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Testimonios Selectos Tomo 4 - Contents
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    Capítulo 13—Sed firmes

    Están por sobrecogernos tiempos que probarán las almas de los hombres; los que son débiles en la fe no resistirán la prueba de aquellos días de peligro. Las grandes verdades de la revelación deben ser estudiadas cuidadosamente; porque todos necesitaremos un conocimiento inteligente de la Palabra de Dios. Por el estudio de la Biblia y la comunión diaria con Jesús, obtendremos nociones claras y bien definidas de la responsabilidad individual, y fuerza para subsistir en el día de fuego y tentación. Aquel cuya vida está unida con Cristo por vínculos ocultos será guardado por el poder de Dios mediante la fe que salva.4TS 71.1

    Debiera reflexionarse más en las cosas de Dios, y menos en los asuntos temporales. El cristiano profeso que ama el mundo, puede llegar a familiarizarse tanto con la Palabra de Dios como lo está ahora con los asuntos mundanales, si ejercita su mente en esa dirección. “Escudriñad las Escrituras—dijo Cristo,—porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.” 1Juan 5:39. Se requiere del cristiano que sea diligente en escudriñar las Escrituras, en leer una y otra vez las verdades de la Palabra de Dios. La ignorancia voluntaria respecto de ellas hace peligrar la vida cristiana y el carácter. Ciega el entendimiento y corrompe las facultades más nobles. Esto es lo que produce confusión en nuestra vida. Nuestros hermanos necesitan comprender los oráculos de Dios; necesitan tener un conocimiento sistemático de los principios de la verdad revelada, que los preparará para sobrellevar aquello que está por sobrevenir a la tierra, e impedirá que sean llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina.4TS 71.2

    Pronto han de realizarse grandes cambios en el mundo, y cada uno necesitará un conocimiento experimental de las cosas de Dios. La obra de Satanás consiste en descorazonar al pueblo de Dios y perturbar su fe. Trata de todas maneras de insinuar dudas y preguntas acerca de la posición, la fe y los planes de los hombres a los cuales Dios impuso una carga especial, y quienes están haciendo con celo esa obra. Aunque resulte derrotado vez tras vez, renueva sus ataques, obrando por medio de aquellos que profesan ser humildes y temerosos de Dios, y que aparentemente se interesan o creen en la verdad presente. Los defensores de la verdad esperan guerra y cruel oposición de sus enemigos abiertos; pero dicha oposición es mucho menos peligrosa que las dudas secretas expresadas por aquellos que se sienten con libertad para poner en duda y censurar lo que están haciendo los siervos de Dios. Estos pueden parecer hombres humildes; pero están engañados ellos mismos, y engañan a otros. En su corazón hay envidia y malas sospechas. Perturban la fe de la gente en aquellos en quienes debieran tener confianza, en aquellos a quienes Dios ha elegido para hacer su obra; y cuando se les reprende por su conducta, lo consideran como ultraje personal. Mientras profesan hacer la obra de Dios, están en realidad ayudando al enemigo. 4TS 71.3

    *****

    ¿Cuál es nuestra posición en el mundo? Estamos en el tiempo de espera. Pero este tiempo no debe pasarse en devoción abstracta. Deben combinarse la espera, la vigilancia y la obra activa. Nuestra vida no debe consistir únicamente en apresuramiento, actividad y planes para las cosas de este mundo, con descuido de la piedad personal y del servicio que Dios requiere. Aunque no debemos ser perezosos en nuestros trabajos, debemos ser fervientes en espíritu, sirviendo al Señor. Debe aderezarse la lámpara del alma, y debemos tener el aceite de la gracia en nuestras vasijas con las lámparas. Debe tomarse toda precaución para evitar la decadencia espiritual, no sea que el día del Señor nos sorprenda cual ladrón.—Testimonies for the Church 5:276, 277.4TS 72.1

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