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Consejos para la Iglesia - Contents
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    Capítulo 39—La importancia de la limpieza

    Para tener buena salud, debemos tener buena sangre, pues la sangre es la corriente de la vida. Repara los desgastes y nutre el cuerpo. Provista de los elementos convenientes y purificada y vitalizada por el contacto con el aire puro, da vida y vigor a todas partes del organismo. Cuanto más perfecta sea la circulación, mejor cumplida quedará aquella función.1El Ministerio de Curación, 206.CPI 394.1

    Aplicada externamente, el agua es uno de los medios más sencillos y eficaces para regularizar la circulación de la sangre. Un baño frío o siquiera fresco es excelente tónico. Los baños calientes abren los poros, y ayudan a eliminar las impurezas. Los baños calientes y templados calman los nervios y regulan la circulación.CPI 394.2

    El ejercicio aviva y regula la circulación de la sangre; pero en la ociosidad la sangre no circula con libertad, ni se efectúa su renovación, tan necesaria para la vida y la salud. La piel también se vuelve inactiva. Las impurezas no son eliminadas como podrían serlo si un ejercicio activo estimulara la circulación, mantuviera la piel en condición de salud, y llenara los pulmones con aire puro y fresco.2El Ministerio de Curación, 181, 182.CPI 394.3

    Hay que conceder a los pulmones la mayor libertad posible. Su capacidad se desarrolla mediante el libre funcionamiento, pero disminuye si se los tiene apretados y comprimidos. De ahí los malos efectos de la costumbre tan común, principalmente en las ocupaciones sedentarias, de encorvarse al trabajar. En esta posición es imposible respirar hondamente. La respiración superficial se vuelve pronto un hábito, y los pulmones pierden la facultad de dilatarse.CPI 394.4

    Así se recibe una cantidad insuficiente de oxígeno. La sangre se mueve perezosamente. Los productos tóxicos del desgaste, que deberían ser eliminados por la espiración, quedan dentro del cuerpo y corrompen la sangre. No sólo los pulmones, sino el estómago, el hígado y el cerebro, quedan afectados. La piel se pone cetrina, la digestión se retarda, se deprime el corazón, se anubla el cerebro, los pensamientos se vuelven confusos, se entenebrece el espíritu, el organismo entero queda deprimido e inactivo y particularmente expuesto a la enfermedad.CPI 395.1

    Los pulmones eliminan continuamente impurezas, y necesitan una provisión constante de aire puro. El aire impuro no proporciona la cantidad necesaria de oxígeno, y entonces la sangre pasa por el cerebro y demás órganos sin haber sido vivificada. De ahí que resulte indispensable una ventilación completa. Vivir en aposentos cerrados y mal ventilados, donde el aire está viciado, debilita el organismo entero, que se vuelve muy sensible al frío y enferma a la menor exposición de aire. La reclusión en las habitaciones es lo que torna pálidas y débiles a muchas mujeres. Respiran y vuelven a espirar el mismo aire viciado, hasta recargarlo de materias tóxicas expelidas por los pulmones y los poros, y las impurezas regresan así a la sangre.3El Ministerio de Curación, 207, 208.CPI 395.2

    Muchos sufren enfermedades porque se niegan a recibir en sus habitaciones en la noche el puro aire nocturno. El puro y gratuito aire del cielo es una de las más ricas bendiciones de que podemos gozar.4CSS 59, 60.CPI 396.1

    La limpieza escrupulosa es esencial para la salud del cuerpo y de la mente. El cuerpo elimina continuamente impurezas por conducto de la piel, cuyos millones de poros se obstruyen pronto con la acumulación de deshechos si no se la limpia por medio de frecuentes baños. Entonces las impurezas que debieran evacuarse por la piel sobrecargan los demás órganos de eliminación.CPI 396.2

    A muchas personas les aprovecharía un baño frío o tibio cada día, por la mañana o por la noche. En vez de aumentar la propensión a resfriarse, el baño, tomado debidamente, fortalece contra el frío, pues estimula la circulación. La sangre es atraída a la superficie, de modo que circula con mayor facilidad, y vigoriza tanto el cuerpo como la mente. Los músculos se vuelven más flexibles, la inteligencia más aguda. El baño calma los nervios. Ayuda a los intestinos, al estómago y al hígado, y favorece la digestión.CPI 396.3

    Importa también que la ropa esté siempre limpia. Las prendas de vestir que se llevan puestas absorben los desechos que el cuerpo elimina por los poros, y si no se mudan y lavan con frecuencia, el cuerpo volverá a absorber todas esas impurezas.CPI 396.4

    Cualquier forma de desaseo fomenta la enfermedad. Los gérmenes mortíferos abundan en los rincones obscuros y descuidados, en los desechos pútridos, en la humedad y el moho. No se toleren cerca de la casa los desperdicios de verduras ni los montones de hojas caídas que se pudren y vician el aire. No debe haber tampoco dentro de la casa cosas sucias o descompuestas.CPI 396.5

    La limpieza perfecta, la abundancia de sol, la cuidadosa atención a las condiciones sanitarias de todo detalle de la vida doméstica, son esenciales para librarse de las enfermedades y para alegrar y vigorizar a los que vivan en la casa.5El Ministerio de Curación, 209, 210.CPI 397.1

    Enseñad a los niños que a Dios le desagrada verlos sucios, con la ropa desgarrada y desaseada. Tener la ropa limpia y aseada es una manera de mantener los pensamientos puros y agradables. Hay que conservar limpias especialmente todas las prendas que tienen contacto directo con la piel.CPI 397.2

    La verdad jamás asienta su delicado pie en una senda de suciedad o impureza. El que se preocupó tanto porque los hijos de Israel cultivaran hábitos de limpieza, no sancionará ninguna impureza en los hogares de sus hijos de la actualidad. Dios contempla con reprobación la suciedad de cualquier clase.CPI 397.3

    Si hay rincones sucios y descuidados en la casa, será más fácil que se formen rincones impuros en el alma.CPI 397.4

    El cielo es puro y santo, y los que pasen por las puertas de la ciudad de Dios tendrán que haberse revestido de pureza interior y exterior en este mundo.6MeM 133.CPI 397.5

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