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Consejos para la Iglesia - Contents
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    “De cada hombre que da voluntariamente”

    El único medio que Dios ha dispuesto para hacer progresar su causa consiste en bendecir a los hombres con propiedades. Les da la luz del sol y la lluvia, hace florecer la vegetación, les da salud y capacidad de adquirir recursos. Todas nuestras bendiciones provienen de su mano bondadosa. En retribución, quiere él que los hombres y las mujeres manifiesten su gratitud devolviéndole una porción en diezmos y ofrendas, en ofrendas de agradecimiento y ofrendas voluntarias.4Joyas de los Testimonios 2:41.CPI 493.4

    La generosidad de los judíos en la construcción del tabernáculo y del templo ilustra un espíritu de dadivosidad que no ha sido igualado por los cristianos en ninguna ocasión ulterior. Los judíos acababan de ser libertados de su larga esclavitud en Egipto y erraban por el desierto; sin embargo, apenas fueron librados de los ejércitos de los egipcios que los perseguían en su apresurado viaje, llegó la palabra del Señor a Moisés, diciendo: “Di a los hijos de Israel que tomen para mí ofrenda; de todo varón que la diere de su voluntad, de corazón tomaréis mi ofrenda”. Éxodo 25:2.CPI 494.1

    El pueblo tenía pocas riquezas, y ninguna halagüeña perspectiva de aumentarlas; pero tenía delante de sí un objeto: construir el tabernáculo para Dios. El Señor había hablado, y sus hijos debían obedecer su voz. No retuvieron nada. Todos dieron con mano voluntaria; no cierta cantidad de sus ingresos, sino gran parte de lo que poseían. La consagraron gozosa y cordialmente al Señor, y le agradaron al hacerlo. ¿No le pertenecía acaso todo? ¿No les había dado él todo lo que poseían? Si él lo pedía, ¿no era su deber devolver al Prestamista lo suyo?CPI 494.2

    No hubo necesidad de rogarles. El pueblo trajo aún más de lo requerido, y se le dijo que cesara de traer sus ofrendas porque había ya más de lo que se podía usar. Igualmente, al construirse el templo, el pedido de recursos recibió cordial respuesta. La gente no dio de mala gana. Le regocijaba la perspectiva de que fuese construído un edificio para el culto de Dios, y dio más de lo suficiente para ese fin.CPI 494.3

    ¿Pueden los cristianos, que se precian de tener mayor luz que los hebreos, dar menos de lo que daban ellos? ¿Pueden los cristianos que viven cerca del tiempo del fin quedar satisfechos con sus ofrendas que no alcanzan ni a la mitad de la que eran las de los judíos?5Joyas de los Testimonios 1:467, 468.CPI 495.1

    El Señor ha ordenado que la difusión de la luz y la verdad en la tierra dependan de los esfuerzos voluntarios y las ofrendas de aquellos que han participado de los dones celestiales. Son comparativamente pocos los llamados a viajar como ministros o como misioneros, pero multitudes han de cooperar con sus recursos en la difusión de la verdad.CPI 495.2

    Bien, dice uno, siguen llegando los pedidos de dar para la causa. Estoy cansado de dar. ¿Es verdad? Entonces, permítame preguntarle: ¿Está usted cansado de recibir de la benéfica mano de Dios? Mientras él no cese de bendecirle, no cesará usted de estar bajo la obligación de devolverle la porción que exige. El le bendice a usted para que esté en situación de beneficiar a otros. Cuando usted esté cansado de recibir, entonces podrá decir: Estoy cansado de tantas invitaciones a dar. Dios reserva para sí una porción de todo lo que recibimos. Cuando se la devolvemos, bendice el resto, pero si la retenemos, tarde o temprano el conjunto resulta maldito. Primero viene el derecho de Dios; todo otro derecho es secundario.6Joyas de los Testimonios 2:40-42.CPI 495.3

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