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La Verdad acerca de los Angeles - Contents
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    Cristo asciende a su padre

    “Id—dijeron los ángeles a las mujeres—, decid a sus discípulos, y a Pedro, que él va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo”. Marcos 16:7. Estos ángeles habían estado con Cristo como ángeles custodios durante su vida en la tierra. Habían presenciado su juicio y crucifixión. Habían oído las palabras que él dirigiera a sus discípulos.—El Deseado de Todas las Gentes, 735.VAAn 218.4

    Prestamente, las mujeres se apartaron del sepulcro y “con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos”. Mateo 28:8.VAAn 218.5

    María no había oído las buenas noticias. Ella fue a Pedro y a Juan con el triste mensaje: “Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto”. Juan 20:2.VAAn 218.6

    Los discípulos se apresuraron a ir a la tumba, y la encontraron como había dicho María. Vieron los lienzos y el sudario, pero no hallaron a su Señor...VAAn 219.1

    María había seguido a Juan y a Pedro a la tumba; cuando volvieron a Jerusalén, ella quedó. Mientras miraba al interior de la tumba vacía, el pesar llenaba su corazón. Mirando hacia adentro, vio a los dos ángeles, el uno a la cabeza y el otro a los pies de donde había yacido Jesús. “Mujer, ¿por qué lloras?”, le preguntaron. “Porque se han llevado a mi Señor—contestó ella—, y no sé dónde le han puesto”.VAAn 219.2

    Entonces ella se apartó, hasta de los ángeles, pensando que debía encontrar a alguien que le dijese lo que habían hecho con el cuerpo de Jesús. Otra voz se dirigió a ella: “Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?” A través de sus lágrimas, María vio la forma de un hombre, y pensando que fuese el hortelano dijo: “Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré”.VAAn 219.3

    Pero ahora, con su propia voz familiar, Jesús le dijo: “¡María!” Entonces supo que no era un extraño el que se dirigía a ella y, volviéndose, vio delante de sí al Cristo vivo. En su gozo, se olvidó que había sido crucificado. Precipitándose hacia él, como para abrazar sus pies, dijo “¡Raboni!” Pero Cristo alzó la mano diciendo: “No me toques, porque aún no he subido a mi Padre”. Juan 20:11-17.VAAn 219.4

    Jesús se negó a recibir el homenaje de los suyos hasta tener la seguridad de que su sacrificio era aceptado por el Padre. Ascendió a los atrios celestiales, y de Dios mismo oyó la seguridad de que su expiación por los pecados de los hombres había sido amplia, de que por su sangre todos podían obtener vida eterna...VAAn 219.5

    Después que hubo ascendido al Padre, Jesús apareció a las otras mujeres diciendo: “¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron. Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán”. Mateo 28:9-10.—El Deseado de Todas las Gentes, 733-736.VAAn 220.1

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