformados la acción de la gracia. No están recibiendo la saludable luz de vida y gracia de Cristo, mediante la cual se realizan profundas impresiones sobre la mente, y uno permite que se pueda ir pareciendo cada vez más a Cristo. Algunos de los que afirman seguir «principios” bien definidos se desempeñan y hablan como mundanos inconversos. A ellos se les repiten una y otra vez las palabras de Cristo: «Conozco tus obras”. Ese es el mensaje enviado a la iglesia de Éfeso.SE2 348.3

    «El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que camina en medio de los siete candelabros de oro, dice esto: “Yo conozco tus obras, tu arduo trabajo y tu perseverancia, y que no puedes soportar a los malos, has probado a los que se dicen ser apóstoles y no lo son, y los has hallado mentirosos. Has sufrido, has sido perseverante, has trabajado arduamente por amor de mi nombre y no has desmayado. Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, arrepiéntete y haz las primeras obras, pues si no te arrepientes, pronto vendré a ti y quitaré tu candelabro de su lugar”» [Apoc. 2:1-5].SE2 348.4

    En este texto se resumen las condiciones para ser aceptados por Dios. La primera experiencia de la iglesia de Éfeso los llevó a realizar buenas obras. Dios se agrada cuando su iglesia refleja la luz del cielo, revelando el espíritu de Cristo en ternura y compasión. El amor que se encuentra en el corazón de Cristo; un amor que lo hizo entregarse como sacrificio por la humanidad y sufrir con resignación el rechazo de los seres humanos, incluso al punto de ser considerado un demonio. El amor que lo llevó a realizar grandes obras de sanidad durante su ministerio era el amor que sus discípulos deberían manifestar en us vidas.SE2 349.1

    Los discípulos, sin embargo, se negaron a atesorar la compasión y ternura de Cristo. El yo, manifestado en rasgos de carácter hereditarios, malogró los principios de las grandes y buenas obras que identificaron a los miembros de la iglesia de Éfeso como cristianos. El Señor Jesucristo debió presentarles lo que habían perdido y para ellos era todo. El amor que llevó al Salvador a morir por nosotros no se reveló plenamente en sus vidas; y de ahí que no pudieran honrar el nombre del Redentor. Cuando perdieron su primer amor, crecieron en el co-nocimiento de teorías científicas ideadas por el padre de toda mentira.SE2 349.2

    En vista de sus muchas virtudes ¡cuán impresionante es la acusación que se presenta en contra de la iglesia de Éfeso! «Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor”. Aquella iglesia había sido altamente favorecida. Fue establecida por el apóstol Pablo. En la misma ciudad se encontraba el templo de Diana que en un momento de mayor esplendor fue considerado una de las grandes maravillas del mundo. La iglesia de Éfeso encontró una gran oposición, y muchos de aquellos primitivos cristianos fueron perseguidos; sin embargo, algunos de ellos se apartaron de las verdades que los habían identificado como seguidores de Cristo, adoptando en su lugar el sinsentido de los sofismas ideados por Satanás.SE2 349.3

    Ese cambio es representado como una caída espiritual. «Recuerda, por tanto, de dónde has caído, arrepiéntete y haz las primeras obras», se le dice en otros versículos. Los creyentes no se dieron cuenta de su fracaso espiritual. No sabían que se había efectuado un cambio en sus corazones y que tendrían que arrepentirse debido a que no continuaron con sus primeras obras. Pero Dios en su misericordia los llamó al arrepentimiento, a que regresaran a su primer amor y a las obras que son siempre el resultado del genuino amor de Cristo.SE2 349.4

    El Salvador suplica: «Arrepiéntete y haz las primeras obras, pues si no te arrepientes, pronto vendré a ti y quitaré tu candelabro de su lugar».SE2 350.1

    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents