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Testimonios para la Iglesia, Tomo 4 - Contents
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    El amor del mundo

    Apreciados hermanos y hermanas de _____: vuestro país es rico y hermoso, la providencia de Dios esparció sus bondades con generosidad; pero a menos que no se aprovechen con sabiduría, esas mismas bendiciones serán una maldición. Algunos de vosotros os habéis indigestado con las preocupaciones de la vida y algunos más se han embriagado con el espíritu del mundo. Corréis peligro; en especial vuestros jóvenes. Los padres no se han unido estrechamente a Dios y no han podido trabajar inteligentemente con la ayuda de su poder para convertir a sus hijos. Hablar constantemente no convierte. Las reprensiones y las restricciones son necesarias con frecuencia. Sin embargo, se ha llegado demasiado lejos, en especial cuando la piedad no está ejemplificada en la vida de aquellos que administran la reprensión.4TPI 603.1

    Nuestras palabras y nuestras acciones son nuestro fruto. Una vida consagrada es un sermón viviente y diario. No obstante, la piedad interna y la verdadera entrega ceden rápidamente el paso a las formas externas. La religión pura y sin desviación es la gran necesidad de la iglesia de _____. Es preciso que el acercamiento a Dios se convierta en una tarea individual. Nadie se puede salvar en nombre de otro, sino que cada hombre y cada mujer deberá trabajar por su propia salvación con temor y reverencia. Satanás tiene mucho más poder sobre alguien que profesa la verdad del que muchos se imaginan. En lugar de Cristo, el yo gobierna el corazón. La obstinación, el interés propio, la envidia y el orgullo echan fuera la presencia de Dios.4TPI 603.2

    El amor de Dios debe impregnar el alma o los frutos de justicia no aparecerán. No es seguro consentir la vanidad y el orgullo, o el amor al poder o la ganancia. La peor fase del orgullo es preocuparse constantemente, censurar y quejarse porque se tiene el poder de hacerlo y aquellos a quienes se perjudica de esta manera no pueden impedirlo. La soberbia causa divergencias en el círculo familiar y en la iglesia. Los corazones que no son cristianos pensarán que pueden encontrar grandes errores en otros, cuando no existe ninguno y se ocuparán de pequeñeces hasta que parezcan enormidades. Dios ha encargado a sus seguidores la tarea de arreglar estos pequeños asuntos, que a algunos les parecen tan enormes, para que se encarguen ellos mismos de resolverlos. No permitáis que tales diferencias desafortunadas se eternicen hasta convertirse en fuente de amargura para la iglesia y muchos se aparten. Cuando Cristo está en el corazón, éste se ablandará tanto y se someterá de tal manera al amor por Dios y los hombres que las murmuraciones, las críticas y las contiendas dejarán de existir. Con la religión de Cristo en el corazón, su poseedor ganará una victoria completa sobre las pasiones que quieren alcanzar el dominio.4TPI 603.3

    Cristo Dijo: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Mateo 6:33. Esta promesa siempre será cierta. No podemos gozar del favor de Dios a menos que cumplamos las condiciones que rigen para que se otorgue. Al hacerlo, alcanzaremos la paz, la satisfacción y la sabiduría que el mundo no puede dar ni robar. Si como iglesia, queréis asegurar la abundante bendición de Dios, individualmente, haced de él lo primero y lo último y dedicadle todos vuestros pensamientos, planes y acciones. La obediencia a Dios es el primer deber de todo cristiano. Una mente humilde y un corazón agradecido os elevarán por encima de las pruebas imaginarias y las dificultades reales. Cuanto menos sinceros, enérgicos y vigilantes seamos en el servicio del Maestro, más se recreará la mente en el yo, agrandando los más pequeños hormigueros hasta la categoría de montañas de dificultad. Sentiremos que se nos maltrata aunque no se cometiera ninguna falta de respeto.4TPI 604.1

    La carga de la obra de Dios depositada sobre Moisés hizo de él un hombre poderoso. Durante años, mientras estuvo al cuidado de los rebaños de Jetro obtuvo la experiencia que le enseñó la verdadera humildad. Pero el llamado de Dios encontró a Moisés, y también nos encontrará a nosotros, ineficiente dubitativo y desconfiado de sí mismo. La orden de librar a Israel parecía abrumadora; pero, con el poder de Dios, Moisés aceptó el encargo. Ved el resultado: Su propia deficiencia no hizo fracasar la obra, sino que la fuerza de Dios lo llevó a hacer los esfuerzos más sinceros para elevarse y santificarse para su sagrada misión.4TPI 604.2

    Moisés jamás habría estado preparado para su puesto de confianza si hubiera esperado que Dios hiciera el trabajo por él. La luz del cielo descenderá sobre aquellos que sientan la necesidad de ella y la busquen como se busca un tesoro escondido. Pero si nos sumimos en un estado de inactividad, si dejamos que el poder de Satanás nos controle, Dios no enviará su inspiración sobre nosotros. A menos que ejercitemos hasta el límite las facultades que nos dio, siempre seremos débiles e ineficientes. La oración y el ejercicio vigoroso de la mente son necesarios para que podamos prepararnos para hacer el trabajo que Dios nos encomiende. Muchos jamás alcanzan la posición que podrían ocupar porque esperan que Dios haga por ellos lo que Dios les ha dado poder para hacer por ellos mismos. Todos los que esperan ser útiles en esta vida deben formarse en la disciplina moral y mental más severa y Dios los asistirá combinando el poder divino con el esfuerzo humano.4TPI 604.3

    Muchos de los que están en _____ fracasarán porque no avanzan junto con la obra y no representan adecuadamente la santificación de la verdad con su vida diaria. No hacen como hizo Moisés y no se esfuerzan porque su vida alcance el modelo elevado. Si lo hubieran hecho, ahora se añadirían muchos más a su número y se gozarían en la verdad. Alejar de Cristo a las almas con nuestra vida sin santificar es cosa terrible. Nuestra religión debe ser algo más que una religión de la cabeza. Debe afectar al corazón y luego tener una influencia correctora sobre la vida. Los malos hábitos no se vencen con un único esfuerzo. El yo sólo se puede dominar después de largos y arduos combates. Esta formación debe ser emprendida por cada uno de los miembros de la iglesia a título individual, los cuales deberán quitar la basura que se ha acumulado alrededor de la puerta del corazón antes de que puedan servir a Dios con sencillez de propósito, adornando su profesión con una vida ordenada y una conversación piadosa. Sólo entonces podrán enseñar a los pecadores la verdad y ganar almas para Cristo.4TPI 605.1

    En esa iglesia hay hombres que piensan que deberían enseñar la verdad a otros y, sin embargo, son exigentes, impacientes y criticadores con sus propias familias. Necesitan que alguien les enseñe hasta que sean hombres pacientes y temerosos de Dios en el hogar. Les es preciso aprender los primeros principios de la religión. Deberían buscar a Dios con sinceridad de alma porque han sido flagelo para sus familias y granizo desolador que deprime y destruye a sus hermanos. Tales hombres no merecen que se los considere padres de familia porque no velan por la familia con amor cristiano, misericordia y la verdadera dignidad de una vida piadosa y un carácter semejante al de Cristo.4TPI 605.2

    La solemne y sagrada verdad—el mensaje de prueba que Dios nos dio para que lo comunicáramos al mundo—nos sujeta a todos y cada uno de nosotros a la fuerte obligación de transformar nuestra vida diaria y nuestro carácter para que el poder de la vedad pueda quedar bien representado. Constantemente, deberíamos tener la sensación de que el tiempo es corto y que los terribles acontecimientos que ha declarado la profecía tendrán lugar con rapidez. A causa de que esas verdades no se sienten como reales, nuestra vida no tiene congruencia con la verdad que profesamos. Muchos entierran talentos que deberían invertir allí donde obtuvieran ganancias para devolverlos a Dios cuando diga: “Ríndeme cuentas de tu administración”. Moisés fue grande porque usó sus talentos para hacer la obra de Dios y, en consecuencia se le aumentaron los talentos. Llegó a ser elocuente, paciente, seguro de sí mismo y competente para desempeñar la mayor tarea jamás confiada a un mortal. Este es el efecto sobre el carácter siempre que los hombres se entregan a Dios con toda el alma y escuchan sus mandamientos para obedecerlos.4TPI 606.1

    La pronta obediencia a las exigencias de Dios da energía vital y poder al alma. Se hace un trabajo tan persistente como el sol que alumbra sobre los obreros y sobre aquellos por quienes trabaja. Por más limitada que sea la capacidad de quien entra en esta obra, la labor que desempeñe en su humilde esfera será aceptable para Dios.4TPI 606.2

    “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina”. Mateo 7:21-27.4TPI 606.3

    La razón por la cual nuestro pueblo ha perdido facultades es que profesa la verdad pero no la práctica. Tiene poca fe y confianza en Dios. hay pocos que lleven la carga relacionada con su obra. El Señor exige la fuerza del cerebro, de los huesos y de los músculos; pero, muy a menudo se le escatima a él y se le entrega al mundo. El servicio de Dios se convierte en un asunto secundario, mientras que los intereses mundanos reciben pronta atención. Las cosas de menor importancia se convierten en esenciales, y las exigencias de Dios las cosas espirituales y eternas, se tratan con indiferencia, como algo que se puede tomar o dejar a nuestra voluntad. Si la mente estuviera puesta en Dios y la verdad ejerciera una influencia santificadora sobre el corazón, el yo se escondería en Cristo. Si nos damos cuenta de la importancia de la verdad que profesamos deberíamos creer que tenemos una sagrada misión para cumplir, una responsabilidad que implica resultados eternos. Todos los intereses temporales deberían someterse a esto.4TPI 607.1

    Hermanos de _____, no os dais cuenta de vuestra obligación hacia Dios y la tarea individual que él os confió para que la desempeñarais por él. Tenéis la teoría de la verdad, pero no sentís su poder en el alma. La higuera estéril extendía sus pretenciosas ramas ante el cielo; pero cuando el Redentor buscó el fruto, he aquí no había nada más que hojas. A menos que se opere una profunda obra en vosotros, como individuos y como iglesia, la maldición de Dios caerá ciertamente sobre vosotros como cayó sobre el árbol sin fruto.4TPI 607.2

    Los miembros de la iglesia de _____ poseen talentos que serían valiosos si fueran usados correctamente. Si sienten que Dios los considera suficientemente importantes como para aceptar su labor, el débil comenzará a ser fuerte; el tímido, valiente; y el irresoluto e indeciso, un hombre de rápidas y firmes decisiones.4TPI 607.3

    Los hombres de esa iglesia deben sentir que Dios desea que se conviertan en obreros de su causa según todas las capacidades. A menos que cambien su conducta, algunos se encontrarán en una situación parecida a la de los fariseos cuando Cristo les dijo: “Los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios”. Mateo 21:31. Muchos se sienten seguros porque profesan la verdad a la vez que no sienten su influencia santificadora sobre el corazón y no avanzan en la vida divina.4TPI 607.4

    Hermanos, mientras como pueblo profesáis tener mucha más luz que otras denominaciones, vuestras obras no corresponden con vuestra profesión. Muchos que han estado en las tinieblas del error aceptan de buen grado la verdad cuando se les abre el entendimiento. Aunque hayan pasado toda su vida en el pecado, cuando se acercan a Dios en penitencia y sintiendo su pecaminosidad él los acepta. Esas personas se encuentran en una situación más favorable para la perfección del carácter cristiano que los que han tenido mucha luz y no la han aprovechado. Lo que deja a los hombres y las mujeres en las tinieblas es su descuido en el aprovechamiento de la luz y las ocasiones que se les otorgan. Cristo odia las pretensiones vanas. Cuando estuvo en la tierra siempre trató con ternura al penitente, aun a pesar de que hubiera sido el mayor de los pecadores; pero sus acusaciones cayeron duras sobre toda hipocresía.4TPI 608.1

    Cada hombre ha recibido de Dios una tarea por cumplir y nadie puede llevarla a cabo en su lugar. ¡Ojalá que cada uno de vosotros pudiese aplicarse el colirio para poder ver sus defectos de carácter y darse cuenta de cómo ve Dios su amor por el mundo, que está echando fuera el amor de Dios! nada os dará tanto poder, tanta seguridad en vosotros y nobleza de alma, como el sentido de la dignidad de vuestra tarea, la promesa de ser colaboradores con Dios haciendo el bien y salvando almas.4TPI 608.2

    El Hijo de Dios vino al mundo para dejarnos un ejemplo de vida perfecta. Se sacrificó a sí mismo por el gozo que tenía ante sí, el gozo de ver las almas rescatadas de las garras de Satanás y salvadas para el reino de Dios. La orden de Jesús era: “Sígueme” Mateo 8:22; 9:9; 19:21; Marcos 2:14; Lucas 5:27; 9:59; Juan 1:43; 21:19, 22. Los que siguen su ejemplo compartirán la obra divina de hacer el bien y finalmente entrarán en el gozo de su Señor.4TPI 608.3

    En nuestros días hay más de uno que anda en humildad a quien Dios podría designar como designó a Abraham: “Amigo de Dios”. Santiago 2:23. Tales personas aprueban lo que Dios aprueba y condenan lo que él condena. En su presencia aun el pecador percibe un sentido de la reverencia, un freno. Dios está con ellos y son epístolas vivientes que todos los hombres conocen y leen. En su conducta se percibe ternura, dignidad y propiedad divina y ello les da poder sobre el corazón de sus semejantes.4TPI 608.4

    Al seguir a Cristo, el Autor y Fin de vuestra fe, sentiréis que trabajáis bajo su mirada, que su presencia influye en vosotros y que él conoce vuestros motivos. A cada paso os preguntaréis humildemente: “¿Agradará a Jesús? ¿Glorificará a Dios?” Tarde y mañana vuestras sinceras oraciones ascenderán a Dios pidiendo su bendición y su guía. La verdadera oración se aferra al Omnipotente y nos da la victoria. Hincado de rodillas, el cristiano obtiene fuerza para resistir la tentación.4TPI 609.1

    El que ante todo es padre de familia llevará a sus hijos al trono de Dios mediante una fe viva. Al desconfiar de sus propias fuerzas aferra su alma desesperada a Jesús y toma la fuerza del Altísimo. Hermanos, orad en casa, con la familia, día y noche; orad con sinceridad en vuestra habitación; mientras estéis ocupados en vuestras tareas diarias, elevad el alma a Dios en oración. De ese modo anduvo Enoc con Dios. La oración silenciosa y ferviente del alma se elevará como santo incienso hasta el trono de la gracia y será tan aceptable para Dios como si fuese ofrecida en el santuario. Para todos los que lo vuelcan así, Cristo es una ayuda presente en tiempos de necesidad. Serán fuertes en el día del juicio.4TPI 609.2

    La palabra de Dios es una lámpara a nuestros pies y una lumbrera en nuestro camino. “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti”. Salmos 119:11. El corazón que ha sido ocupado previamente con la palabra de Dios está fortificado contra Satanás. Los que hacen de Cristo su compañero diario e íntimo amigo sentirán que los rodean los poderes de un mundo invisible. Al mirar a Jesús se asemejarán a su imagen. Al contemplarle son cambiados según el modelo divino; su carácter se suaviza, se refina y se ennoblece para el reino celestial.4TPI 609.3

    Hermanos de _____, cuando se manifieste un celo verdadero y sincero en vuestro carácter y vuestras obras, los incrédulos lo verán en vuestra conducta y cuando estén en vuestra presencia sentirán que tenéis una paz que ellos desconocen, una serenidad que les es extraña. Creerán que trabajáis para Dios porque vuestras obras se harán en él. Se me mostró que esta es la característica de un cristiano. Satanás ha destruido muchas almas llevándolas a ponerse a sí mismas en el camino de la tentación. Se acerca a ellas como se acercó a Cristo, tentándolas para que amen al mundo. Les dice que pueden invertir provechosamente en tal o cual empresa y, crédulos, siguen su dirección. Pronto son tentados a apartarse de su integridad para obtener los máximos beneficios posibles para sí. Su conducta puede ser perfectamente legal según los modelos de justicia del mundo y, aun así, no resistir la prueba de la ley de Dios. Sus hermanos cuestionan sus motivos y son sospechosos de explotación en beneficio propio, sacrificando la preciosa influencia que sagradamente debiera haber sido guardada en beneficio de la causa de Dios. Ese negocio que en manos de alguien que vendería su integridad por ganancias mundanas, podría haber tenido éxito financiero, pero podría ser completamente inapropiado para un seguidor de Cristo.4TPI 609.4

    Todas estas negociaciones vienen acompañadas de pruebas y dificultades invisibles y son un tormento terrible para los que se mezclan con ellas. A menudo se dan circunstancias que motivan la reflexión sobre los motivos de esos hermanos; pero aunque alguno pueda parecer decididamente malo, no por eso deben ser consideradas siempre una prueba de carácter para ellos. Aun así, ellas a menudo son el punto de vuelta en su propia experiencia y destino. El carácter se puede transformar por la fuerza de las circunstancias en que se ha situado el individuo.4TPI 610.1

    Se me mostró que para nuestro pueblo la especulación económica es un peligroso experimento. Con ella se pone en terreno enemigo y queda sujeto a enormes tentaciones, decepciones, pruebas y pérdidas. A esto sigue una inquietud febril, un deseo que ansía por obtener recursos más rápidamente de lo que las circunstancias actuales puedan admitir. En consecuencia, cambia el entorno con la esperanza de hacer más dinero. Sin embargo, sus expectativas no se hacen realidad y se desalienta, por lo que en lugar de avanzar, retrocede. Este ha sido el caso de algunos miembros de la iglesia de _____. Se están apartando de Dios. Si el Señor hubiese hecho prosperar las especulaciones de algunos de nuestros apreciados hermanos habría sido su ruina eterna. Dios ama a su pueblo, también ama a los que han tenido poca fortuna. Si quieren aprender las lecciones que intenta enseñarles su derrota, al final, se transformará en una preciosa victoria. El amor al mundo ha expulsado el amor de Cristo. Cuando la basura sea limpiada de la puerta del corazón y ésta se abra en respuesta a la invitación de Cristo, él entrará y tomará posesión del templo del alma. Si hubiésemos tenido más en cuenta estas precisas palabras del apóstol, nos habríamos ahorrado muchas pruebas:4TPI 610.2

    “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: ‘No te desampararé, ni te dejaré’”. Hebreos 13:5. “Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos”. 1 Timoteo 6:6-12.4TPI 611.1

    Este es nuestro día de prueba. Cada persona ha recibido un don o talento peculiar para que lo use con el fin de adelantar el reino del Redentor. Todos los agentes responsables de Dios, desde el más humilde y más oscuro hasta los que se ocupan puestos elevados en la iglesia, han recibido en fideicomiso los bienes de Dios. El ministro no es el único que puede trabajar por la salvación de las almas. Los que tienen los dones más pequeños no están excusados de usar sus mejores cualidades y, al hacerlo, sus talentos se aumentarán. No es cosa segura frivolizar con las responsabilidades morales ni menospreciar el día de la cosas pequeñas. La providencia de Dios proporciona sus legados de acuerdo con las variadas capacidades de las personas. Nadie debería lamentarse porque no puede glorificar a Dios con talentos que jamás ha poseído y de los cuales no es responsable.4TPI 611.2

    Una gran causa de debilidad de la iglesia de _____ fue que, en lugar de aprovechar los talentos para la gloria de Dios, los ha envuelto en un manto y los ha enterrado en el mundo. Aunque algunos dispongan de tan sólo un talento, si lo ejercitan, se aumentará. Dios valora el servicio de acuerdo con lo que un hombre tiene y no con lo que no tiene. Si cumplimos nuestros deberes diarios con fidelidad y amor recibiremos la aprobación del Maestro como si hubiésemos desempeñado una gran tarea. Debemos abandonar el ansia de prestar grandes servicios y acumular grandes talentos ya que hemos sido hechos responsables de pequeños talentos y el desempeño de humildes obligaciones. Al menoscabar las pequeñas obligaciones diarias y querer alcanzar responsabilidades mayores no hacemos el trabajo que Dios nos confió.4TPI 612.1

    ¡Ojalá pudiera conseguir que esa iglesia se apercibiera del hecho de que Cristo tiene derechos sobre su servicio! Hermanos y hermanas, ¿sois siervos de Cristo? Entonces, si dedicáis la mayor parte de vuestro tiempo a serviros a vosotros mismos, ¿cuál será vuestra respuesta cuando el Señor os pida que rindáis cuentas de vuestra mayordomía? Los talentos que se nos han confiado no son nuestros, ya sean de propiedades, fuerza o capacidad mental. Si hacemos un mal uso, no importa si son todos o sólo uno, se nos condenará justamente por nuestra mala mayordomía. ¡Cuán grandes son las obligaciones que recaen sobre nosotros si tenemos que devolver a Dios aquello que es suyo!4TPI 612.2

    A menos que esa iglesia despierte de su letargo y se sacuda del espíritu del mundo, cuando sea demasiado tarde y descubran que han perdido para siempre ocasiones y privilegios, lo lamentarán. A veces el Señor prueba a su pueblo con prosperidad en las cosas temporales. Pero su intención es que haga un uso correcto de sus dones. Sus propiedades, su tiempo, su fuerza y sus oportunidades son de Dios. Porque todas esas bendiciones deben ser devueltas al Dador. Mientras entre nuestros hermanos vemos necesidades y miseria y escatimamos su alivio cuando nuestras propias necesidades ya están cubiertas, descuidamos un claro deber revelado en la palabra de Dios. Nos da generosamente para que podamos dar a otros. La beneficencia vence la soberbia y ennoblece y purifica el alma. Algunos hacen un mal uso de los talentos que Dios les dio; cierran los ojos para no tener que ver las necesidades de la causa del Señor y apartan los oídos para no tener que escuchar su voz mostrándoles que su deber es alimentar a los hambrientos y vestir a los desnudos. Algunos que profesan ser hijos de Dios parecen ansiosos por invertir sus recursos en el mundo no sea que regrese al Dador en forma de ofrendas y donaciones. Olvidan su divina misión y si se obstinan en seguir los dictados de sus corazones egoístas, gastando un tiempo y unos recursos preciosos en satisfacer su orgullo, Dios les enviará el infortunio y sentirán una necesidad acuciante a causa de su ingratitud. El Señor entregará sus talentos a otros mayordomos más fieles que reconozcan que él tiene derechos sobre ellos.4TPI 612.3

    La riqueza es un poder que permite hacer el bien y el mal. Usada correctamente es fuente de continua gratitud porque los dones de Dios se aprecian y se reconoce al Dador en el uso que se les da según la intención de Dios. Los que roban a Dios reteniendo recursos para su causa y para los pobres que sufren se encontrarán con su justa retribución. Nuestro Padre celestial, que nos dio en fideicomiso todos los buenos dones, se apiada de nuestra ignorancia, nuestra fragilidad y nuestra condición desesperanzada. Para salvarnos de la muerte, libremente, dio a su amado Hijo. Nos pide todo aquello que consideramos nuestro. Abandonar a los pobres sufrientes es abandonar a Cristo porque él nos dice que los pobres son sus representantes en la tierra. Cristo acepta la compasión y la benevolencia mostradas hacia ellos como si se le mostraran a él mismo.4TPI 613.1

    Cuando descuida a los pobres del Señor y los olvida o los saluda con miradas frías y palabras crueles, el culpable deberá tener presente que está abandonando a Cristo en la persona de sus santos. Nuestro Salvador identifica su interés con el de la humanidad sufriente. Así como el corazón del padre añora con ternura compasiva al que sufre entre su pequeño rebaño, el corazón de nuestro Redentor se compadece con los más pobres y humildes de sus hijos terrenales. Los ha puesto entre nosotros para despertar en nuestros corazones el amor que él siente hacia los que sufren y están oprimidos y hará que sus juicios caigan sobre quien los ofenda, los menoscabe o abuse de ellos.4TPI 613.2

    Consideremos que Jesús tomó en su corazón todas las tribulaciones y los pesares, la pobreza y el sufrimiento del hombre y las convirtió en parte de su experiencia. Aunque era el Príncipe de la vida, no se sentó entre los grandes y honorables, sino con los humildes, los oprimidos y los que sufren. Fue el Nazareno menospreciado. No tenía dónde reposar la cabeza. Se hizo pobre por nosotros para que, por su pobreza, nosotros pudiésemos ser hechos ricos. Ahora es el Rey de gloria y si viniera coronado con majestad, muchos le rendirían homenaje. Todos competirían unos con otros para honrarlo; todos desearían estar en su presencia. Ahora se nos brinda una oportunidad para recibir a Cristo en la persona de sus Santos. Dios quiere que apreciéis sus dones y los uséis para su gloria. Os recomiendo que abráis el corazón a la verdadera y desinteresada benevolencia.4TPI 614.1

    Apreciados hermanos, como iglesia habéis descuidado tristemente vuestras obligaciones hacia los hijos y los jóvenes. Además de establecer para ellos normas y restricciones, deberíais poner gran cuidado en mostrarles la cara de vuestro carácter que se semeja a Cristo, no la satánica. Los hijos necesitan vigilancia constante y amor tierno. Atadlos a vuestros corazones y haced que amen y teman a Dios. Los padres y las madres no controlan su espíritu y, por lo tanto, no son aptos para gobernar a otros. Además de reprimir y prevenir a los hijos, es preciso aprender a obrar justamente y con amor misericordioso a la vez que se anda humildemente con Dios. Todo deja una marca sobre la mente de los jóvenes. Estudian la expresión del rostro, la voz ejerce su influencia sobre ellos e imitan con exactitud el comportamiento. Los padres y las madres angustiados e irritables dan lecciones a sus hijos que, algún día, si pudieran, darían todo el mundo para desaprenderlas. Los hijos deben ver en la vida de sus padres una coherencia acorde con su fe. Al llevar una vida coherente y ejercer el dominio propio, los padres pueden moldear el carácter de sus hijos.4TPI 614.2

    Nuestras familias están ocupadas con demasiadas preocupaciones y cargas y la sencillez natural, la paz y la felicidad encuentran poco espacio. Deberíais preocuparos menos por lo que el mundo exterior diga y prestar más atención a los miembros del círculo familiar. No aceptéis tanta cortesía mundana y cultivad más la ternura y el amor, la alegría y la cortesía cristiana con los miembros de la casa. Muchos deberán aprender a hacer del hogar un lugar atractivo y de disfrute. Los corazones agradecidos y las miradas amables son más valiosos que las riquezas y el lujo, y la satisfacción por las pequeñas cosas hará del hogar un lugar feliz si en él reina el amor.4TPI 614.3

    Jesús, el Redentor, anduvo en la tierra con la dignidad de un rey aunque era manso y humilde de corazón. Fue una luz y una bendición para todas las casas porque llevaba con él alegría, esperanza y aliento. Ojalá pudiésemos quedar satisfechos con menos anhelos del corazón, menos cuitas por cosas difíciles de obtener para embellecer nuestros hogares mientras no apreciemos lo que Dios valora más que las joyas, el espíritu manso y pacífico. La gracia de la sencillez, la mansedumbre y el verdadero afecto haría que la casa más humilde fuera un paraíso. Mejor es soportar alegremente los inconvenientes que renunciar a la paz y la conformidad.4TPI 615.1

    Tenéis gran necesidad de humillar vuestro corazón ante Dios al ver la triste condición de vuestros hijos, carentes de Dios y de toda esperanza en el mundo. No aprecian ni se muestran reverentes con las cosas sagradas porque han puesto los asuntos comunes y mundanos al mismo nivel que los intereses eternos. Entre vosotros hay jóvenes cuyo servicio será aceptable para Dios si, como Daniel y sus compañeros, le rinden sus corazones y se unen a él. Muy pocos tienen una idea cierta del peligro que rodea a los jóvenes de nuestros días. Se requiere una gran cantidad de valor moral y una resistencia constante a la tentación para alcanzar una noble hombría. El carácter inmaculado ante Dios es algo raro. Muchos que no temen a Dios, cuyos pies se encuentran en la ancha vía de la muerte, esperan para ser compañeros de vuestros hijos. Ojalá pudiera conseguir que los jóvenes vieran el peligro, en particular el peligro de contraer matrimonios infelices.4TPI 615.2

    Un poco de tiempo malgastado en locuras de juventud dará una cosecha que os amargará toda la vida. Una única hora de insensatez, una única vez que se ceda a la tentación puede llevar toda vuestra vida al traste. No tenéis más que una juventud; mirad que sea útil. Una vez que hayáis pasado por el sendero no podréis regresar para rectificar los errores. El que no quiere unirse a Dios y emprende el camino de la tentación caerá con toda seguridad. Dios prueba a todos los jóvenes. Muchos han excusado su despreocupación e irreverencia con el mal ejemplo que les dieron profesores más experimentados. Aun así, esto no debería justificar a nadie de obrar correctamente. En el día del balance final no podréis excusaros como ahora. Se os condenará justamente porque conocíais el camino pero no quisisteis andar por él.4TPI 615.3

    Satanás, el archiengañador, se transforma en un ángel de luz y se acerca a los jóvenes con sus tentaciones sofisticadas y consigue ganarlos y, paso a paso, apartarlos de la senda del deber. Se lo describe como un acusador, un engañador, un mentiroso, un torturador y un asesino. “El que práctica el pecado es del diablo”. 1 Juan 3:8. Cada transgresión condena el alma y provoca el desagrado divino. Dios discierne los pensamientos del corazón. Cuando acariciamos pensamientos impuros no es preciso que los expresemos con palabras o acciones para consumar el pecado y condenar el alma. Su pureza queda manchada y el tentador triunfa.4TPI 616.1

    Cuando sus propias pasiones lo apartan y lo atraen, el hombre es víctima de la tentación. Se aparta del camino de la virtud y el bien real por seguir sus inclinaciones. Si los jóvenes poseyesen integridad moral las más rudas tentaciones serían vanas. Satanás es culpable de tentaros, pero vosotros sois culpables de ceder a la tentación. Satanás no tiene el poder de forzar a los tentados para que se vuelvan transgresores. No hay excusa para el pecado.4TPI 616.2

    Mientras algunos jóvenes malgastan sus facultades con vanidades e insensateces, otros disciplinan la mente, acumulando conocimiento, revistiéndose con la armadura para emprender una vida de luchas, decididos a coronarla con el éxito. Pero fracasarán, por alto que consigan trepar, a menos que centren sus afectos en Dios. Si se vuelven al Señor de todo corazón, rechazando los engaños que los puedan debilitar en lo más mínimo, su propósito de obrar correctamente, tendrá fuerza y confianza en Dios.4TPI 616.3

    Los que aman la sociedad frecuentemente consienten este rasgo hasta que se convierte en una pasión dominadora. El vestido, las visitas a lugares de diversión, las risas y la charla sobre temas ligeros como la vanidad son el objetivo de su vida. No pueden soporta la lectura de la Biblia y contemplar las cosas celestiales. Se sienten miserables a menos que algo los excite. Carecen de la facultad de ser felices y para serlo dependen de la compañía de otros jóvenes tan irreflexivos y rebeldes como ellos mismos. Emplean las facultades que podrían usar con propósitos nobles en insensateces y disipación.4TPI 617.1

    El joven que encuentra placer y felicidad en la lectura de la palabra de Dios y en la hora de oración siempre se sacia con sorbos de la Fuente de vida. Alcanzará una altura de excelencia moral y una amplitud de pensamiento que nadie más puede concebir. La comunión con Dios favorece los buenos pensamientos, las nobles aspiraciones, la clara percepción de la verdad y los elevados propósitos de acción. Dios reconoce a los que unen el alma con él como sus hijos e hijas. Ascienden sin cesar y obtienen visiones claras de Dios y la eternidad hasta que el Señor hace de ellos vías de luz y sabiduría para el mundo.4TPI 617.2

    Algunos de los jóvenes de _____ se encuentran en un estado de pecado contumaz. Son rudos, descorteses, ásperos y rebeldes. Han recibido una gran luz y la han rechazado. Si ahora escogen el camino de la paz, deberán hacerlo por principio, no por impulso emocional. El pecado y la santidad no entran en componendas. La Biblia no refrenda la impiedad ni usa palabras amables de perdón y caridad para el impenitente persistente. Jesús vino para atraer a todos los hombres hacia sí y sus seguidores deben andar en la luz de su glorioso ejemplo, sin importarles la comodidad que deban sacrificar o su reputación, o el peligro de perder las posesiones o la vida misma. Sólo así podrán combatir la buena batalla de la fe.4TPI 617.3

    Los jóvenes tienen a su disposición una perla de gran valor. Pueden comprarla y venderla. O pueden rechazarla con la consecuencia de su pérdida infinita. El cielo está al alcance de todos los que cumplan las condiciones escritas en la palabra de Dios. El Redentor obedeció hasta la muerte. Se dio a sí mismo como ofrenda por el pecado. Sois redimidos “con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha”. 1 Pedro 1:19. “La sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”. 1 Juan 1:7. Jóvenes amigos, podéis formular propósitos sinceros según vuestra propia fuerza, podéis engañaros diciéndoos que podéis seguir una conducta correcta sin rendir el corazón a la influencia controladora del Espíritu de Dios; y, sin embargo, seréis infelices. Vuestro espíritu agitado necesita el cambio y está sediento del placer que se encuentra en las diversiones y las risas y la compañía de vuestros jóvenes amigos. Os caváis cisternas rotas que no contendrán agua. Un poder engañoso controla vuestra mente y vuestras acciones. Sólo podréis encontrar la felicidad en el arrepentimiento y la fe hacia nuestro Señor Jesucristo; porque vuestro corazón está lleno de rebelión que se manifiesta en vuestras palabras. Vuestras oraciones egoístas y vuestras formas religiosas pueden adormecer la conciencia pero aumentan el peligro. No habéis renovado vuestra naturaleza.4TPI 617.4

    La preciosa sangre de Jesús es la fuente preparada para purificar el alma de toda mancha de pecado. Cuando os decidáis a tomarlo como vuestro amigo, desde la cruz de Cristo brillará una luz nueva y permanente. El verdadero sentimiento del sacrificio y la intercesión del amado Salvador quebrantará el corazón que se ha endurecido con el pecado. El amor, la gratitud y la humildad entrarán en el alma. La rendición del corazón a Jesús subyuga al rebelde y lo vuelve penitente. El lenguaje del alma obediente es: “Las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. 2 Corintios 5:17. Esta es la verdadera religión de la Biblia. Todo cuanto sea menos que esto es un engaño.4TPI 618.1

    Los jóvenes no se han apercibido de que la libertad y la luz sólo se pueden retener con la abnegación y la oración y vigilancia constantes, con una confianza continua en los méritos de la sangre de Cristo. Cuando el Espíritu Santo alienta el alma, la voluntad y las facultades del hombre deben dar una respuesta a su influencia. Los que moran en Jesús serán felices, alegres y se gozarán en Dios. La amabilidad subyugada será la señal de la voz. La reverencia por las cosas espirituales y eternas se expresará en las acciones y la música. Una música alegre, resonará en los labios porque fluye del trono de Dios. Este es el misterio de la piedad, que no se explica con facilidad y, sin embargo, se siente y se disfruta. Un corazón obstinado y rebelde puede cerrar la puerta a todas las dulces influencias de la gracia de Dios y todo el gozo en el Espíritu Santo. Pero los caminos de la sabiduría son caminos de placidez y todas sus sendas son de paz. Cuanto más estrechamente unidos estemos a Cristo, más mostrarán nuestras palabras y nuestras acciones el poder subyugador y transformador de su gracia.4TPI 618.2

    Suplico a los jóvenes de _____ que consideren sus caminos y cambien su conducta antes de que sea demasiado tarde. Algunos de vosotros os enorgullecéis de vuestras capacidades; pero cuanto más valiosos sean los talentos que se os confían para conservarlos, mayor será vuestra condenación si tales dones del cielo fueron empleados al servicio de Satanás. Dios puede actuar sin vosotros, pero vosotros no podéis hacer nada sin Dios. Quien sufrirá sin Jesús sois vosotros. Los mandamientos de Dios son como zarzas y espinas para algunos de los jóvenes de _____. Su conocimiento de la verdad hace que sea difícil para ellos abandonarse a los placeres pecaminosos porque no pueden borrar de la mente los derechos que Dios tiene sobre ellos. La restricción que así se impone despierta en ellos un sentimiento de impaciencia. Intentan apartarse de esa voz de aviso pero se descubren dando coces contra el aguijón y traspasándose con muchos pesares. ¡Ojalá se acercaran a la Fuente de agua viva antes de entristecer por última vez al Espíritu de Dios!4TPI 619.1

    Unas pocas palabras más para los miembros de iglesia. Cristo dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”. Mateo 16:24. No es preciso que nos hagamos cruces ni que vistamos tela de saco, ni tampoco que nos pellizquemos o nos neguemos los alimentos saludables y nutritivos. No debemos encerrarnos en monasterios, lejos del mundo sin hacer el bien a nuestros semejantes, pensando que esa es la cruz de Cristo. Tampoco se nos pide que expongamos la salud y la vida innecesariamente, ni que subamos la colina de la vida cristiana con llantos, sintiendo que es un pecado estar alegre, satisfecho, feliz y gozosos. Estas son cruces que nos habremos hecho nosotros mismos, pero no son la cruz de cristo.4TPI 619.2

    Llevar la cruz de Cristo es controlar las pasiones pecaminosas, practicar la cortesía cristiana aun cuando sea inconveniente, ver las carencias de los que están necesitados y en apuros y negarnos a nosotros mismos para aliviarlos, abrir el corazón y la puerta a los huérfanos sin hogar, aun cuando hacerlo pueda ser una sobrecarga para nuestros recursos y nuestra paciencia. Esos niños son los miembros más jóvenes de la familia de Dios y deben recibir amor y cuidados, deben ser criados con la nutrición y la advertencia del Señor. Esta es una cruz que, si se lleva con alegría por Cristo, será una diadema de gloria en el reino de Dios.4TPI 619.3

    Hermanos, por amor a Cristo, llenad vuestra vida con buenas obras, aun a pesar de que el mundo no aprecie vuestros esfuerzos y no os dé crédito. Esto es abnegación. El egoísmo es el yugo más pesado que los miembros de la iglesia jamás pusieron sobre su cuello, pero los que profesan ser seguidores de Cristo lo aceptan con demasiada facilidad. Todo lo que poseéis pertenece a Dios. Vigilad, no sea que, egoístamente, retengáis las bendiciones que él os dio para las viudas y los huérfanos. Cristo abandonó su gloria, su honor y su alto mando, y por amor a nosotros se hizo pobre para que por su pobreza nosotros pudiésemos ser hechos ricos. Ahora se nos plantea una pregunta: ¿Qué hará cada uno de nosotros por Jesús, el cual dio su vida por un mundo en ruinas?4TPI 620.1

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