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Testimonios para la Iglesia, Tomo 4 - Contents
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    Nuestras publicaciones

    Nuestras agencias de publicación no se han ocupado con la debida atención de algunos asuntos de gran importancia. Los hombres que detentan cargos importantes deberían haber diseñado planes para que nuestros libros circularan en lugar de permanecer en las estanterías, muriendo nada más al salir de la prensa. Nuestra gente está perdiendo la iniciativa y no siguen la creciente providencia de Dios.4TPI 381.1

    Muchas de nuestras publicaciones han sido lanzadas al mercado con unas cifras tan bajas que los beneficios no son suficientes para sostener la agencia y mantener un nivel continuo de ingresos. Además, los miembros de nuestro pueblo que no están encargados especialmente de ninguna de las ramas de la obra en Battle Creek y Oakland no reciben información respecto de las necesidades de la causa y del capital necesario para mantener activo el negocio. No entienden las obligaciones financieras por pérdidas ni los gastos diarios que se dan en esas instituciones. Aparentemente piensan que las cosas se mueven sin excesivas preocupaciones ni grandes inversiones, por lo que piden precios bajos para nuestras publicaciones, lo que reduce alarmantemente los márgenes económicos. Por añadidura, después de la reducción de precios a cifras casi ruinosas, manifiestan un escasísimo interés por incrementar las ventas de los mismos libros para los que ellos han pedido precios económicos. Una vez conseguido el objetivo, se olvidan de la carga, cuando deberían mostrar un sincero interés y una preocupación real por impulsar la venta de publicaciones, sembrando mediante ellas las semillas de verdad y llevando ingresos a las agencias para que los inviertan en nuevas publicaciones.4TPI 381.2

    Ha habido una gran desatención del deber por parte de los ministros, al no interesar a las iglesias de las localidades en las que trabajan con respecto a este asunto. Una vez se han reducido los precios, es muy difícil volver a incrementarlos porque los hombres de mente estrecha clamarán: “¡Especulación!” sin discernir que nadie obtiene un beneficio económico y que los instrumentos de Dios no deben ser inmovilizados por falta de capital. Los libros que deberían tener una amplia difusión, permanecen inútiles, en las agencias de publicación porque no se ha manifestado interés suficiente para distribuirlos.4TPI 381.3

    La prensa es un poder, pero si sus productos perecen por falta de hombres que quieran ejecutar los planes para distribuirlos ampliamente, ese poder se pierde. Mientras que, por un lado hubo una pronta previsión para discernir la necesidad de invertir en instalaciones para multiplicar los libros y los opúsculos, por otro se han descuidado los planes para recuperar las inversiones de manera que fuera posible producir más publicaciones. El poder de la palabra impresa, con todas sus ventajas, está en sus manos. Pueden usarlo para obtener los mejores resultados o pueden permanecer semidormidos y a merced de la inactividad, y perder las ventajas que podrían haber ganado. Con un juicioso cálculo pueden extender la luz vendiendo libros y folletos. Pueden enviarlos a millares de familias que ahora se encuentran en las tinieblas del error.4TPI 382.1

    Otros editores tienen sistemas regulares para introducir en el mercado libros de interés superfluo. “Los hijos de este siglo son más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz”. Lucas 16:8. Casi a diario se presentan oportunidades de oro para que los silenciosos mensajeros de la verdad fuesen presentados a las familias y a las personas. Sin embargo, los indolentes e irreflexivos no aprovechan ninguna de esas oportunidades. Los predicadores vivos son pocos. Donde tendría que haber cien sólo hay uno. Muchos cometen un grave error al no empeñar sus talentos en la búsqueda de la salvación de las almas de sus congéneres. Cientos de hombres deberían enrolarse en la tarea de llevar la luz por todas las ciudades, pueblos y aldeas. Debemos agitar la conciencia pública. Dios dice: “Enviad la luz a todos los rincones del campo”. Él ha dispuesto que los hombres sean canales de luz y la lleven a aquellos que están en tinieblas.4TPI 382.2

    En todas partes se necesitan misioneros. Los colportores deben ser seleccionados no entre el elemento sobrante de la sociedad, no entre los hombres y mujeres que no son buenos para nada y de ello han hecho una ventaja, sino entre los que tienen un buen trato, tacto, visión de futuro y capacidad. Quienes deseen tener éxito como colportores deben tener esas cualidades. Algunos hombres adecuados para esta labor se enrolan en ella, pero algunos ministros carentes de juicio los adulan diciéndoles que su don debería emplearse en el púlpito en lugar de llevar a cabo la labor del colportor. Por lo tanto, esta obra se empequeñece. Se los influye para que obtengan la licencia de predicador y los mismos que podrían haber sido formados para ser buenos misioneros visitando familias en sus casas, hablando y orando con ellas, son capturados para convertirlos en ministros fracasados. Así, se descuida el campo, en el que tanta mano de obra se necesita, y en el que se podría llevar a cabo tanto bien por la causa. El colportor eficiente, al igual que el ministro, debería recibir una remuneración suficiente por sus servicios si desempeña fielmente su tarea.4TPI 382.3

    Si hay una tarea más importante que otra es la de presentar al público nuestras publicaciones, induciendo así a las personas para que investiguen en las Escrituras. La labor misionera—la presentación de nuestras publicaciones a las familias, la conversación y la oración con y por ellas—es una buena tarea que educará a los hombres y las mujeres para la labor pastoral.4TPI 383.1

    No todos están dotados para este trabajo. Los seleccionados deben ser los que demuestren un mayor talento y capacidad, que aborden la tarea de manera razonable y sistemática y puedan desempeñarla con energía perseverante. Debe trazarse un plan con la máxima minuciosidad y se debe seguir con toda fidelidad. Las iglesias de cada lugar deben sentir el más profundo interés por la obra misionera de la palabra impresa.4TPI 383.2

    Los volúmenes de Spirit of Prophecy, y también de los Testimonios deben ser presentados a todas y cada una de las familias de los observadores del sábado y éstos deberían conocer su valor y sentir la necesidad de leerlos. La idea de reducir al máximo el precio de esos libros y disponer de sólo un ejemplar en las iglesias no fue la ocurrencia más acertada. Deberían estar en la biblioteca de todas y cada una de las familias, quienes deberían leerlos una y otra vez. Es preciso que estén allí donde muchos puedan leerlos y donde estén al alcance de todos los vecinos, de manera que se desgasten por su uso continuo.4TPI 383.3

    Debería haber lecturas vespertinas en las que uno leyera en voz alta a los reunidos junto al hogar. Hay poco interés en dar la máxima importancia a la luz dada por Dios y esto tiene mucho que ver con los deberes familiares, por lo que se dan instrucciones adecuadas en todos los casos y circunstancias. Se gasta dinero en té, café, cintas, fruncidos y adornos, se invierte mucho tiempo y esfuerzos en la preparación del emperifollamiento, mientras se descuida la obra interna del corazón. Dios ha hecho que las publicaciones lleven luz preciosa y las familias deberían poseerlas y leerlas. Padres, vuestros hijos corren el peligro de andar en dirección opuesta a la luz que da el cielo; adquiera y lea los libros de manera que sean una bendición para vosotros y los vuestros. Prestad vuestros ejemplares de Spirit of Prophecy a vuestros vecinos y conseguid que luego ellos adquieran otros para sí. Misioneros de Dios, debéis ser obreros honestos, activos y vigorosos.4TPI 383.4

    Muchos van en dirección contraria a la luz que Dios ha dado a su pueblo porque no leen los libros que contienen la luz y el conocimiento en forma de avisos, reprensiones y advertencias. Las preocupaciones del mundo, el amor por la moda y la falta de religión han captado la atención de las personas, desviándola de la luz que Dios ha dado tan misericordiosamente, mientras los libros y las publicaciones periódicas que contienen el error circulan libremente por todo el país. El escepticismo y la infidelidad aumentan en todas partes. La luz tan preciosa, procedente del trono de Dios, es escondida debajo de un almud. Dios tendrá a su pueblo por responsable de esta negligencia. Debemos rendir cuentas ante él por cada rayo de luz que él ha hecho brillar sobre nuestro camino, tanto si ha sido empleado para nuestro avance en los asuntos divinos como si lo hemos rechazado porque era más agradable seguir nuestra propia inclinación.4TPI 384.1

    Ahora disponemos de grandes instalaciones para esparcir la verdad, pero nuestro pueblo no acude a los privilegios que se le conceden. En ninguna iglesia se ve ni se siente la necesidad de usar sus capacidades para salvar almas. No se aperciben del deber de conseguir suscriptores para nuestras publicaciones periódicas, incluida nuestra revista de salud, y presentar nuestros libros y folletos. En la obra se necesitan hombres que deseen que se les enseñe la mejor manera de aproximarse a las personas y a las familias. Su indumentaria debería ser pulcra, pero no presuntuosa, y sus modales no deberían desagradar al público. Como pueblo, tenemos una gran carencia en cuanto a las buenas maneras se refiere. Todos los que se enrolan en el trabajo misionero deberían cultivarlas.4TPI 384.2

    Nuestras casas publicadoras deben mostrar prosperidad en las ventas. Nuestro pueblo puede sostenerlas si muestran un decidido interés por introducir nuestras publicaciones en el mercado. Pero si el próximo año se manifiesta un interés tan escaso corno el que se mostró en el anterior, el margen de maniobra será mínimo. Cuanto más amplia sea la distribución de nuestras publicaciones, tanto mayor será la demanda de libros que expliquen las Escrituras de verdad. Muchos se disgustan por causa de las incongruencias, los errores y la apostasía de las iglesias, así como con los festivales, las ferias, las loterías y numerosas invenciones que desvían fondos de los objetivos de la iglesia. Hay muchos que buscan la luz en las tinieblas. Si nuestros folletos y libros, que expresan la verdad en claro lenguaje bíblico, pudieran circular ampliamente, muchos descubrirían que son lo que desean. Sin embargo, muchos de nuestros hermanos actúan como si las personas debieran acudir a ellos o a nuestras oficinas para obtener unas publicaciones que miles ni siquiera sospechan que existen.4TPI 385.1

    Dios exige a su gente que actúen como personas vivas y no sean indolentes, perezosas ni indiferentes. Debemos llevar las publicaciones a las personas y urgirles que las acepten, mostrándoles que recibirán mucho más que el valor de su dinero. Ensalzad el valor de los libros que ofrecéis. Jamás será demasiado elevado.4TPI 385.2

    Mi alma agonizaba mientras veía la indiferencia de nuestro pueblo que, a la vez, tiene una creencia tan elevada. Se me mostró que la sangre de muchos caerá sobre las vestiduras de aquellos que ahora se sienten cómodos y no se aperciben de su responsabilidad por las almas que perecen a su alrededor por falta de luz y conocimiento. Han establecido contacto con ellas, pero nunca las han advertido, jamás han orado con y por ellas y jamás han hecho sinceros esfuerzos por presentarles la verdad. Se me mostró que en este punto ha habido una terrible negligencia. Los ministros no hacen ni la mitad de lo que podrían, por enseñar todos los puntos de verdad y deber a las personas por quienes trabajan y en consecuencia, las personas carecen de espíritu y permanecen inactivas. La hoguera y el catafalco no son medios de poner a prueba al pueblo de Dios de nuestro tiempo. Por esta misma razón, el amor de muchos se ha enfriado. Cuando surgen las pruebas, se proporciona gracia para suplir la urgencia. Debemos consagrarnos individualmente en el mismo momento en que Dios ha dicho que quiere encontrarnos.4TPI 385.3

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