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Testimonios para la Iglesia, Tomo 4 - Contents
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    Críticas a los que llevan responsabilidades

    La iglesia sufre por falta de obreros cristianos abnegados. Si todos los que, por lo general, no pueden resistir a la tentación y son demasiado débiles para permanecer de pie solos, se mantuviesen alejados de _____, reinaría en aquel lugar una atmósfera espiritual mucho más pura. Los que se alimentan de las hojarascas de los fracasos y deficiencias ajenas, que juntan para sí mismos los miasmas malsanos de las negligencias y los defectos de sus vecinos, haciéndose basureros de la iglesia, no constituyen ninguna ventaja para la sociedad de la cual forman parte, sino que son, en realidad, una carga para la comunidad a la cual imponen su presencia.4TPI 192.2

    Lo que necesita la iglesia no son cargas, sino obreros fervientes; no personas que censuren, sino edificadores de Sión. Se necesitan verdaderamente misioneros en el gran corazón de la obra, hombres que retengan la fortaleza, que sean tan fieles como el acero para preservar el honor de aquellos a quienes Dios ha colocado a la cabeza de su obra, y que harán cuanto puedan para sostener la causa en todos sus departamentos, aun a costa del sacrificio de sus propios intereses y vidas, si es necesario. Pero se me mostró que son pocos los que tienen la verdad entretejida con su misma alma, que pueden soportar la prueba escrutadora de Dios. Son muchos los que han aceptado la verdad, pero ésta no se ha apoderado de ellos para transformar su corazón y purificarlo de todo egoísmo. Hay quienes vienen a _____ para ayudar en la obra, como también muchos que son miembros antiguos, que tendrán que rendir una terrible cuenta a Dios por el estorbo que han sido para la causa, por su amor propio y su vida no consagrada.4TPI 192.3

    La religión no tiene virtud salvadora si el carácter de aquellos que la profesan no corresponde a su profesión de fe. Dios ha dado misericordiosamente mucha luz a su pueblo de _____, pero Satanás quiere realizar su obra, y ejerce con más energía su poder en el mismo corazón de ésta. Se apodera de hombres y mujeres egoístas, no consagrados, y los hace centinelas para que vigilen a los fieles siervos de Dios, pongan en duda sus palabras, sus actos y sus motivos, y critiquen y murmuren contra sus reprensiones y amonestaciones. Por su medio crea sospechas y celos y procura debilitar el valor de los fieles, agradar a los que no son santificados, y anular las labores de los siervos de Dios.4TPI 193.1

    Satanás ha ejercido gran poder sobre la mente de los padres por medio de sus hijos indisciplinados. El pecado de la negligencia paterna está anotado contra muchos observadores del sábado. El espíritu de la chismografía es uno de los agentes esenciales que tiene Satanás para sembrar discordia y disensión, para separar amigos y minar la fe de muchos en la veracidad de nuestra posición. Hay hermanos y hermanas que propenden demasiado a hablar de las faltas y de los errores que creen ver en los demás, y especialmente en aquellos que han dado sin vacilar los mensajes de reprensión y amonestación que Dios les confiara.4TPI 193.2

    Los hijos de estos quejosos escuchan con oídos abiertos y reciben el veneno del desafecto. Los padres están así cerrando ciegamente las avenidas por medio de las cuales se podrían alcanzar los corazones de los hijos. Cuántas familias sazonan sus comidas diarias con dudas y preguntas. Disecan el carácter de sus amigos y lo sirven como delicado postre. Circula por la mesa un precioso trozo de calumnia, para que lo comenten, no solamente los adultos, sino también los niños. Esto deshonra a Dios. Jesús dijo: “En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos pequeñitos, a mí lo hicisteis”. Mateo 25:40. Por lo tanto, desprecian y ultrajan a Cristo los que calumnian a sus siervos.4TPI 193.3

    Los nombres de los siervos escogidos de Dios han sido tratados con falta de respeto y en algunos casos con absoluto desprecio por ciertas personas que debieran haberlos mantenido en alto. Los niños han oído las observaciones irrespetuosas de sus padres con referencia a las solemnes reprensiones y amonestaciones dadas por los siervos de Dios. Han comprendido las burlas escarnecedoras y expresiones despectivas que de vez en cuando cayeron en sus oídos, y la tendencia ha sido poner en su mente los intereses eternos y sagrados al mismo nivel que los asuntos comunes del mundo. ¡Qué obra están haciendo estos padres al transformar a sus hijos en incrédulos desde su infancia! Así es como se enseña a los niños a ser irreverentes y a rebelarse contra las reprensiones que el cielo envía contra el pecado. Es inevitable que prevalezca la decadencia espiritual donde existen tales males. Esos mismos padres y madres cegados por el enemigo, se preguntan por qué sus hijos se inclinan tanto a la incredulidad y a dudar de la verdad de la Biblia. Se preguntan por qué es tan difícil que los alcancen las influencias morales y religiosas. Si tuviesen percepción espiritual, descubrirían en seguida que este deplorable estado de cosas es resultado de la influencia que ellos ejercen en su hogar, de sus celos y desconfianza. Así se educan muchos incrédulos en los círculos familiares de los que profesan ser cristianos.4TPI 194.1

    Muchos son los que hallan placer especial en discurrir y espaciarse en los defectos, reales o imaginarios, de aquellos que llevan pesadas responsabilidades en relación con las instituciones de la causa de Dios. Pasan por alto el bien que han realizado, los beneficios que ha producido su ardua labor y su devoción incansable a la causa, y fijan su atención en alguna equivocación aparente, en algún asunto que, una vez consumado, ellos imaginan que se podría haber hecho de una manera mejor con resultados más halagüeños, cuando la verdad es que, si ellos hubiesen tenido que hacer la obra, o se habrían negado a dar un paso en las circunstancias desalentadoras del caso, o habrían actuado con más indiscreción que quienes la hicieron siguiendo las indicaciones de la providencia de Dios.4TPI 194.2

    Pero estos habladores indisciplinados se aferran a los detalles más desagradables del trabajo, como el liquen a las asperezas de la roca. Estas personas se atrofian espiritualmente al espaciarse de continuo en las faltas y los defectos de los demás. Son moralmente incapaces de discernir las acciones buenas y nobles, los esfuerzos abnegados, el verdadero heroísmo y el sacrificio propio. No se están volviendo más nobles ni más elevados en su vida y esperanza, ni más generosos y amplios en sus ideas y planes. No cultivan la caridad que debe caracterizar la vida del cristiano. Se están degenerando cada día, y sus prejuicios y opiniones se estrechan cada vez más. La mezquindad es su elemento, y la atmósfera que los rodea es venenosa para la paz y la felicidad.4TPI 195.1

    El gran pecado de _____ es que no quiso recibir la luz que Dios le dio a través de sus siervos. Cristo dijo a sus apóstoles: “El que recibe al que yo enviare, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió”. Juan 13:20. Queda claro en esto que los que rechazan los mensajes de los siervos de Dios, no sólo rechazan al hijo, sino también al Padre.4TPI 195.2

    Y sigue diciendo: “Mas en cualquier ciudad donde entréis, y no os reciban, saliendo por sus calles, decid: ‘Aun el polvo de vuestra ciudad, que se ha pegado a nuestros pies, lo sacudimos contra vosotros. Pero esto sabed, que el reino de Dios se ha acercado a vosotros’. Y os digo que en aquel día será más tolerable el castigo para Sodoma que para aquella ciudad. ¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Que si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotros, tiempo ha que sentadas en cilicio y en ceniza se habrían arrepentido. Por tanto, en el juicio será más tolerable el castigo para Tiro y Sidón que para vosotras. Y tú, Capernaúm, que hasta los cielos eres levantada, hasta el Hades serás abatida. El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí, desecha al que me envió”. Lucas 10:10-16.4TPI 195.3

    ¡Cuán terribles y solemnes son estas palabras! Es muy importante que no rechacemos las advertencias y admoniciones que Dios nos hace llegar por medio de sus humildes instrumentos; porque al menoscabar la luz que traen sus mensajeros menoscabamos al Salvador del mundo, al Rey de gloria. Muchos corren este terrible riesgo y atraen sobre sí la condenación de Dios. El Todopoderoso no será tenido en menos ni permitirá que su voz sea despreciada sin impunidad.4TPI 195.4

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