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El Ministerio de Publicaciones - Contents
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    Capítulo 19—Venta de libros e ilustraciones

    Exhortación a la venta de libros y revistas—Recordad con frecuencia a nuestro pueblo la obra que puede efectuarse mediante la venta de nuestros libros y la distribución de folletos. Animadlos a vender las revistas que contienen el mensaje para este tiempo. Nuestros libros grandes se pueden vender en Wáshington y en otras ciudades del este, si los colportores emprenden este trabajo con valor.—Carta 21, 1905.MPu 234.1

    Los libros con el mensaje deben traducirse a todos los idiomas—Los libros que contienen las razones de nuestra fe deben traducirse a todos los idiomas. Esta obra debe progresar con mayor rapidez que hasta ahora.—Carta 106, 1903.MPu 234.2

    Las historias de la Biblia—Nuestro Padre celestial, al dar su Palabra, no olvidó a los niños. ¿Puede hallarse entre los escritos de los hombres algo que tenga tanta influencia sobre el corazón, algo tan adecuado para despertar el interés de los pequeñuelos, como los relatos de la Biblia?MPu 234.3

    Mediante esas sencillas historias se pueden explicar los principios de la ley de Dios. Así, por medio de ilustraciones adecuadas a la comprensión del niño, los padres y maestros pueden empezar desde los primeros años a cumplir la orden del Señor en cuanto a sus leyes: “Las inculcarás a tus hijos, y hablarás de ellas sentado en tu casa, y andando por el camino y al acostarte, y al levantarte”. Deuteronomio 6:7.MPu 234.4

    El uso de ilustraciones, pizarrones, mapas y figuras será una ayuda para explicar estas lecciones y grabarlas en la memoria. Los padres y maestros deberían buscar constantemente métodos mejores. La enseñanza de la Biblia merece nuestros pensamientos más frescos, nuestros mejores métodos, y nuestro más ferviente esfuerzo”.—La Educación, 185, 186.MPu 234.5

    Libros valiosos y no sólo libros de historias—Los libritos de historias que están al alcance de nuestro pueblo, ¿qué son? Muchos de ellos no contienen nada que tenga más valor que lo que se puede obtener en las librerías. Tenemos libros de gran valor que debieran recomendarse a la gente; pero me aflige ver que nuestras revistas recomiendan tantos libros de historias que la gente compra. Estos libros pueden ser excelentes en cierto sentido, pero no contienen el conocimiento por el que debiéramos sentir hambre y sed en este período de la historia terrena...MPu 235.1

    Todas las publicaciones que salen de nuestras casas editoras debieran ser de tal naturaleza que alimenten el alma. La Palabra de Dios no es comprendida ni siquiera a medias.—Carta 75, 1900.MPu 235.2

    Deber hacia los ciegos*Con esta clase de consejos inspirados en mente, la Asociación Publicadora Christian Record fue organizada en Lincoln, Nebraska, con el fin de alcanzar a los ciegos con el mensaje divino de esperanza para estos tiempos. y los lisiados—Se me mostraron algunas cosas acerca de nuestro deber hacia los infortunados; creo que es mi obligación ponerlas por escrito en este momento.MPu 235.3

    Vi que en la providencia de Dios, las viudas, los huérfanos, los ciegos, los sordos, los cojos y las personas afligidas de diversos males han sido colocados en estrecha relación cristiana con su iglesia; esto ha sido así porque él desea probar a su pueblo y desarrollar su verdadero carácter. Hay ángeles de Dios que observan para ver cómo tratamos a estas personas necesitadas de nuestra simpatía, amor y desinteresada benevolencia. Esta es una prueba a la que Dios somete nuestro carácter. Si tenemos la verdadera religión de la Biblia comprenderemos que tenemos una deuda de amor, bondad e interés con Cristo en beneficio de sus hermanos; y no podemos hacer menos que manifestar nuestra gratitud por su inconmensurable amor por nosotros mientras éramos pecadores indignos de su gracia, al mostrar un profundo interés y amor desinteresado por quienes son nuestros hermanos menos afortunados que nosotros mismos.—Testimonies for the Church 3:511.MPu 235.4

    ¿Dos libros sobre el mismo tema?—Cuando se publica un libro para satisfacer cierta necesidad existente en el mundo, los intereses de ese libro deben ser protegidos por los hombres que han recibido un pago para publicarlos; aun en el caso de que el contenido del libro no sea tan importante como para pedir sin demora una amplia circulación.MPu 236.1

    Se me han mostrado algunas cosas que se harán en el futuro. Una persona preparará un libro para que se publique, y después que esté en circulación, otra persona publicará un libro aparentemente similar y más o menos con el mismo contenido que el otro. Como resultado habrá dos libros en circulación cuando uno solo habría sido suficiente. Habrá casos cuando aun antes que el autor escriba el libro que piensa publicar, otra persona escribirá sobre el mismo tema con el fin de adelantársele. Este segundo libro restringe la venta del primero, y el que saca ventaja de su prójimo de este modo no lo trata con justicia ya que su libro toma en gran medida el lugar y la clientela del primer libro en el campo. Quien hace esto obra contra los principios de justicia, porque roba a su prójimo.—Manuscrito 23, 1891.MPu 236.2

    Economía y precio de los libros—El Señor advierte a los obreros de sus instituciones de Battle Creek y la costa del Pacífico que siempre deben economizar. Vuestra rivalidad en la producción de libros, en la inclusión de tantas ilustraciones, está haciendo que se acumulen gastos en la obra. Estáis planeando constantemente bajar los precios de los libros. Esto es un error. Una vez que se haya rebajado el precio de un libro, no volverá a recuperarse. No es ésta la forma de proceder. Si deseáis colocar la obra sobre una base financiera sólida, no rebajéis los precios mediante ofertas especiales, las que mi Instructor llama incitación o soborno. Dios no quiere que hagáis esto. No aprueba estos métodos. Idead los medios adecuados para poner libros al alcance de familias que no pueden obtenerlos por cuenta propia.—Carta 150, 1899.MPu 236.3

    Si hay personas que tienen que privarse de los libros porque no pueden adquirirlos debido al precio elevado, solicítese una contribución en beneficio de los que no pueden comprar. Nuestras casas editoras pueden ayudar en este sentido regalando libros en beneficio de quienes son incapaces de comprarlos sin ayuda. Nunca, por medio de las palabras o los actos, causemos la impresión de que las casas editoras no son dignas de confianza. En esto se encuentra comprometido un importante principio.—Carta 122, 1908.MPu 237.1

    El precio de los libros y su circulación—Algunos asuntos de grave importancia no han recibido la atención debida en nuestras casas editoras. Hombres que ocupan cargos de responsabilidad debieran haber trazado planes para que nuestros libros pudieran circular y no permanecer en las estanterías sin utilidad alguna. Nuestra gente se encuentra atrasada en el tiempo y no está siguiendo la providencia de Dios que abre las puertas.MPu 237.2

    Muchas de nuestras publicaciones han ingresado en el mercado a un precio tan bajo que los beneficios no bastan para sostener la casa editora y mantener un capital operativo adecuado. Y entre nuestro pueblo, los que no tienen preocupación especial por los diversos ramos de la obra en Battle Creek y en Oakland, no se informan acerca de las necesidades de la causa y el capital requerido para mantener la casa editora en funcionamiento. No comprenden la responsabilidad por las pérdidas ni los gastos en que estas instituciones incurren diariamente. Causan la impresión de pensar que todo funciona sin mucha preocupación o gasto de recursos, y por lo tanto insisten en que se fijen los precios más bajos a nuestros libros, lo cual no deja casi ningún margen de ganancia. Y cuando los precios se han reducido a valores casi ruinosos, manifiestan sólo débil interés en aumentar las ventas de los mismos libros para los que han pedido precios tan bajos. Una vez que han logrado el objetivo, cesa su preocupación, cuando debieran manifestar un intenso interés y una auténtica preocupación por estimular la venta de las publicaciones, sembrando así las semillas de la verdad y llevando recursos a las casas editoras para que se inviertan en la publicación de otros libros.MPu 237.3

    Ha habido un descuido muy grande del deber de parte de los ministros al no interesar a las iglesias locales en este asunto. Una vez que se ha reducido el precio de los libros, resulta muy difícil subirlos a un nivel que produzca beneficios, porque personas de mente estrecha lanzarán la acusación de especulación, sin discernir que nadie se beneficia ni que las instituciones de Dios no deben debilitarse por falta de capital. Libros que debieran circular ampliamente permanecen inútiles en nuestras casas editoras, porque no existe suficiente interés en su circulación.—Testimonies for the Church 4:388, 389.MPu 238.1

    Debe simplificarse la publicación de libros—Debemos simplificar nuestro negocio de publicación de libros. Confiad en Dios en lugar de acudir a Egipto para consultar a los idólatras... No hay que publicar libros caros con tanta frecuencia como se los ha publicado. Hay libros que no merecen la consideración con que se los ha tratado.—Manuscrito 131, 1899.MPu 238.2

    Ilustraciones selectas antes que numerosas—No condeno el empleo de ilustraciones, pero hay que usar menos, y sólo aquellas que ilustren acertadamente los temas tratados. Recordad que las ilustraciones deben ser escogidas antes que numerosas.—Carta 18, 1897.MPu 238.3

    Evitad la pasión por las ilustraciones—Se me ha explicado que habrá una tendencia, de parte de algunos, a buscar la supremacía de la ilustración profusa de los libros, lo cual deja espacio insuficiente para el texto. Uno trata de superar al otro, lo que produce una situación reprobable. La pasión por las ilustraciones que se ha manifestado ha causado celos y envidia, y amenazado el éxito del negocio de publicación de libros en su totalidad. Hay que poner fin a esta situación. Si continuara, moriría la espiritualidad y se marchitaría el futuro de nuestra obra de publicaciones... En el negocio de la publicación de libros no debe existir ni la mínima pugna o lucha por alcanzar la supremacía.—Carta 75, 1900.MPu 238.4

    Se me ha mostrado que la prolífica preparación de ilustraciones para nuestros periódicos y libros se está convirtiendo en una ambición no santificada, y los peligros de rivalidad están aumentando en una extensión alarmante. Los libros que estamos poniendo en circulación están saliendo muy caros. La extravagancia en el empleo de ilustraciones cuesta tiempo y dinero y crea preocupaciones que pueden y deben evitarse. El Señor desea que todo lo que hagamos contribuya a la gloria de Dios. La infatuación por la abundancia de ilustraciones no concuerda con el orden de Dios; es el pulso del mundo que late poderosamente en el pueblo de Dios en este momento.—Carta 147, 1899.MPu 239.1

    Ciertos libros deben estar “abundantemente ilustrados”—A medida que progrese la obra se presentarán numerosos ramos de actividad. En el sur hay mucho trabajo que debe efectuarse. Y para hacer ese trabajo, los obreros deben tener a su alcance publicaciones adecuadas, libros que presenten la verdad en un lenguaje sencillo y que tengan muchas ilustraciones. Esta clase de publicaciones será el medio más efectivo de mantener la verdad ante la gente. Un sermón predicado puede olvidarse muy pronto, pero un libro permanece.—Notas Biográficas de Elena G. de White, 418.MPu 239.2

    Ilustraciones que inducen a estudiar—El Señor desea que su pueblo avance haciendo uso de comprensión e inteligencia. No deben originar grandes gastos, pero todo debe efectuarse con perfecto orden. Nuestros libros deben encuadernarse con tapas de calidad y durables. La costura debe ser firme y resistente. Siempre debe ser así. Pero debe tenerse cuidado con el asunto de las ilustraciones. No debe invertirse mucho dinero en esta fase del trabajo. Cuando las ilustraciones presentan lecciones que inducen a estudiar el libro, eso es conveniente; pero cuando las ilustraciones apartan la atención de la verdad contenida en el libro y la fijan en ellas mismas, ha fracasado el esfuerzo de hacer una contribución al libro mediante las ilustraciones.—Carta 75, 1900.MPu 239.3

    Las ilustraciones que acompañan al texto deben hacerle justicia—La lámina del libro Gospel Reader (Lecturas evangélicas) que contiene una representación de Moisés contemplando la Tierra Prometida, es una gran injusticia para el tema y es un gran desprestigio para los que la aprobaron para el libro. ¿Qué impresión causará sobre los lectores del libro? No es en ningún sentido una representación de Moisés. Parece más una ilustración del gran engañador, Satanás, después que perdió el Paraíso.MPu 240.1

    En la página 52 del mismo libro se encuentra la lámina “El arca en medio del Jordán”: véase el querubín en cada extremo del arca. Qué mala representación de los ángeles celestiales contemplando con reverencia el propiciatorio o cubierta del arca. Un niño podría considerar la representación como un pájaro agachado. Pero cuando el arca se sacaba del santuario, los querubines nunca quedaban expuestos a la vista. Esa arca sagrada, que representaba a Jehová en medio de su pueblo, siempre estaba cubierta, para que ningún ojo curioso pudiera mirarla. Que siempre permanezca cubierta.—Carta 28a, 1897.MPu 240.2

    Evítense las ilustraciones con escenas de crueldad—Los grabados de persecuciones y escenas de muerte en la hoguera perpetradas por los católicos en el pasado no deben incluirse en nuestras publicaciones. Es innecesario representarlas con sus terribles detalles. Basta con leer acerca de esas acciones malvadas. Cuando era niña, me dieron el Libro de los mártires, de Fox, para que lo leyera. Veía los grabados con representaciones de horribles actos de crueldad. Apenas podía comer o dormir. De día y de noche experimentaba los horrores que había visto y me identificaba con quienes los habían sufrido. Casi perdí mi confianza en Dios porque él permitía tales cosas. Pasó mucho tiempo hasta que pude sobreponerme a las impresiones dejadas en mi mente. Cada vez que encuentro en mi biblioteca el Libro de los mártires u otra obra con ilustraciones parecidas, los escondo para que ningún niño tenga que sufrir como yo sufrí. Esa clase de ilustraciones no enriquece la fe.—Carta 18, 1897.MPu 240.3

    Ilustraciones bíblicas de óptima calidad—Recibí la maqueta del libro El discurso maestro de Jesucristo y sus ilustraciones. No pude aceptar los grabados bajo ninguna consideración. Algunos de ellos causaban la impresión de haber sido preparados para un almanaque...MPu 241.1

    Los grabados con representaciones de escenas bíblicas no deben ser trabajos de arte prosaico... El conocimiento impartido por Dios no es de una naturaleza que rebaje nuestras ideas de lo que son las cosas sagradas. La gloria de Dios debe mantenerse ante el ojo de la mente, y no las representaciones mundanas vulgares que imprimen en la memoria escenas que causan un falso concepto de Cristo y de las cosas celestiales. Una ilustración adecuada de las escenas bíblicas requiere talento de calidad superior. Las lecciones sagradas de la Biblia no tienen comparación con estas ilustraciones vulgares y comunes...MPu 241.2

    La obra que tenemos por delante es importante y no debe llevarse a cabo con un estilo ordinario. No sé cómo hacer con los libros que se me pide que escriba. Que el Señor me ayude, es mi oración. Que Dios no nos permita complacer al diablo al rebajar la norma de la verdad eterna usando ilustraciones que suscitarán las burlas de hombres, mujeres y niños.—Manuscrito 23, 1896.MPu 241.3

    El autor debe ver las ilustraciones antes de imprimir el libro—Ya que las ilustraciones son tan importantes, ¿no sería mejor someterlas a la consideración del autor antes de imprimir el libro?—Carta 102a, 1896.MPu 241.4

    Ilustraciones costosas y largos plazos de entrega—Nuestros libros se están llenando con ilustraciones costosas, lo cual los hace excesivamente caros para obsequiarlos, y para que los compren las personas que más los necesitan. El asunto de las ilustraciones avanza hacia los extremos. El dinero adicional gastado en la portada de un libro, o en ilustraciones, no convertirá a nadie a las verdades contenidas en la obra. A Dios no le agrada que se dedique tanto espacio a los grabados. Se han producido largas demoras en la publicación de nuestras obras porque las ilustraciones no estaban listas; demoras intolerables que impedían a la gente el acceso a las verdades que necesitaban.—Manuscrito 131, 1899.MPu 242.1

    Exceso de ilustraciones en El Deseado de todas las gentes*Un año antes que se escribiera el testimonio anterior, en 1898, se publicó la primera edición de El Deseado de todas las gentes, cuya venta se encargó a los colportores; estaba profusamente ilustrada y el precio de venta era inalcanzable para el promedio de la gente. Elena de White tenía la intención de que esta obra se colocara en todos los hogares, lo cual no fue posible debido a su elevado costo.—Es demasiado tarde, totalmente demasiado tarde, para depender de las portadas caras de los libros o de sus numerosas ilustraciones como elementos determinantes de las ventas. Basta decir, sin ninguna explicación, que Dios no ha inspirado este entusiasmo por las ilustraciones. Si yo tuviera que publicar ahora El Deseado de todas las gentes, la diagramación sería muy diferente. Los libros que la gente necesita debieran publicarse sin ostentación. El ahorro de miles de dólares gastados en ilustraciones haría posible que las obras se vendieran a un precio accesible para muchos. El Señor no ha inspirado este entusiasmo.—Carta 133, 1899.MPu 242.2

    Las ilustraciones adecuadas no desacreditan el libro—No lea en público las cartas que he escrito acerca de las ilustraciones de El Deseado de todas las gentes. Hay mentes que no pueden comprender este asunto, y piensan que el libro está condenado debido a sus profusas ilustraciones. Satanás se aprovecha de cualquier palabra que pueda usar para inducir a las mentes a llegar a conclusiones extrañas.MPu 242.3

    El asunto que se me presentó era que existía un fervor, un entusiasmo, entre los autores por procurar sobrepasarse unos a otros en la diagramación e ilustración de sus obras.MPu 243.1

    Le ruego ser precavido en este asunto. El Señor quiere que El Deseado de todas las gentes haga su obra. Las ilustraciones no desmerecerán el libro, sino que serán una ventaja para su venta. La inversión excesiva de dinero en ilustraciones no es indispensable, pero eso no debiera, en ningún sentido, afectar la distribución del libro por parte de los colportores. Los colportores, generalmente, tienen mucho que decir en favor de las ilustraciones. Pero debido a las advertencias y amonestaciones dadas para impedir la proliferación de un mal que nadie sospechaba, podría suceder que algunos colportores rehusaran vender El Deseado de todas las gentes.—Carta 76, 1900.MPu 243.2

    Grabados en el ojo de la mente—Se ha gastado una cantidad extravagante de dinero en ilustraciones. Miles de dólares se han desembolsado sin que eso haya redundado para glorificar a Dios. Un gran número de ilustraciones en un libro hará que lo compren algunas personas que no lo habrían adquirido de otro modo; pero el beneficio obtenido no es igual a las desventajas. Dios puede formar ilustraciones más hermosas y correctas, en el ojo de la mente, que las que podría realizar el mejor artista que haya ofrecido al mundo una representación de cosas celestiales.—Carta 137, 1899.MPu 243.3

    Ningún artista puede representar fidedignamente a Cristo—Un artista puede hacer lo mejor posible para representar las cosas que sus ojos nunca han visto, pero sus representaciones están tan lejos de la realidad que siento aflicción cuando las miro. Ni Dios, ni el cielo, ni Cristo que es la imagen del Padre, pueden ser representados acertadamente por el genio artístico de un hombre. Si Dios hubiera considerado aconsejable representar a Cristo de esta manera, su persona habría sido descrita en los escritos apostólicos.MPu 243.4

    Se nos presenta a Cristo mediante las palabras del discípulo Juan: Se cita. Juan 1:1-14.MPu 244.1

    Cristo debe serlo todo y en todos para el creyente. No debe existir nada del yo, pero sí todo de Cristo, a quien pertenecemos por creación y redención. El Espíritu Santo toma las excelencias más atractivas de Aquel que es todo él codiciable, y las presenta de tal forma que atrae la atención y recibe la mejor atención del corazón renovado. Dios se propone que el Espíritu Santo mantenga frente al ojo de la mente escenas que atraerán y absorberán todo lo que existe del alma recién nacida. No necesitamos ninguna representación externa de la persona de Cristo. La imaginación debe tomar al Hijo unigénito del Padre, “lleno de gracia y verdad”, todo él codiciable, señalado entre diez mil.—Manuscrito 131, 1899.MPu 244.2

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