Consejos Sobre el Régimen Alimenticio - Contents
- Prólogo
- Fechas en que los trozos fueron escritos o publicados por primera vez
-
Sección 1—Razones de la reforma
- Para la gloria de Dios
- Buscad la perfección
- Un asunto de obediencia
- Penalidad de la ignorancia
- No siempre son ignorantes
- La responsabilidad por la luz
- Una ofrenda sin tacha
- Una ofrenda despreciable
- El porqué de la luz de la reforma pro salud
- La importancia de los principios de la salud
- A la vanguardia de los reformadores
- La reforma pro salud y la oración por el enfermo
- Una lección aprendida del fracaso de Israel
- La carrera cristiana
- El ejemplo de Daniel
- Falta de preparación para el fuerte clamor
- Preparación para el refrigerio
- Un llamado a los vacilantes
- Todos son probados
- La verdadera reforma es la reforma del corazón
- Una cuestión de primordial importancia
- Un frente unido
- El tropezar contra la bendición
- Considerad el juicio
-
Sección 2—El régimen alimenticio y la espiritualidad
- La intemperancia como pecado
- Cuando la santificación es imposible
- La ignorancia voluntaria aumenta el pecado
- Efectos mentales de la desobediencia a la ley física
- El efecto sobre la apreciación de la verdad
- Efectos sobre el discernimiento y la decisión
- El efecto sobre la influencia y la utilidad propias
- “Hacedlo todo para la gloria de Dios”
- Relación con la vida victoriosa
-
La relación del régimen alimenticio con las normas morales
-
Sección 3—La reforma pro salud y el mensaje del tercer ángel
- Como la mano para el cuerpo
- La obra de Elías y de Juan como símbolo
- Dad el debido lugar a la obra en favor de la salud
- Necesidad de dominio propio
- Los pastores y los miembros deben obrar de concierto
- Una parte del mensaje, pero no su totalidad
- Su relación con las instituciones médicas
- Una cuña de entrada
- Para quitar prejuicios y aumentar la influencia
-
Sección 4—El régimen alimenticio debido
-
Capítulo 1—El régimen original
-
Capítulo 2—El régimen sencillo
- Una ayuda para lograr una percepción rápida
- Ahorrando mucho sufrimiento
- La recompensa de la perseverancia
- Avancemos
- Régimen alimenticio para las reuniones campestres
- La comida para el picnic
- Sencillez al hospedar a otros
- Listos para el huésped inesperado
- Pensad menos en el alimento temporal
- La influencia reformadora de una vida sencilla
-
Capítulo 3—Un régimen alimenticio adecuado
-
Capítulo 4—El régimen en diversos países
-
-
Sección 5—Fisiología de la digestión
- La recompensa de respetar las leyes de la naturaleza
- Efectos físicos de comer en exceso
- Traba la maquinaria
- La digestión es ayudada por el ejercicio moderado
- La ayuda del aire puro
- La molestia de una dieta líquida
- Los alimentos deben ser calientes, pero no demasiado
- La fuerza vital debilitada por los alimentos fríos
- Una advertencia a las personas ocupadas
- Comed lentamente, masticando en forma completa
- Una lección que debe ser repetida
- Evitad la indebida ansiedad
- La combinación de los alimentos
- Guerra en el estómago
- Estómagos pacíficos y temperamentos pacíficos
- Frutas y verduras
- Postres suculentos y verduras
- Azúcar y leche
- Las mezclas suculentas y complicadas
-
Sección 6—Los hábitos de alimentación inconvenientes como causa de enfermedad
- Una herencia de degeneración
- Ignorancia voluntaria de las leyes de la vida
- Los resultados sociales del apetito incontrolado
- Leyes violadas: naturales y espirituales
- Sufrimiento acarreado por uno mismo
- La enfermedad sigue a la complacencia del apetito
- Preparando el camino para la ebriedad
- Hígado enfermo debido a un régimen erróneo
- Efecto del comer impropio sobre el ánimo
- Llamamiento a adoptar la reforma
-
Sección 7—El comer en exceso
- Un pecado común pero grave
- Embarazando la maquinaria humana
- La glotonería como ofensa capital
- Un proceder que incita a la glotonería
- La causa de la debilidad física y mental
- Modorra durante el culto
- Una causa de olvidos
- Consejos a los obreros sedentarios y a los ministros
- La indigestión y las reuniones de junta
- No son ninguna recomendación de la reforma pro salud
- Cavan sus tumbas con sus dientes
-
Sección 8—El dominio del apetito
- La falta de dominio propio es el primer pecado
- Los días de Noé y los nuestros
- Esaú vencido por el apetito
- La codicia de Israel por la carne
- Adorando en el santuario del apetito pervertido
- La victoria de Cristo en nuestro favor
- El ejemplo de la victoria de Daniel
- Nuestro deber cristiano
- Esclavos del apetito
- El efecto de la complacencia física, mental y moral
- Un día futuro de remordimiento
- El apetito antinatural debe ser restringido
- La utilidad de los obreros de Dios depende de que dominen su apetito
- Un ruego a los colaboradores
- La conducta abstemia aumenta el vigor
- La relación de los hábitos con la santificación
- Se requiere una decisión del carácter
- La tentativa fútil de una reforma gradual
- El ruego de Pedro
- Por el poder de la voluntad y la gracia de Dios
- Una cuestión de valor moral
- La victoria en Cristo
-
Sección 9—La regularidad en las comidas
-
Sección 10—El ayuno
-
Sección 11—Los extremos en el régimen alimenticio
- Valor de una conducta consecuente
- Ideas erróneas acerca de la reforma
- Evítese un régimen empobrecido
- Hay que variar los menús
- La consideración de las necesidades individuales
- No se debe adelantar el tiempo de angustia
- Cuando la reforma pro salud se deforma
- El alimento debe ser apetitoso
- Influencia perjudicial de los extremistas
- Opiniones y pruebas personales
- Errar en favor del pueblo es preferible al extremo opuesto
- Deben evitarse ambos extremos
-
Sección 12—El régimen durante el embarazo
-
Sección 13—El régimen durante la infancia
- Consejos basados en la instrucción divina
- El niño
- Regularidad en las comidas
- Educación temprana del apetito
- La satisfacción propia y la impiedad
- Estudiemos la sencillez
- La intemperancia fomentada
- Enseñadles a aborrecer los estimulantes
- Alimentos especialmente perjudiciales para los niños
- La supresión de las tendencias al mal
- La cruel bondad de la complacencia
- Observaciones de viaje
- La causa de la irritabilidad y la nerviosidad
- La relación del régimen con el desarrollo moral
- La corrupción entre los niños
- Enseñad a los niños cómo hacer frente a la tentación
-
Sección 14—Método de cocinar saludable
- El cocinar deficiente es un pecado
- El respeto que merece quien cocina
- Es el deber de toda mujer llegar a ser una cocinera capaz
- Aprendan a cocinar los hombres y las mujeres
- Hay que estudiar las revistas de salud
- Estimúlese el desarrollo del talento individual
- Un llamado a establecer escuelas de cocina
- La reforma pro salud y la buena cocina
- El cambio de un régimen a base de carne
- La forma pobre de cocinar es una causa de enfermedad
- Epitafios apropiados
- Estúdiese la economía
- Vidas sacrificadas por comer a la moda
- La selección y preparación de los alimentos es importante
- El desayuno estereotipado
- Estudiad y practicad
- Son más esenciales las lecciones sobre arte culinario que sobre música
- Enseñad los misterios del arte culinario
-
Sección 15—Los alimentos sanosy los restaurantes higiénicos
- Del proveedor celestial
- Como el maná
- Conocimiento divinamente impartido
- Sencillo, fácil de preparar, saludable
- Más sencillos y más económicos
- A medida que aumente el hambre, los alimentos serán simplificados
- La lección de Cristo sobre la economía
- Alimentos obtenidos de productos locales en diferentes países
- Los alimentos sanos han de preceder a las fases avanzadas de la reforma pro salud
- Los ingredientes a base de nueces han de usarse con mesura
- Restaurantes higiénicos en los congresos
- Nuestros restaurantes han de proceder por principio
- Evítense las combinaciones complejas
- La misión de los restaurantes higiénicos
- El propósito final de la obra con los alimentos sanos
-
Sección 16—El régimen alimenticio en los sanatorios
- Cuidado racional y buen alimento
- Responsabilidad de médicos, dietólogos y enfermeros
- Búsquese la comodidad y la buena voluntad de los pacientes
- Exíjase solamente los cambios necesarios en los hábitos y las costumbres
- Realizad gradualmente los cambios dietéticos
- Variad el menú
- La influencia de las raciones exiguas y de los alimentos de mal sabor
- Los alimentos a base de carne no deben ser parte de la dieta del sanatorio
- No debe prescribirse la carne
- Precaución que debe tomarse al prescribir alimentos exentos de carne
- “No permitáis que aparezca”
- El servir té, café y carne en las piezas de los pacientes
- No debe prescribirse té, café y carne
- No han de servirse bebidas alcohólicas
- Platos que despierten el apetito
- Alimentos para inválidos
- La educación que proporciona la mesa del sanatorio
- La mesa de los ayudantes
- El cocinero, un misionero médico
-
Sección 17—El régimen alimenticio como remedio racional
- Agentes medicamentosos de la naturaleza
- Algunas cosas que podemos hacer por nosotros mismos
- La fe y la forma correcta de comer y beber
- Remedios racionales en los sanatorios
- El régimen alimenticio como remedio
- La temperancia estricta como remedio para la enfermedad
- Se necesita la mejor clase de alimentos
-
Sección 18—Frutas, cereales, legumbres y hortalizas
-
Capítulo 7—Las frutas
-
Capítulo 8—Los cereales
-
Capítulo 9—El pan
- Lo que sostiene la vida
- Hay religión en un buen pan
- El uso de la sosa en el pan
- El pan viejo es preferible al fresco
- Los males del pan agrio
- La ventaja de usar pan y otros alimentos duros
- Panecillos blandos calientes
- Bollos
- El pan integral es mejor que el pan blanco
- Los cereales que se usan en el pan pueden ser variados
- Panes dulces
-
Capítulo 10—Las legumbres y hortalizas
- Legumbres y hortalizas frescas preparadas con sencillez
- Una parte de un régimen completo
- Abundancia de verduras
- Algunos no pueden usar verduras
- Papas y batatas (camotes)
- Los frijoles son un plato saludable
- Cultivad y conservad legumbres y hortalizas
- Verduras y tomates en el régimen de Elena G. de White
-
-
Sección 19—Los postres
-
Sección 20—Los condimentos, etc.
-
Sección 21—Las grasas
-
Capítulo 19—La mantequilla
- Una reforma progresiva
- Reemplazada con aceitunas, crema, nueces y alimentos sanos
- No es lo mejor para los niños
- El uso abundante obstruye la digestión
- Cuando no puede obtenerse la clase más pura de mantequilla
- No han de ser clasificados con la carne
- Permítase que otros tengan sus convicciones
- Cautela contra los extremos
- Capítulo 20—La manteca de cerdo y la grasa
-
Capítulo 21—La leche y la crema
- Capítulo 22—Las aceitunas y el aceite de olivas
-
-
Sección 22—Las proteínas
-
Sección 23—Las carnes (continuación de “las proteínas”)
- El régimen a base de carne—Un resultado del pecado
- Depravación de los antediluvianos
- El fracaso y la pérdida espiritual de Israel
- El régimen sin carne ha de modificar el temperamento
- Rebelión y castigo
- El propósito de Dios para Israel
- Un ejemplo para nosotros
- De vuelta al régimen original
- La preparación para la traslación
- Perfeccionando la santidad
- El consumo de carne es especialmente peligroso ahora
- Los animales sufren su efecto
- Los efectos físicos de un régimen a base de carne aumentan la propensión a la enfermedad y a la muerte repentina
- Sangre enferma
- Cáncer, tuberculosis, tumores
- Disminuye el vigor mental
- Fortalece las pasiones bajas
- La conducta más segura
- No se reconoce la causa
- El cerdo es especialmente condenado
- La grasa y la sangre animal
- El pescado a menudo está contaminado
- Reconocimiento de condiciones de emergencia
- Un régimen sin carne es adecuado
- ¿Por qué usar alimento de segunda mano?
- La carne es un estimulante típico
- Provéanse sustitutos
- Excusas ilógicas
- Llamados fervientes a practicar la reforma
- Fuerza para resistir por medio del ayuno y la oración
- Cuando la oración por sanidad es inconsecuente
- Dirigentes en la reforma
- Un resumen
- La reforma progresiva en la alimentación en las instituciones adventistas
- Llamados a establecer un régimen sin carne en nuestras primeras instituciones médicas (1884)
- Haciendo frente al asunto honradamente
- Una segunda carta para hacer frente al mismo asunto
- Permanezcamos fieles a nuestros principios
-
Sección 24—Las bebidas
-
Capítulo 26—El agua como bebida
-
Capítulo 27—El té y el café
- Los efectos estimulantes del té y el café
- Crea excitación nerviosa, y no fuerza
- No tienen valor alimenticio
- La percepción espiritual embotada
- El deseo vehemente interfiere el culto espiritual
- Los transgresores dominados por el estupor no son sin culpa
- Una batalla perdida contra el apetito
- El conflicto entre la verdad y la complacencia de sí mismo
- Las raíces de la intemperancia
- Una sugestión de Satanás
-
Capítulo 28—Sustitutos a base de cereales para el té y el café
-
Capítulo 29—La sidra
-
Capítulo 30—Jugo de fruta
-
-
Sección 25—La enseñanza de los principios de la salud
-
Capítulo 31—Ha de darse instrucción sobre los temas de la salud
- La necesidad de impartir educación higiénica
- Muchos serán iluminados
- Esfuerzo de avanzada en la enseñanza de los principios de la reforma pro salud
- La tienda médica en el campamento
- Por el ejemplo, así como por el precepto
- En nuestros sanatorios
- Enséñese a los pacientes cómo deben cuidarse en casa
- Debe darse instrucción sobre temperancia
- Naturaleza abarcante de la reforma requerida
- Hojas del árbol de la vida
- Preparación para la oración en procura de sanidad
- La responsabilidad del médico de iluminar a sus pacientes
- Un solemne encargo
- Los reformadores del régimen necesitan valor moral
- Cooperación entre los sanatorios y los colegios
- En la obra evangelística y en las misiones de las ciudades
- Enseñen los ministros los principios de la reforma
- Un llamado a los pastores, a los presidentes de asociación y a otros dirigentes
- Educación sobre salud en el hogar
- La obra de Dios obstaculizada por una complacencia egoísta
- Cada miembro ha de impartir la verdad
- Estableced nuevos centros
- Educadores, avanzad
-
Capítulo 32—Como presentar los principios de la reforma pro salud
- Mantened en vista el gran objeto de la reforma
- Seguid los métodos del salvador
- Usad de tacto y cortesía
- La reforma en el régimen alimenticio debe ser progresiva
- Folletos sobre la reforma pro salud
- Manejad con sabiduría el asunto de la carne
- Tiempo para guardar silencio
- Un método erróneo de trabajar
- Enseñad por medio del ejemplo
- Presentad la temperancia en su forma más atractiva
- Encontrad a la gente donde está
- Haciendo frente a puntos de vista extremos—Una declaración histórica
-
Capítulo 33—Las escuelas de cocina
- Una obra de la mayor importancia
- En toda iglesia, escuela de iglesia y campo misionero
- Su debido lugar
- Un agente reformador
- Enseñando de casa en casa
- Enseñando la reforma en la alimentación en reuniones de días feriados y en ocasiones especiales
- Las oportunidades y los peligros de nuestros restaurantes
- Tacto y discreción que necesitan los educadores
- Clases de cocina en todos nuestros colegios
- Fidelidad en los deberes comunes
-
-
Apéndice
-
Apéndice 1—Experiencia personal de Elena G. de White como reformadora en pro de la salud
- La primera visión de la reforma pro salud
- Revelado como una obra progresiva
- Una aceptación personal del mensaje
- Después de una prueba de un año—Beneficios recibidos
- La batalla para lograr la victoria
- Una batalla contra el hábito del vinagre
- Un régimen escaso pero adecuado
- Una mesa bien provista
- En los coches
- Encontrando dificultades y transigencias resultantes
- Se lamenta por falta de una cocinera—1892
- Decisión final de seguir un régimen absolutamente exento de carne
- Un año después del paso avanzado
- Dos años después del paso avanzado
- Empleo moderado de frutas oleaginosas (nueces)
- Un régimen adecuado, pero sin carne
- Té y café
- Alimento sencillo
- Siguiendo la luz en 1903
- No se le impone a la familia reglas rígidas
- Una declaración para los que objetan la manera de comer de la Sra. White
- Principios generales de reforma
- Tolerancia para con los demás
- “He sido una fiel reformadora en pro de la salud”
- Apéndice 2—Una declaración de Jaime White con respecto a la reforma pro salud
-