Capítulo 10—Razones para el divorcio
Adulterio: única razón para el divorcio—Una mujer puede estar legalmente divorciada de su esposo por las leyes del país y sin embargo no estar divorciada a la vista de Dios ni según la ley superior. Sólo un pecado, el adulterio, puede hacer al esposo o a la esposa libres del voto matrimonial a la vista de Dios. Aunque las leyes del país concedan el divorcio, los cónyuges siguen siendo marido y mujer de acuerdo con la Biblia y las leyes de Dios.TCS 88.1
Vi que la Hna.----no tiene todavía derecho a casarse con otro hombre; pero si ella, o cualquier otra mujer, obtuviese legalmente el divorcio porque su esposo se hizo culpable de adulterio, entonces quedaría libre para casarse con quien quisiera.—Carta 4a, 1863; El hogar adventista 313, (1894).TCS 88.2
Entre los judíos se permitía que un hombre repudiase a su mujer por las ofensas más insignificantes, y la mujer quedaba en libertad para casarse otra vez. Esta costumbre llevaba a gran miseria y pecado. En el Sermón del Monte Jesús dijo claramente que no podía haber disolución del casamiento, excepto por infidelidad a las promesas solemnes del matrimonio. “El que repudiare a su mujer—dijo él—, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio”. Mateo 5:32.TCS 88.3
Después, cuando los fariseos lo interrogaron acerca de la legalidad del divorcio, Jesús dirigió la atención de sus oyentes hacia la institución del matrimonio conforme se ordenó en la creación del mundo. “Por la dureza de vuestro corazón—dijo él—Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres, mas al principio no fue así”. Mateo 18:8. Se refirió a los días bienaventurados del Edén, cuando Dios declaró que todo “era bueno en gran manera”. Entonces tuvieron su origen dos instituciones gemelas, para la gloria de Dios en beneficio de la humanidad: el matrimonio y el sábado. Al unir Dios en matrimonio las manos de la santa pareja diciendo: “Dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2:24), dictó la ley del matrimonio para todos los hijos de Adán hasta el fin del tiempo. Lo que el mismo Padre eterno había considerado bueno era la ley que reportaba la más elevada bendición y progreso para los hombres.—El Discurso Maestro de Jesucristo, 56, 57 (ACES, 1975).TCS 89.1
Cambio de disposición, no de estado—He recibido una carta de su esposo. Quiero decirle que hay un solo motivo por el cual un esposo puede separarse legalmente de su esposa, o una esposa de su esposo, y ese motivo es el adulterio.TCS 89.2
Si vuestros temperamentos no congenian, ¿no glorificaríais a Dios cambiando dichos temperamentos?TCS 89.3
Una pareja de cónyuges debe cultivar el respeto y el afecto mutuos. Deben velar acerca de su espíritu, sus palabras, sus actos, con el fin de no decir ni hacer nada que cause irritación o molestia. Cada uno debe preocuparse por el otro, y hacer cuanto esté a su alcance para fortalecer su afecto mutuo.TCS 89.4
Os aconsejo a ambos que busquéis al Señor. Con amor y bondad, cumplid vuestro deber uno para con el otro. El esposo debe cultivar hábitos de laboriosidad, y hacer cuanto pueda para sostener la familia. Esto inducirá a la esposa a tenerle respeto...—Carta 168, 1901; El hogar adventista, 313, 314 (1894).TCS 89.5