Capítulo 23—Componentes del liderazgo de calidad
Los directores de publicaciones deben elegirse con cuidado—Los jefes departamentales de la obra de publicaciones deben elegirse con cuidado. En cuanto uno de ellos manifiesta un espíritu duro y sin sentimientos, debe ser despedido, porque está trabajando contra Cristo, está alejando de él a los demás. Los subpastores de la grey de Cristo deben mantener sus corazones imbuidos por el amor de Cristo, y abrir las ventanas del alma hacia el cielo, para que la luz celestial llene sus recintos. Entonces podrán reflejar luz hacia las personas con quienes se relacionan y revelar que Dios es la salud de su disposición de ánimo.—Carta 140, 1901.MPu 282.1
Dirigentes enérgicos, entusiastas y compasivos—La persona que dirige cualquier departamento de la obra en la causa de Dios debe ser una persona inteligente, capaz de manejar con éxito importantes intereses, con una disposición de ánimo pareja, con una paciencia como la de Cristo y un perfecto dominio sobre sí mismo. Sólo la persona cuyo corazón ha sido transformado por la gracia de Cristo puede ser un dirigente adecuado.—Medical Ministry, 164.MPu 282.2
La senda de los hombres que han sido puestos como dirigentes no es fácil; pero ellos han de ver en cada dificultad una invitación a orar. Nunca dejarán de consultar a la gran Fuente de toda sabiduría. Fortalecidos e iluminados por el Artífice maestro, se verán capacitados para resistir firmemente las influencias profanas y para discernir entre lo correcto y lo erróneo, entre el bien y el mal. Aprobarán lo que Dios aprueba y lucharán ardorosamente contra la introducción de principios erróneos en su causa.—La Historia de Profetas y Reyes, 21, 22.MPu 282.3
Se necesitan dirigentes como Nehemías—Se necesitan Nehemías en la iglesia de nuestros días. No solamente hombres que puedan predicar y orar, sino hombres cuyas oraciones y sermones estén imbuidos de un propósito firme y vehemente. El plan de acción seguido por este patriota hebreo en el cumplimiento de sus propósitos debiera ser adoptado por los ministros y dirigentes. Una vez hechos sus planes, debieran presentarlos a la iglesia de tal manera que obtengan interés y cooperación. Que los hermanos entiendan los planes y compartan la tarea, y tendrán entonces un interés personal en su prosperidad. El éxito que acompañó los esfuerzos de Nehemías muestra lo que pueden lograr la oración, la fe y la acción sabia y enérgica. La fe viva promoverá la acción enérgica. El espíritu que manifieste el director será en gran parte reflejado por el pueblo. Si los directores que profesan creer las solemnes e importantes verdades que han de probar al mundo en este tiempo no manifiestan ardiente celo en preparar a un pueblo para estar en pie en el día de Dios, no podemos esperar sino que la iglesia sea descuidada, indolente y amante de los placeres.—Servicio Cristiano Eficaz, 221.MPu 283.1
Cuando Dios llama a mayores responsabilidades—Son muchos los que tienen tanto apuro por alcanzar posiciones distinguidas, que pasan por alto algunos de los peldaños de la escalera, y al hacerlo, pierden la experiencia que deben tener para ser obreros inteligentes. En su celo, el conocimiento de muchas cosas les parece sin importancia. Pasan rápidamente por la superficie, y no penetran hondamente en la mina de verdad, para adquirir por un proceso lento y esmerado una experiencia que los habilitaría para ser de ayuda especial a los demás.—Consejos para los Maestros Padres, 461.MPu 283.2
Los que son humildes y desempeñan su trabajo como para Dios, no aparentan quizás tanto como los presuntuosos y bulliciosos; pero su obra es más valiosa. Muchas veces los jactanciosos llaman la atención sobre sí mismos, y se interponen entre el pueblo y Dios, pero su obra fracasa...MPu 283.3
Si hay quienes tengan aptitud para un puesto superior, el Señor se lo hará sentir, y no sólo a ellos, sino a los que los hayan probado y, conociendo su mérito, puedan alentarlos comprensivamente a seguir adelante. Los que cumplen día tras día la obra que les fue encomendada, serán los que oirán en el momento señalado por Dios su invitación: “Sube más arriba”.MPu 284.1
Mientras los pastores velaban sobre sus rebaños en los collados de Belén, ángeles del cielo los visitaron. También hoy, mientras el humilde obrero de Dios desempeña su labor, ángeles de Dios están a su lado, escuchando sus palabras, observando cómo trabaja, para ver si se le pueden encomendar mayores responsabilidades.—El Ministerio de Curación, 378, 379.MPu 284.2
Hombres comunes pueden llegar a ser grandes hombres—Los primeros discípulos de Jesús fueron escogidos de entre el pueblo común. Estos pescadores de Galilea eran hombres humildes, sin instrucción, cuyo conocimiento no consistía en el saber y las costumbres de los rabinos, sino que provenía de la severa disciplina del trabajo rudo. Eran hombres de capacidad innata y de espíritu dócil, hombres que podían ser instruidos y formados para hacer la obra del Salvador. En las vocaciones humildes de la vida hay más de un trabajador que sigue pacientemente la rutina de sus tareas diarias, inconsciente de que hay en él facultades latentes que, puestas en acción, lo colocarían entre los grandes dirigentes del mundo. Así eran los hombres que el Salvador llamó para que fuesen sus colaboradores. Y tuvieron la ventaja de gozar de tres años de educación, dirigida por el más grande educador que haya tenido el mundo.—La Educación, 85.MPu 284.3
Hay que distribuir las responsabilidades del liderazgo—No hay que depositar sobre una sola persona responsabilidades demasido grandes. En la dirección de la obra de publicaciones, el Señor manifestará su poder y gracia por medio de diversas personas en todos los sectores de su viña. Empleará personas con experiencia cristiana que crecen diariamente en la gracia y en el conocimiento de la verdad; personas que son capaces porque están unidas a Cristo.—Manuscrito 140, 1902.MPu 284.4
El consejo dado a Moisés cuando se encontraba abrumado por preocupaciones e incertidumbre (Éxodo 18:17-23) tiene el más elevado valor para los que en la actualidad ocupan cargos de responsabilidad en la causa de Dios. El consejo dado a Moisés debiera ser cuidadosamente estudiado por los dirigentes a quienes se les ha confiado la administración de la obra en la viña del Señor.—Manuscrito 140, 1902.MPu 285.1
Acéptese la idea de que los reglamentos pueden variar—Ninguna persona o conjunto de personas deben disponer de autoridad suprema para dar forma y controlar los reglamentos para los obreros en la totalidad del campo, aun en lo que concierne a la obra de colportaje; porque cada sector del campo, especialmente en el campo del sur que ha sido descuidado durante tanto tiempo, posee sus rasgos peculiares, y debe ser trabajado teniéndolos en cuenta.—Manuscrito 140, 1902.MPu 285.2
Las mentes humanas deben tratarse con el espíritu debido—Hay necesidad de información en lo que concierne a los derechos y deberes de las personas que ocupan cargos de autoridad y que han estado tratando despóticamente a la heredad de Dios. Cuando una persona es colocada en un cargo de autoridad, e ignora la clase de espíritu que debiera ejercer en su trato con las mentes humanas, necesita aprender los principios básicos referentes a su autoridad sobre sus semejantes. Hay que introducir principios correctos en el corazón y entretejerlos con la trama y urdimbre del carácter.—Carta 83, 1896.MPu 285.3
Promuévase un servicio fiel y profesional—Muchas veces he recibido instrucciones según las cuales los colportores que trabajan en el campo debieran recibir más aliento. No hay que desanimar a nuestros ministros para que colporten, si por alguna razón desean obtener dinero adicional.MPu 285.4
La obra de colportaje no debe dirigirse en forma descuidada y negligente. Los que trabajan en un cargo que requiere el manejo de dinero debieran mantener un registro cuidadoso de cada centavo recibido o gastado. La adquisición de hábitos de exactitud los capacitará para prestar mayor utilidad.MPu 286.1
Cuando un colportor continúa pidiendo libros pero no envía un informe de los que ha entregado ni del dinero recibido de su venta, los dirigentes del departamento, deben investigar con tacto y bondad cuál es la verdadera situación. Proveer libros a un colportor sin que él los pague, hasta que se endeude sin la posibilidad de pagar, es favorecer la injusticia entre el colportor y sus empleadores. Esa forma descuidada y negligente de trabajar resulta desanimadora.MPu 286.2
El colportor que llegue a la conclusión de que es incapaz de trabajar con éxito en la venta de libros, debiera hablar con su jefe y comunicarle que no puede continuar en ese trabajo.MPu 286.3
El colportor debe ser veraz, honrado y fiel. ¡Cuántas personas podrían librarse de la tentación, y cuánta aflicción podría evitarse, si todos nuestros obreros fueran enseñados a ser firmes como el acero en su respeto a los principios!—Manuscrito 20, 1904.MPu 286.4
Procúrese ganar la confianza de los auxiliares—Que todos los que trabajan en la casa editora recuerden que están en una escuela, de la que deben salir preparados para desempeñarse en responsabilidades espirituales. Que los administradores de la obra no descuiden la salvación de la gente y que trabajen asiduamente a fin de preparar obreros para que entren en nuevos campos. Deben instarlos a presentar la verdad, no sólo mediante preceptos, sino también en forma práctica, ejemplificando en sus vidas perfectamente la religión en la que profesan creer. Mientras ellos mismos se esfuercen fielmente por vencer, estarán enseñando a otros a convertirse en vencedores. Dios trabaja con el fiel mayordomo que trata de hacer lo mismo que Cristo haría en su lugar.MPu 286.5
No tratéis de rehuir las responsabilidades. Hacerlo sería deshonrar la vocación del discipulado. Cristo representó a su Padre cuando desempeñó su ministerio en este mundo. Debemos seguir sus pasos.—Carta 140, 1901.MPu 287.1
Mujeres jóvenes como obreras—Mujeres instructoras debieran trabajar con las mujeres jóvenes, no para ver cuánto trabajo pueden lograr de su parte, sino para ganar su amor y confianza. Cuando lo hayan logrado, no habrá dificultades en el trabajo, porque las obreras sentirán deseos de agradar.MPu 287.2
El Señor pide a los que están dedicados a la sagrada obra de publicar la verdad que den evidencia de que han sido purificados por la gracia divina. A medida que los discípulos de Cristo revelan su carácter, manifiestan su poder milagroso y dan un testimonio convincente de la verdad de su palabra.—Carta 140, 1901.MPu 287.3
Hay que cumplir el deber a cualquier costo—El poderoso Dios de Israel es nuestro Dios. En él podemos confiar, y si obedecemos sus requerimientos, obrará por nosotros tan señaladamente como lo hizo por su antiguo pueblo. Todo el que procure seguir el camino del deber se verá a veces asaltado por la duda e incredulidad. El camino estará a veces tan obstruido por obstáculos aparentemente insuperables, que ello podrá descorazonar a los que cedan al desaliento; pero Dios les dice: Seguid adelante. Cumplid vuestro deber cueste lo que costare. Las dificultades de aspecto tan formidable, que llenan vuestra alma de espanto, se desvanecerán a medida que, confiando humildemente en Dios, avancéis por el sendero de la obediencia.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 466.MPu 287.4
La obra del colportaje no es para todos—Consideremos el plan propuesto en el congreso de Minneapolis. Algunas personas que no habían recibido el consejo de Dios prepararon una propuesta, la cual fue adoptada. Esta prescribía que no debía aceptarse a nadie como ministro evangélico, a menos que primero tuviera éxito en el campo del colportaje. El Espíritu del Señor no dictó esa resolución. Fue gestada en mentes que tenían un concepto estrecho de la viña de Dios y de sus obreros. No es la obra de ningún hombre prescribir el trabajo para ningún otro hombre contrariando sus propias convicciones de lo que es su deber. Puede aconsejárselo, pero él tiene que buscar la dirección de Dios, a quien pertenece y sirve.MPu 287.5
Si alguien se dedica al colportaje pero es incapaz de sostenerse a sí mismo y a su familia, sus hermanos tienen el deber, hasta donde puedan hacerlo, de ayudarle a salir de su dificultad, y desinteresadamente idear medios para que este hermano pueda trabajar de acuerdo con su habilidad y así obtener honradamente los recursos necesarios para sostener a su familia.MPu 288.1
Cuando una persona lucha honradamente para sostener a su familia, pero no lo consigue, de modo que sufren por falta de alimento y ropa, el Señor no considerará inocentes a nuestros hermanos administradores si lo tratan con indiferencia o prescriben condiciones, para este hermano, que son virtualmente imposibles de satisfacer...MPu 288.2
Ahora bien, ¿le ha dicho Dios a usted que este hermano debía continuar trabajando en el colportaje, hasta quedar libre de deudas? ¿No le ha ordenado, más bien, como ministro de Cristo, que busque la manera de librarlo de su aflicción, y que estimule a otros para que lo alivien de su deuda, y así permitir que luego reciba sus convicciones de Dios con respecto a la obra que él le ha dado habilidad para llevar a cabo?—Manuscrito 34, 1894.MPu 288.3
En el servicio de Dios no hay lugar para los holgazanes—La empresa de obtener la vida eterna se encuentra por encima de cualquier otra consideración. Dios no quiere holgazanes en su causa. La obra de advertir a los pecadores que huyan de la ira venidera, requiere hombres fervientes que se preocupen por las almas y que no estén dispuestos a valerse de cualquier excusa para evitar las cargas o abandonar la obra. Los pequeños desánimos, el tiempo desagradable o dolencias imaginarias, le parecen causa suficiente al Hno. R para disculparse por no participar en alguna actividad. Hasta recurre a sus amistades; y cuando surgen deberes que no tiene ganas de cumplir, cuando su indolencia clama por ser complacida, con frecuencia presenta la excusa de enfermedad, cuando no existe razón por la que debiera estar enfermo; a menos que como resultado de sus hábitos de indolencia y complacencia del apetito, todo su organismo se haya obstruido a causa de la inacción. Podría tener buena salud si respetara las leyes de la vida y la salud, y si hiciera brillar la luz de la reforma pro salud en todos sus hábitos.—Testimonies for the Church 3:557.MPu 288.4
No se debe medir el trabajo por el sistema de las ocho horas—El salvador fue un obrero incansable. No midió su trabajo por horas; dedicó su tiempo, su corazón y su fortaleza a trabajar en beneficio de la humanidad. Pasó días enteros trabajando y noches completas en oración para poder hacer frente con firmeza al astuto enemigo y todas sus obras engañosas, y para ser fortificado a fin de realizar su obra de elevación y restauración de la humanidad.MPu 289.1
La persona que ama a Dios no mide su trabajo por el sistema de las ocho horas. Trabaja a toda hora y nunca está fuera de servicio. Hace el bien a medida que se le presenta la oportunidad de hacerlo. En todas partes, en todo tiempo y en todo lugar encuentra oportunidades de trabajar para Dios. Lleva fragancia con él por dondequiera que va. Una atmósfera sana rodea su alma. La hermosura de su vida bien ordenada y santa conversación inspira en otros fe, esperanza y valor.MPu 289.2
Se necesitan misioneros de corazón. Los esfuerzos espasmódicos harán muy poco bien. Debemos cautivar la atención. Debemos manifestar profundo empeño.—Testimonies for the Church 9:45.MPu 289.3
El ejemplo positivo de Jaime White—Cuando llegó la aflicción en la vida de mi esposo, otros hombres fueron elegidos para ocupar su lugar. Ellos commenzaron con un buen propósito, pero nunca habían aprendido la lección de abnegación. Si hubieran sentido la necesidad de agonizar con fervor delante de Dios diariamente, y de arrojar sus almas en la obra de abnegación no dependiendo del yo sino de la sabiduría de Dios, habrían mostrado que sus obras eran realizadas en Dios. Si cuando ellos no satisficieron la mente del Espíritu de Dios, hubieran escuchado los reproches y consejos dados, habrían sido salvados del pecado.MPu 289.4
Un hombre que es honesto delante de Dios tratará con justicia a sus semejantes, ora sea que esto favorezca sus propios intereses personales o no. Los actos exteriores son un reflejo claro de los principios interiores. Muchos a quienes Dios llamó a su obra han sido probados; y muchos otros hay a quienes Dios está probando actualmente.MPu 290.1
Después que Dios nos hubo probado en el horno de aflicción, él levantó a mi esposo y le dio mayor claridad de mente y poder de intelecto para planear y ejecutar que los que había tenido antes de su aflicción. Cuando mi esposo sentía su propia debilidad y avanzaba en el temor de Dios, el Señor era su fortaleza. Pronto en la palabra y en la acción, él ha impulsado las reformas en momentos en que, de no hacerlo, el pueblo habría languidecido. El ha hecho donativos muy generosos, temiendo que sus medios resultaran una trampa para él.—Notas Biográficas de Elena G. de White, 269, 270.MPu 290.2
Evítese tener juntas a horas irrazonables—Recuerden los que asisten a reuniones de juntas que se encuentran con Dios, quien les ha dado su obra. Reúnanse con reverencia y consagración de corazón. Se reúnen para considerar asuntos importantes relacionados con la causa de Dios. En todo detalle sus acciones deben demostrar que desean comprender su voluntad acerca de los planes que se han de trazar para el progreso de su obra. No malgasten un momento en conversación sin importancia; porque los asuntos del Señor deben dirigirse en forma perfecta y eficiente. Si algún miembro de una junta es descuidado e irreverente, recuérdesele que está en presencia de un Testigo que pesa todas las acciones.MPu 290.3
Se me ha indicado que las reuniones de junta no agradan siempre a Dios. Algunos han acudido a estas reuniones con un espíritu de crítica, frío, duro, y carente de amor. Los tales pueden hacer mucho daño; porque los acompaña la presencia del maligno que los mantiene del lado erróneo. Con cierta frecuencia su actitud insensible hacia las medidas que están considerando produce perplejidad y demora las decisiones que debieran tomarse. Los siervos de Dios que necesitan descanso mental y sueño han sido angustiados y recargados por estos casos. Con la esperanza de llegar a una decisión, continúan sus reuniones hasta muy avanzada la noche. Pero la vida es demasiado preciosa para ponerla en peligro de esta manera. Dejad al Señor llevar la carga. Esperad que él ajuste las dificultades. Dad descanso al cerebro agobiado. El prolongar las sesiones hasta horas que no son razonables es destructor para las facultades físicas, mentales y morales. Si se diese al cerebro los debidos momentos de descanso, los pensamientos serían claros y agudos, y los asuntos se atenderían con presteza.—Joyas de los Testimonios 3:196.MPu 291.1
Relación de la dieta con la actitud en las reuniones—Antes que nuestros hermanos se reúnan en concilio o reuniones de directorio, cada uno debe presentarse ante Dios, escudriñar cuidadosamente su corazón y examinar sus motivos con ojo crítico. Rogad al Señor que él se os revele para que no critiquéis o condenéis imprudentemente las medidas propuestas.MPu 291.2
Sentados ante mesas abundantemente cargadas, ciertos hombres comen a menudo mucho más de lo que pueden digerir fácilmente. El estómago recargado no puede hacer debidamente su trabajo. El resultado es una sensación desagradable de embotamiento del cerebro y el espíritu no actúa prestamente. Las combinaciones impropias de alimentos crean disturbios; se inicia la fermentación; la sangre queda contaminada y el cerebro se confunde.MPu 291.3
El hábito de comer en exceso, o de comer demasiadas clases de alimentos en una comida, causa con frecuencia dispepsia. Se ocasiona así un grave daño a los delicados órganos digestivos. El estómago protesta en vano y suplica al cerebro que razone de causa a efecto. La excesiva cantidad de alimento ingerido, o la combinación impropia, hace su obra perjudicial. En vano dan su advertencia las prevenciones desagradables. El sufrimiento es la consecuencia. La enfermedad reemplaza a la salud.MPu 291.4
Puede ser que algunos pregunten: ¿Qué tiene que ver esto con las reuniones de la junta? Muchísimo. Los efectos de comer en forma errónea penetran en las reuniones de concilio y de junta. El cerebro queda afectado por la condición del estómago. Un estómago desordenado produce un estado mental desordenado e incierto. Un estómago enfermo produce una condición enfermiza del cerebro, y con frecuencia le induce a uno a sostener con terquedad opiniones erróneas. La supuesta sabiduría de una persona tal es insensatez para Dios.—Joyas de los Testimonios 3:197.MPu 292.1
Enseñando los principios de salud con el ejemplo—El colportor, en su relación con la gente, puede hacer mucho para demostrar el valor de la vida saludable. En lugar de quedarse en un hotel, debiera, cuando es posible, obtener alojamiento en una casa de familia. Cuando se encuentra a la mesa sentado con la familia, debe practicar la instrucción dada en los libros de salud que vende, y elevar el estandarte de la estricta temperancia. A medida que se ofrezca la oportunidad, debe hablar del valor del régimen de alimentación saludable. Nunca debiera avergonzarse de decir: “No, gracias; no como carne”. Si le ofrecen té, debe rehusarlo, y explicar que es perjudicial, aunque durante algunos momentos produzca efecto estimulante, pero cuando pasa ese efecto, se produce una depresión correspondiente. Debe explicar los efectos perjudiciales de las bebidas intoxicantes, del tabaco, del té y del café, sobre los órganos y el cerebro.—Consejos sobre la Salud, 461.MPu 292.2
Cómo encender mil antorchas—Los que se desempeñan en cargos de influencia y responsabilidad en la iglesia, debieran ir al frente en la causa Dios. Si avanzan de mala gana, otros ni siquiera se moverán. Pero su celo y su ejemplo “ha estimulado a muchos”. Cuando su luz brille esplendorosamente, mil antorchas se encenderán en su llama.—The Southern Watchman, 5 de abril de 1904.MPu 292.3