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Testimonios para la Iglesia, Tomo 4 - Contents
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    Los reavivamientos sensacionalistas

    El interés se ha dispersado en gran manera en _____. Cuando se produce un nuevo entusiasmo, muchos arrojan el peso de su influencia del lado erróneo. Cada hombre y mujer debe estar en guardia cuando se manifiestan entre el público ciertos engaños con el propósito de apartar a la gente de la verdad. Hay algunos que están siempre listos para ver y oír cosas, nuevas y extrañas; y el enemigo de las almas tiene en estas ciudades importantes muchos medios de inflamar la curiosidad y mantener la mente distraída de las grandes y santificadoras verdades para estos últimos días.4TPI 77.2

    Si cada fluctuante entusiasmo religioso induce a algunos a descuidar el deber que tienen de sostener plenamente, por medio de su presencia e influencia, a la minoría que cree en la verdad impopular, habrá mucha debilidad en una iglesia en lugar de haber fuerza. Satanás emplea diversos medios para lograr sus propósitos y si, bajo el disfraz de la religión popular, puede descarriar de la senda de la verdad a los vacilantes e incautos, habrá logrado mucho en cuanto a dividir la fuerza del pueblo de Dios. Este entusiasmo fluctuante de los reavivamientos, que va y viene como la marea, tiene un aspecto engañoso que induce a muchas personas honradas a creer que se trata del verdadero Espíritu del Señor. Multiplica los conversos. Los que son de temperamento emotivo, los débiles y pusilánimes acuden a su estandarte, pero cuando la ola retrocede, quedan varados en la playa. No seáis engañados por los falsos maestros ni seducidos por vanas palabras. El enemigo de las almas tendrá seguramente bastantes platos de fábulas placenteras para halagar el apetito de todos.4TPI 77.3

    Siempre se levantarán fulgurantes meteoros, pero la estela de luz que dejan se apaga inmediatamente en las tinieblas, y estas parecen más densas que nunca antes. Estos entusiasmos religiosos sensacionalistas, creados por el relato de anécdotas y la manifestación de excentricidades y rarezas, constituyen una obra superficial y los de nuestra fe que se dejen encantar e infatuar por estos destellos de luz, no fortalecerán nunca la causa de Dios. Están listos para retirar su influencia en la primera ocasión y para inducir a otros a asistir a aquellas reuniones donde oyen aquello que debilita el alma y confunde la mente. Es este retraimiento del interés de la obra lo que hace languidecer la causa de Dios. Debemos ser firmes en la fe; no debemos ser movedizos. Tenemos nuestra obra delante de nosotros, la cual consiste en hacer brillar sobre otras mentes la luz de la verdad, tal como está revelada en la ley de Dios, para conducirlas fuera de las tinieblas. Esta obra requiere, para tener éxito, energía resuelta y perseverante, y un propósito fijo.4TPI 78.1

    Hay en la iglesia algunos que necesitan aferrarse a las columnas de nuestra fe, asentarse y hallar roca firme para su fundamento en vez de flotar sobre la superficie de la emoción y moverse gracias a los impulsos. Hay en la iglesia dispépticos espirituales. Se han convertido en inválidos y su debilidad espiritual es el resultado de su propia conducta vacilante. Son arrastrados de un lado a otro por los variables vientos de doctrina, y con frecuencia se ven confundidos y sumidos en la incertidumbre porque se dejan llevar enteramente por los sentimientos. Son cristianos ávidos de sensaciones y que siempre tienen hambre de algo nuevo y distinto. Las doctrinas extrañas confunden su fe, y son inútiles para la causa de la verdad.4TPI 78.2

    Dios llama a hombres y mujeres estables, de propósito firme, en quienes se pueda fiar en momentos de peligro y de prueba, que estén tan firmemente arraigados y fundados en la verdad como las rocas eternas, que no puedan ser agitados a diestra o siniestra, sino que avancen constantemente y estén siempre del lado del bien. Hay personas a quienes, en tiempo de peligro para la fe, se las puede hallar casi siempre en las filas del enemigo. Si ejercen influencia es para el mal. No se sienten bajo la obligación moral de dar toda su fuerza a la verdad que profesan. Los tales serán recompensados según sus obras.4TPI 78.3

    Los que hacen poco para el Salvador en la salvación de las almas y en conservar su integridad delante de Dios, obtendrán tan sólo poca fibra espiritual. Necesitamos emplear continuamente la fuerza que tenemos para que ésta se desarrolle y aumente. Como la enfermedad es el resultado de la violación de las leyes naturales, la decadencia espiritual es el resultado de una continua transgresión de la ley de Dios. Sin embargo, los mismos transgresores pueden profesar que guardan todos los mandamientos del Señor.4TPI 79.1

    Debemos acercarnos más a Dios, ponernos en más íntima relación con el cielo y llevar a cabo los principios de la ley en las menores acciones de nuestra vida diaria a fin de ser espiritualmente sanos. Dios ha dado a sus siervos capacidad y talentos que han de emplearse para su gloria y no ser relegados a la inactividad o malgastados. Les ha dado la luz y el conocimiento de su voluntad para que los comuniquen a otros; y al impartirlos llegarán a ser conductos de luz. Si no ejercemos nuestra fuerza espiritual, nos debilitamos, como los miembros del cuerpo se inutilizan cuando el inválido está obligado a permanecer mucho tiempo inactivo. Es el uso lo que da poder.4TPI 79.2

    Nada aumentará más la fuerza espiritual y el fervor y profundidad de los sentimientos, como el visitar y servir a los enfermos y abatidos, ayudándoles a ver la luz y a aferrarse de Jesús por la fe. Hay deberes desagradables que alguien debe cumplir, o habrá almas que perecerán. Los cristianos hallarán bendición en hacer estos deberes por desagradables que sean. Cristo asumió la desagradable tarea de bajar de la mansión de pureza y gloria insuperable, para venir a morar como hombre entre los hombres en un mundo mancillado y ennegrecido por el crimen, la violencia y la iniquidad. Lo hizo para salvar almas; y ¿podrán presentar excusas en favor de sus vidas de comodidad egoísta los que fueron objeto de un amor tan asombroso y una condescendencia sin comparación? ¿Preferirán éstos seguir sus propios placeres e inclinaciones, y dejarán que las almas perezcan en las tinieblas porque se soportan chascos y reproches al trabajar para salvarlas? Cristo pagó un precio infinito por la redención del hombre, y ¿dirá éste: “Señor mío, no quiero trabajar en tu viña; ruégote que me des por excusado”4TPI 79.3

    El Señor invita a aquellos que viven cómodamente en Sión a que se levanten y trabajen. ¿No escucharán la voz del Maestro? Él quiere obreros fieles y dedicados a la oración, que siembren junto a todas las aguas. Los que trabajen así se sorprenderán al ver cómo las pruebas, resueltamente soportadas en el nombre y con la fuerza de Jesús, darán firmeza a la fe y renovarán el valor. En la senda de la humilde obediencia hay seguridad y poder, consuelo y esperanza; pero los que no hagan nada por Jesús perderán finalmente su recompensa. Sus manos débiles no podrán aferrarse del Poderoso, sus rodillas vacilantes no podrán soportarlos en el día de la adversidad. Los que den estudios bíblicos y trabajen para Cristo recibirán el premio glorioso, y oirán el “bien, buen siervo y fiel; entra en el gozo de tu Señor”. Mateo 25:23.4TPI 80.1

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