Loading...
Larger font
Smaller font
Copy
Print
Contents
Consejos Sobre el Régimen Alimenticio - Contents
  • Results
  • Related
  • Featured
No results found for: "".
  • Weighted Relevancy
  • Content Sequence
  • Relevancy
  • Earliest First
  • Latest First
    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents

    Hígado enfermo debido a un régimen erróneo

    204. El sábado pasado, mientras estaba hablando, vuestros pálidos rostros se destacaron claramente delante de mí, tal como me habían sido mostrados. Vi la condición de vuestra salud, y los males que habéis sufrido durante tanto tiempo. Se me mostró que no habéis vivido en forma saludable. Vuestros apetitos han sido perjudiciales para la salud, y habéis gratificado el gusto a expensas del estómago. Habéis introducido en vuestro estómago artículos que es imposible convertir en buena sangre. Esto ha colocado una carga pesada sobre el hígado, debido a que los órganos digestivos se hallaban perturbados. Ambos tenéis hígados enfermos. La reforma pro salud sería de beneficio para vosotros dos, si la siguierais estrictamente. No lo habéis hecho. Vuestros apetitos son mórbidos, y debido a que no os gusta un régimen sencillo, compuesto de harina de trigo sin cernir, verduras y frutas preparadas sin especias o grasas, estáis transgrediendo constantemente las leyes que Dios ha establecido en vuestro organismo. Mientras hacéis esto, debéis sufrir la penalidad; porque a cada transgresión se le adjudica una penalidad. Sin embargo, constantemente os admiráis de vuestra salud precaria. Estad seguros de que Dios no obrará un milagro para salvaros de los resultados de vuestra propia conducta...—Testimonies for the Church 2:67-70 (1868).CRA 147.1

    Los manjares suculentos y la fiebre

    No existe tratamiento que pueda aliviaros de vuestras actuales dificultades mientras coméis y bebéis de la manera en que lo hacéis. Podéis hacer en vuestro favor lo que los más experimentados médicos nunca podrán. Regulad vuestro régimen. A fin de gratificar el gusto, frecuentemente colocáis una carga pesada sobre vuestros órganos digestivos recibiendo en el estómago alimentos que no son los más saludables, y a veces en cantidades inmoderadas. Esto cansa el estómago, y lo inhabilita para la recepción de alimentos, aun de los más saludables. Mantenéis vuestros estómagos constantemente debilitados, debido a vuestros hábitos erróneos en el comer. Vuestros alimentos son demasiado suculentos. No están preparados en una forma sencilla y natural, sino que son completamente inadecuados para el estómago cuando los habéis preparado para agradar vuestro gusto. La naturaleza resulta cargada, y trata de resistir vuestros esfuerzos para incapacitarla. Escalofríos y fiebres son el resultado de esas tentativas para deshacerse de la carga que le habéis puesto encima. Debéis sufrir la penalidad de las leyes de la naturaleza violadas. Dios ha establecido leyes en vuestro sistema que no podéis violar sin sufrir el castigo correspondiente. Habéis consultado el gusto sin preocuparos de la salud. Habéis hecho algunos cambios, pero habéis tomado solamente algunos pasos en la reforma del régimen. Dios exige de vosotros temperancia en todas las cosas. “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”. 1 Corintios 10:31.CRA 148.1

    Culpando a la providencia

    De todas las familias con las que estoy relacionada, ninguna necesita los beneficios de la reforma pro salud más que vosotros. Gemís bajo el peso de dolores y postraciones que no podéis explicar, y tratáis de someteros a esa condición de tan buena gana como podéis, pensando que la aflicción es vuestra suerte, y que la Providencia lo ha ordenado así. Si pudierais abrir los ojos y pudierais ver los pasos que habéis tomado en vuestra vida para llegar precisamente a vuestra actual condición de salud empobrecida, os admiraríais de vuestra ceguera a no ver el verdadero estado del caso que tenéis delante. Habéis desarrollado apetitos antinaturales, y no sacáis de vuestros alimentos ni la mitad del gusto que tendríais si no hubierais usado vuestro apetito en forma equivocada. Habéis pervertido la naturaleza, y habéis estado sufriendo las consecuencias, y esto ha sido muy penoso.CRA 149.1

    El precio de “una buena comida”

    La naturaleza soporta los abusos por tanto tiempo como puede sin resistirse; pero de pronto despierta y realiza un gran esfuerzo para liberarse de los estorbos y del mal tratamiento que ha sufrido. Entonces vienen los dolores de cabeza, los escalofríos, las fiebres, la nerviosidad, la parálisis, y otros males demasiado numerosos para ser mencionados. Un proceder equivocado en el comer o en el beber destruye la salud y con ella la dulzura de la vida. ¡Oh, cuántas veces habéis comprado lo que llamasteis una buena comida a expensas de un organismo afiebrado, pérdida del apetito, y pérdida del sueño! ¡La incapacidad de disfrutar de los alimentos, una noche de insomnio, horas de sufrimiento: todo por una comida en que el gusto fue gratificado!CRA 149.2

    Millares han complacido sus apetitos pervertidos, han consumido una buena comida, como ellos dicen, y como resultado, se han acarreado una fiebre, o alguna otra enfermedad aguda, y algunos hasta la muerte. Eso fue placer comprado a un costo inmenso. Sin embargo muchos lo han hecho, y estos asesinos de sí mismos han sido elogiados por sus amigos y por el ministro, y llevados directamente al cielo a su muerte. ¡Qué pensamiento! ¡Glotones en el cielo! No, no; los tales nunca entrarán por las puertas de perla de la ciudad de oro de Dios. Los tales nunca serán exaltados a la diestra de Jesús, el precioso Salvador, el Hombre doliente del Calvario, cuya vida fue una vida de constante abnegación y sacrificio. Hay un lugar señalado para todos los tales entre los indignos, los que no tienen parte alguna en la vida mejor, en la herencia inmortal.CRA 149.3

    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents