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El Ministerio Médico - Contents
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    Preparación para la eternidad

    Haced de vuestra vida una preparación para la eternidad. No tenéis ni un momento que perder. ¿Guardáis los mandamientos de Dios? ¿Teméis ofenderle? ¿Sentís vuestra dependencia de Cristo? ¿Sois conscientes de que debéis ser guardados en todo momento por su poder? ¿Está llena vuestra vida de sumisión, contentamiento y gratitud?MM 168.3

    Los obreros médicos misioneros son reconocidos por Cristo, no porque llevan el nombre que ostentan sino porque están bajo el cuidado protector del Misionero jefe, quien dejó el cielo para dar su vida por la vida del mundo. Él dice: “Si me amáis, guardad mis mandamientos... El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestará a él”.MM 168.4

    Entonces, como testigos de Dios, dad señal de que estáis bajo la disciplina y la enseñanza del Gran Médico misionero; que os habéis colocado en sus manos para manifestar su Espíritu, para mostrar al mundo el carácter sagrado de su gran obra y para revelar a los incrédulos la ventaja de estar bajo su protección.MM 169.1

    Un médico misionero no es de valor a la causa de Dios a menos que en su vida se hayan desarrollado todos los principios implícitos en el nombre que lleva. El evangelio de Cristo debe estar entretejido en su vida diaria. Debemos hacer de nuestra vida en este mundo un ejemplo, hasta donde nos sea posible, de lo que será la vida en el cielo. Cristo espera esto de todos los que afirman ser médicos misioneros. Ellos no deben dar cabida a un solo principio que esté contaminado de egoísmo. Deben presentarse ante el mundo como seguidores de Cristo, participantes de su abnegación y humillación, proclamando su venida.—Carta 63, 1903.MM 169.2

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