18—Una exhortación dirigida a D. M. Canright
Battle Creek,
15 de octubre de 18802MS 184.1
Pastor D. M. Canright
Estimado Hermano,
Me ha entristecido el enterarme de su decisión, pero tenía razones para esperarla. Vivimos en un tiempo cuando Dios está probando a su pueblo. Todo lo que pueda sacudirse será sacudido. Permanecerán firmes únicamente los que tienen el alma afianzada en la Roca eterna. Los que se apoyan en su propia comprensión, los que no moran permanentemente en Cristo, estarán sujetos justamente a cambios como éste. Si su fe ha estado arraigada en el hombre, entonces podemos esperar tales resultados.2MS 184.2
Pero si Ud. ha decidido cortar toda relación con nosotros como pueblo, tengo que formularle un pedido, por su bien tanto como por el bien de la causa de Cristo: Manténgase alejado de nuestro pueblo, no visite a los miembros y no comente con ellos sus dudas ni su incredulidad. Satanás está rebosante de alegría porque Ud. se ha apartado del estandarte de Jesucristo, y se ha colocado bajo su propia bandera. Ve en Ud. a una persona a quien puede convertir en un agente valioso para edificar su reino. Ud. está siguiendo la misma conducta que yo esperaba que siguiera si cedía a la tentación. 2MS 184.3
Ud. siempre anheló el poder y la popularidad, y ésta es una de las razones que explican su posición actual. Pero le ruego que mantenga para Ud. mismo sus dudas, sus objeciones y su escepticismo. El pueblo le ha atribuido más firmeza de propósito y estabilidad de carácter que los que Ud. poseía. Se pensó que Ud. era un hombre fuerte; y cuando Ud. expresa sus turbios pensamientos y sentimientos, Satanás está listo para hacer que esos pensamientos y sentimientos sean tan intensamente poderosos en su carácter engañador, que muchas almas lleguen a ser engañadas y a perderse a causa de la influencia de un alma que ha elegido las tinieblas antes que la luz, y que se ha colocado presuntuosamente al lado de Satanás, en las filas del enemigo. 2MS 185.1
Ud. ha querido exaltarse demasiado, y realizar manifestaciones que llamaran la atención y hacer ruido en el mundo, y como resultado de esto, su ocaso ciertamente será en tinieblas. Ud. sufre cada día pérdida eterna. El niño que se escapa de la escuela piensa que está engañando a sus padres y a su maestro, ¿pero quién sufre la mayor pérdida? ¿No es acaso él mismo? ¿No se está engañando a sí mismo al privarse del conocimiento que podría obtener? Dios quiere que seamos eficientes en la imitación del ejemplo de Cristo en términos de buenas obras; pero Ud. se está evadiendo, está alimentando un sentimiento que atormentará y envenenará su alma, y provocará su propia ruina; se está evadiendo de las importantes cosas eternas, y está privando a su alma de las riquezas, del conocimiento de la plenitud de Cristo. Su ambición se ha elevado tanto que no aceptará nada que no sea la exaltación de sí mismo. Ud. no se conoce a sí mismo. Lo que siempre necesitó fue un corazón humilde y contrito.2MS 185.2
Cristo es el hombre modelo
¿Cómo fue la vida de Cristo? El cumplía tan ciertamente su misión como Hombre modelo cuando trabajaba como carpintero ocultando al mundo el gran secreto de su misión divina, como cuando andaba sobre las olas coronadas de espuma en el mar de Galilea, o cuando resucitaba a los muertos, o cuando moría como sacrificio por el hombre a fin de poder elevar a toda la humanidad a una vida nueva y perfecta. Jesús moró largo tiempo en Nazaret, desconocido y sin honra, para que la lección de su ejemplo enseñase a los hombres y a las mujeres cuán estrechamente deben caminar con Dios hasta en los asuntos más comunes de la vida diaria. Cuán humillante, cuán rudo y común fue este descenso de la Majestad del cielo, efectuado para poder convertirse en uno de nosotros. Atrajo la simpatía de todos los corazones al mostrarse capaz de simpatizar con todos. Los hombres de Nazaret preguntaron llenos de dudas: ¿“No es éste el carpintero” (Marcos 6:3), el Hijo de José y María? 2MS 186.1
El cielo y la tierra no están hoy más apartados de lo que estuvieron cuando hombres de ocupaciones sencillas se encontraron con ángeles al mediodía, o cuando en las llanuras de Belén los pastores oyeron los cantos de las huestes celestiales mientras cuidaban sus rebaños durante la noche. No es el esfuerzo para alcanzar distinción lo que lo engrandecerá a Ud. a la vista de Dios, sino que la sencilla vida de bondad y de fidelidad es lo que lo hará el objeto de la protección especial de los ángeles del cielo. El Hombre modelo, que no consideró una usurpación el ser igual con Dios, tomó nuestra naturaleza y vivió cerca de treinta años en un oscuro pueblo de Galilea, oculto entre las montañas. Aunque toda la hueste angélica estaba a sus órdenes, él no pretendió ser nadie grande o eminente. No hizo preceder su nombre por el título de “profesor” a fin de agradarse a sí mismo. Era un carpintero que trabajaba a sueldo, un siervo de aquellos para quienes trabajaba; pero demostró que el cielo puede estar muy cerca de nosotros en los oficios comunes de la vida, y que los ángeles de las cortes celestiales protegerán los pasos de los que van y vienen conforme a la voluntad divina. 2MS 186.2
¡Ojalá el Espíritu de Dios descansase sobre sus profesos seguidores! Todos debemos estar dispuestos a trabajar, porque ésta es la lección que Cristo nos ha dado mediante su vida. Si Ud. hubiese vivido para Dios en las cosas comunes, haciendo su trabajo perfecta y fielmente cuando no había nadie que dijera que estaba bien hecho, no se encontraría en la posición en que ahora está. Ud. podría lograr que su vida fuese fiel por las buenas palabras pronunciadas sabiamente, por las buenas obras hechas con consideración, por las manifestaciones diarias de humildad, pureza y amor. En vista de toda la luz que Ud. ha tenido, temo que haya hecho su movimiento definitivo. Ud. le ha dado todas las ventajas a Satanás.2MS 187.1
Decisiones apresuradas
En ciertos momentos hay que tomar decisiones que fijan la condición de uno para siempre. Satanás ha ido a Ud. así como fue a Cristo, a ofrecerle honor y gloria mundanos, si Ud. estaba dispuesto a reconocer su supremacía. Ahora Ud. está haciendo esto. Pero antes de dar otro paso, lo insto a reflexionar. 2MS 187.2
¿Qué anotaciones concernientes a Ud. están registrando los ángeles? ¿Cómo hará frente Ud. a ese registro? ¿Qué excusa presentará Ud. a Dios por su apostasía? Ud. siempre ha deseado realizar una obra grandiosa. Si se hubiera conformado con hacer su obra pequeña con exactitud y fidelidad, esto hubiera recibido la aprobación del Maestro. Pero recuerde que se requerirá toda una vida para recuperar lo que se descarta en un momento cuando se cede a la tentación y cuando se actúa atolondradamente.2MS 187.3
Estamos viajando, como extranjeros y peregrinos, rumbo a una patria mejor; pero sería mucho mejor para Ud. y para mí ser como bestias de carga que aran el campo antes que estar en el cielo sin tener un corazón que simpatice con sus moradores. Mediante un acto momentáneo de la voluntad Ud. puede colocarse bajo el poder de Satanás, pero se requerirá más que un acto momentáneo de la voluntad para romper sus grilletes y alcanzar una vida más elevada y más santa. Puede tomarse la decisión y comenzarse el trabajo, pero su realización requerirá esfuerzo, tiempo y perseverancia, paciencia y sacrificio. El hombre que se alejó deliberadamente de Dios mientras andaba a plena luz, cuando desee regresar a él, encontrará que espinas y abrojos han crecido en su senda, y no debe sorprenderse ni desanimarse si se ve obligado a recorrer un largo trecho con los pies heridos y sangrantes. La evidencia más tremenda y temible de la caída de un hombre desde una condición mejor, consiste en el hecho de que es tan difícil volver a esa condición. El camino de retorno puede recorrerse tan sólo mediante una dura lucha, centímetro por centímetro, y hora tras hora. 2MS 187.4
La senda que conduce al cielo es demasiado angosta para permitir que los de figuración social y los ricos la recorran pomposamente; demasiado estrecha para dar lugar a la ambición, y demasiado empinada y áspera para que transiten por ella los carruajes de la comodidad. El esfuerzo, la paciencia, la abnegación, el vituperio, la pobreza, el trabajo duro, la oposición de los pecadores: todo esto constituyó la parte que Cristo debió soportar, y también debe ser la parte que el ser humano debe llevar si desea entrar alguna vez en el Paraíso de Dios.2MS 188.1
Si Ud. ha abandonado su fe con tanta facilidad, esto se debe a que nunca afirmó debidamente las raíces de su fe. Le ha costado demasiado poco. Si su fe no lo sostiene en la prueba y lo conforta en la aflicción, se debe a que ésta no se ha fortalecido mediante el esfuerzo ni se ha purificado por el sacrificio. Los que estén dispuestos a sufrir por Cristo experimentarán más gozo en el sacrificio que en el hecho de que Cristo sufrió por ellos, mostrando así que los amó. Quienes ganen el cielo, realizarán los esfuerzos más nobles de que son capaces y trabajarán con toda paciencia para cosechar el fruto del esfuerzo. 2MS 188.2
Hay una mano que abrirá de par en par las puertas del Paraíso para que entren los que hayan soportado la prueba de la tentación y hayan mantenido una buena conciencia abandonando el mundo, sus honores y su aprobación, por amor a Cristo, confesándolo así delante de los hombres, y esperando pacientemente que él confesara sus nombres delante del Padre y de los santos ángeles. 2MS 189.1
La influencia de la duda
No pido una explicación de su conducta. El Hno. [C.W.] Stone quiso leerme su carta. Rehusé escucharla. El hálito de la duda, de la queja y la incredulidad es contagioso; si hago que mi mente sirva de canal para la corriente de agua sucia, turbia y contaminada que procede de la fuente de Satanás, alguna sugestión podría permanecer en mi mente y contaminarla. Si las sugestiones satánicas han ejercido tanto poder sobre Ud. como para inducirlo a vender su primogenitura por un plato de lentejas—la amistad de los enemigos del Señor—, no quiero oír nada acerca de sus dudas, y espero que Ud. será vigilado, para que no contamine otras mentes; porque la misma atmósfera que rodea a un hombre que se atreve a realizar las declaraciones que Ud. ha hecho constituye un miasma venenoso. 2MS 189.2
Le ruego que se mantenga bien alejado de los que creen la verdad, porque si Ud. ha elegido el mundo y los amigos del mundo, debe buscar su compañía. No envenene la mente de otras personas ni se convierta así en el instrumento especial de Satanás para trabajar por la ruina de las almas. Si Ud. no ha adoptado definitivamente su posición, apresúrese a resistir al diablo antes de que sea demasiado tarde para siempre. No dé otro paso en las tinieblas, pero tome su posición como un hombre de Dios. 2MS 189.3
Si Ud. quiere elegir acertadamente el gran blanco y propósito de la vida, sin cometer error en su elección y sin temer el fracaso, debe poner a Dios en el primer lugar, en el último y en el mejor, en todo plan, obra y pensamiento. Si Ud. busca una senda que conduzca directamente a las tinieblas, lo único que debe hacer es arrojar la luz de Dios detrás de Ud., y vivir sin Dios. Cuando Dios señale su senda y diga: “Este es tu camino de seguridad y de paz”, Ud. solamente tiene que volver su rostro e ir en dirección opuesta al camino del Señor, y así sus pies se afirmarán en la perdición. Es la voz del Cordero de Dios la que nos dice: “Sígueme, y no andarás en tinieblas”.2MS 190.1
Una comisión del rey de reyes
Dios lo ha elegido para que realice una obra grandiosa y solemne. Ha estado procurando disciplinarlo y probarlo, para refinarlo y ennoblecerlo, para que haga esta obra sagrada teniendo en cuenta sólo su gloria, la cual pertenece plenamente a Dios. Cuán admirable es que Dios elija a un hombre y lo ponga en estrecho contacto con él, y le confíe una misión, un trabajo, que él debe hacer. Un hombre débil es fortalecido, un hombre tímido es hecho valiente, el irresoluto llega a ser un hombre de rápida y firme decisión. ¡Cómo puede ser que un hombre tenga tanta importancia como para recibir una comisión del Rey de reyes! ¿Lo apartará la ambición mundana del cometido sagrado, de la santa comisión? 2MS 190.2
La Majestad del cielo vino a nuestro mundo para dar al hombre un ejemplo de una vida pura y sin mácula, y para ofrecerse en sacrificio a fin de tener el gozo de salvar a los que estaban destinados a perecer. Todo el que sigue a Cristo es un colaborador suyo, y comparte con él la obra divina de salvar a las almas. Si Ud. piensa quedar libre de ella porque ve alguna perspectiva de unirse con el mundo para obtener mayor renombre, esto se debe a que ha olvidado cuánta grandeza y nobleza hay en hacer algo para Dios, y ha olvidado cuán exaltada es la posición de ser un colaborador con Jesucristo, un portaluz para el mundo, que arroja luz y amor en el camino de los demás.2MS 190.3
La recompensa de la fidelidad
Ud. tendrá un gran conflicto con el poder del mal en su corazón. Ha pensado que había una obra superior para Ud., pero es lamentable que no haya realizado la obra que estaba directamente delante de Ud., y que no la haya hecho fielmente, sin buscar en ninguna forma la exaltación de sí mismo; si lo hubiera hecho, su alma habría recibido una paz y un gozo más puros, ricos y satisfactorios que los que experimentan los conquistadores terrenos. Crecer en la gracia y el conocimiento es vivir y trabajar para Dios y hacer el mejor uso posible de todo nuestro tiempo y de nuestras facultades. Podemos hacerlo, porque es nuestra obra. Ud. debe dejar de lado sus dudas y tener plena fe en la realidad de su misión divina, si es que desea tener verdadero éxito en la obra.2MS 191.1
El gozo, el éxito y la gloria de su ministerio deben consistir en estar siempre listo para escuchar con oído atento para responder al llamado del Maestro: “Heme aquí, envíame a mí”. Isaías 6:8. Aquí estoy, Señor, con los sentimientos mejores y más santos de mi corazón; toma mi mente con sus pensamientos más puros y nobles; tómame y capacítame para tu servicio.2MS 191.2
Ahora lo exhorto a volver atrás tan rápidamente como pueda; acepte la misión que Dios le ha confiado, y busque la pureza y la santidad para santificar esa misión. No se demore; no claudique entre dos opiniones. Si el Señor es Dios, sírvale; pero si Baal lo es, sírvalo a él. Ud. tiene que volver a aprender en la escuela del sufrimiento la antigua lección de la confianza en Dios. Deje que D. M. Canright sea absorbido por Jesús...2MS 191.3
Puede ser que dentro de poco se llamen nuestros nombres, y que no haya nadie para responder. Deje que la vida se oculte en Dios y que el nombre se registre en el cielo, y sea inmortalizado. Siga hacia dondequiera que Cristo señale el camino, y que las pisadas que Ud. deja en las arenas del tiempo, sean de tal naturaleza que otros puedan seguirlas en la senda de la santidad.2MS 191.4
A lo largo de todo el camino que conduce hacia la muerte, hay dolores y penalidades, hay aflicciones y frustraciones, hay advertencias de los mensajeros de Dios que prohíben ir por él, y Dios hará las cosas difíciles para los descuidados y los obstinados que procuran destruirse a sí mismos. A lo largo de todo el camino ascendente que conduce a la vida eterna, hay fuentes de gozo para refrescar a los cansados. El verdadero e intenso gozo del alma comienza cuando Cristo se forma en el interior, como la esperanza de gloria. Si Ud. elige ahora el camino que Dios le muestra y va hacia donde la voz del deber lo llama, desaparecerán las dificultades que Satanás ha magnificado delante de Ud.2MS 192.1
Ningún camino es seguro, salvo el que se torna cada vez más claro y más firme a medida que Ud. lo recorre. El pie a veces puede resbalar aun en el camino más seguro. A fin de andar sin temor, Ud. debe saber que su mano está firmemente sostenida por la mano de Cristo. No debe pensar ni por un momento que tal vez no haya peligro para Ud. Hasta los más sabios cometen errores. Aun los más fuertes desfallecen a veces. Los necios, los confiados en sí mismos, los testarudos y los altivos, que avanzan descuidadamente por senderos prohibidos, y que se jactan de poder cambiar su conducta cada vez que lo deseen, están recorriendo un camino lleno de trampas. Pueden recuperarse de una caída, de un error que cometan, pero son muchos los que dan un paso en falso que basta para determinar su ruina eterna.2MS 192.2
Si Ud. práctica la política de no comprometerse a fin de obtener ventajas que de otro modo no podría conseguir, si Ud. busca mediante el artificio y la astucia aquello que debería ganar por la perseverancia, el trabajo y el conflicto, quedará enredado en una red que Ud. mismo habrá tejido, y se arruinará, no sólo para este mundo sino también para la vida futura.2MS 192.3
Que Dios no permita que su fe naufrague en este punto. Contemple a Pablo; escuche sus palabras que resuenan a lo largo del tiempo: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida”. 2 Timoteo 4:7, 8. Este es el grito de victoria de Pablo. ¿Cuál será el suyo?2MS 193.1
Ahora, Hno. Canright, por el bien de su alma, aférrese firmemente de la mano de Dios, se lo ruego. Estoy demasiado cansada para seguir escribiendo. Que Dios lo libre de la trampa de Satanás es mi oración.—Carta 1, 1880.2MS 193.2