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Consejos para la Iglesia - Contents
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    Capítulo 27—Las finanzas en el hogar

    El Señor quiere que sus hijos se preocupen y sean serviciales. Quiere que estudien cómo pueden economizar en todo y no malgastar cosa alguna.1El hogar adventista (1894), 348.CPI 274.1

    Debiera usted aprender a reconocer cuándo hay que ahorrar y cuándo hay que gastar. No podemos decir que seguimos a Cristo a menos que nos neguemos a nosotros mismos y llevemos la cruz. Debemos pagar lo que debemos a medida que avanzamos; levantar los puntos caídos; suprimir las pérdidas y saber exactamente lo que poseemos. Usted debiera sacar la cuenta de todas las sumas pequeñas gastadas en complacerse a sí mismo. Debiera notar cuánto gasta para satisfacer el gusto y cultivar un apetito epicúreo pervertido. El dinero derrochado en golosinas inútiles podría dedicarse a aumentar las comodidades y conveniencias del hogar. No necesita ser tacaño; pero debe ser honrado consigo mismo y con sus hermanos. Ser tacaño es abusar de las bondades de Dios. La prodigalidad también es un abuso. Las pequeñas salidas que usted no considera dignas de mencionarse suman al fin una cantidad considerable.2El hogar adventista (1894), 344.CPI 274.2

    Cuando nos vemos tentados a gastar dinero en baratijas, debemos recordar la abnegación de Cristo y su sacrificio propio para salvar al hombre caído. Debemos enseñar a nuestros hijos a practicar la abnegación y el dominio propio. La razón por la cual tantos pastores se ven frente a momentos difíciles en asuntos financieros estriba en que no limitan sus gustos, apetitos e inclinaciones. El motivo por el cual tantos hombres hacen bancarrota y se apoderan con improbidad de recursos ajenos reside en que procuran satisfacer los gustos dispendiosos de sus esposas e hijos. ¡Con cuánto cuidado debieran los padres y las madres enseñar economía a sus hijos por el precepto y el ejemplo!CPI 274.3

    No es lo mejor tratar de aparentar que somos ricos o superiores a lo que somos, a saber sencillos discípulos del manso y humilde Salvador. No debe perturbarnos el que nuestros vecinos construyan y amueblen sus casas de una manera que no estamos autorizados a seguir. ¡Cómo debe mirar Jesús la forma en que proveemos egoístamente para satisfacer nuestros apetitos e inclinaciones, o para agradar a nuestros huéspedes! Viene a ser un lazo para nosotros el ceder al deseo de ostentación, o permitir que lo hagan los hijos que están bajo nuestra dirección.3El hogar adventista (1894), 347-349.CPI 275.1

    Ninguna cosa que pueda utilizarse debería descartarse. Esto requiere sabiduría, planeamiento y cuidado constante. Me ha sido presentado que la incapacidad para ahorrar en las cosas pequeñas es una de las razones por las cuales tantas familias padecen necesidades.4Conducción del Niño, 125.CPI 275.2

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