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Testimonios para la Iglesia, Tomo 4 - Contents
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    La influencia de las compañías

    En nuestras instituciones, donde muchos trabajan juntos, la influencia de las compañías es muy grande. Es natural buscar compañía. Cada uno hallará compañeros o los hará. Y la intensidad de la amistad determinará la influencia que los amigos ejerzan unos sobre otros, para bien o para mal. Todos tendrán amistades, influirán en ellas y recibirán su influencia.4TPI 580.1

    Es misterioso el vínculo que une los corazones humanos de manera que los sentimientos, los gustos y los principios de dos personas quedan íntimamente fusionados. El uno recibe el espíritu del otro y copia sus modales y actos. Como la cera conserva la figura del sello, así la mente retiene la impresión producida por el trato y la asociación con otros. La influencia puede ser inconsciente, mas no por eso es menos poderosa.4TPI 580.2

    Si se pudiese persuadir a los jóvenes para que se asociaran con los puros, reflexivos y amables, el efecto sería muy saludable. Si eligen compañeros que temen al Señor, su influencia los conducirá a la verdad, al deber y a la santidad. Una vida verdaderamente cristiana es un poder para el bien. Pero, por otro lado, los que se asocian con hombres y mujeres de moral dudosa, de costumbres y principios malos, no tardarán en andar por la misma senda. El impulso de las tendencias del corazón natural es hacia abajo. El que se asocia con los escépticos no tardará en llegar a ser escéptico; el que elija la compañía de los viles, con toda seguridad será vil. Andar en el consejo de los impíos es el primer paso en la senda que conduce al camino de los pecadores y a sentarse con los escarnecedores.4TPI 580.3

    Aquellos que quieran adquirir un carácter íntegro deben elegir como compañía a quienes sean de inclinación seria, reflexiva y religiosa. Los que han contado el costo, y desean edificar para la eternidad, deben poner buen material en su edificación. Si aceptan maderas podridas, si se conforman con deficiencias de carácter, el edificio quedará condenado a la ruina. Presten todos atención a cómo edifican. La tempestad de la tentación lanzará sus embates contra el edificio, y a menos que éste se halle firme y fielmente construído, no resistirá la prueba.4TPI 580.4

    Un buen nombre es más precioso que el oro. Existe en los jóvenes la inclinación a asociarse con los que son de mentalidad y moral inferior. ¿Qué felicidad verdadera puede esperar una persona joven de una relación voluntaria con personas que tienen una norma baja para sus pensamientos, sus sentimientos y su conducta? Hay personas de gustos envilecidos y costumbres depravadas, y todos los que elijan tales compañeros seguirán su ejemplo. Vivimos en tiempos peligrosos que deben infundir temor en todos los corazones. Vemos que la mente de muchos se pierde en los enredos del escepticismo. Las causas de esto son la ignorancia y el orgullo y un carácter deficiente. La humildad es una lección difícil de aprender para el hombre caído. Hay en el corazón humano algo que se opone a la verdad revelada que se refiere a Dios y los pecadores, a la transgresión de la ley divina y al perdón por medio de Cristo.4TPI 581.1

    Hermanos y hermanas, ancianos y jóvenes, cuando tengáis un momento libre, abrid la Biblia y atesorad en la mente sus preciosas verdades. Cuando estéis trabajando, custodiad vuestra mente, mantenedla firme en Dios, hablad menos y meditad más. Recordad que “de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio”. Mateo 12:36. Sean vuestras palabras selectas; esto cerrará una puerta contra el adversario de las almas. Empezad el día con oración; trabajad como a la vista de Dios. Sus ángeles están siempre a vuestro lado, anotando vuestras palabras, vuestra conducta y la manera en que hacéis vuestro trabajo. Si os apartáis del buen consejo y elegís como compañeros a aquellos de quienes podéis con razón sospechar que no tienen inclinación religiosa, aunque profesen ser cristianos, no tardaréis en llegar a ser como ellos. Os ponéis en el camino de la tentación, en el campo de batalla de Satanás, y a menos que estéis constantemente guardados seréis vencidos por sus designios. Hay personas que durante cierto tiempo profesaron la religión; y sin embargo, estaban realmente apartadas de Dios y son insensibles a la voz de la conciencia. Son vanas y triviales, su conversación es de baja índole. El galanteo y el casamiento ocupan su mente, excluyendo los pensamientos más nobles y superiores.4TPI 581.2

    Las compañías elegidas por los obreros determinan su destino para este mundo y para el venidero. Algunos que eran una vez concienzudos y fieles han cambiado tristemente; se han separado de Dios y Satanás los ha inducido a ponerse de su lado. Son ahora irreligiosos e irreverentes, y ejercen su influencia sobre otros que se dejan amoldar fácilmente. Las malas compañías deterioran el carácter; minan los buenos principios. “El que anda con sabios, sabio será; mas el que se allega a los necios, será quebrantado”. Proverbios 13:20.4TPI 581.3

    Los jóvenes están en peligro; pero no disciernen las tendencias y el resultado de la conducta que siguen. Muchos se dedican al galanteo. Parecen infatuados. No hay nada noble, digno ni sagrado en esas relaciones; debido a que son impulsadas por Satanás, la influencia que ejercen tiende a agradar al enemigo. Las amonestaciones que se dirigen a estas personas son desoídas, pues son duras de cerviz, egoístas y desafiantes. Creen que la amonestación, el consejo o el reproche no se aplican a ellas. Su conducta no las preocupa. Están continuamente separándose de la luz y el amor de Dios. Pierden todo discernimiento de las cosas sagradas y eternas; aunque conservan una forma árida de los deberes cristianos, no ponen el corazón en estos servicios religiosos. Demasiado tarde, estas almas seducidas aprenderán que “estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”. Mateo 7:14.4TPI 582.1

    Las palabras, las acciones y los motivos quedan registrados, pero cuán poco se percatan esas cabezas livianas y superficiales y esos corazones duros de que un ángel de Dios está a su lado anotando la manera en que emplean sus preciosos momentos. Dios traerá a luz toda palabra y toda acción. El está en todo lugar. Sus mensajeros, aunque invisibles, visitan el taller y el dormitorio. Las ocultas obras de las tinieblas serán sacadas a luz. Los pensamientos, los intentos y los propósitos del corazón serán revelados. Todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel con quien tenemos que tratar.4TPI 582.2

    Los obreros deben llevar a Jesús consigo a todo rincón de su trabajo. Cualquier cosa que hagan, deben hacerla con una exactitud y un esmero que soporte la inspección. Deben poner su corazón en el trabajo. La fidelidad es tan esencial en los deberes comunes de la vida como en los que entrañan mayor responsabilidad. Algunos pueden concebir la idea de que su trabajo no es ennoblecedor; pero su trabajo es como ellos quieren hacerlo. Sólo ellos son capaces de degradar o elevar su empleo. Quisiéramos que cada zángano se viese obligado a trabajar para ganar su pan cotidiano; porque el trabajo es una bendición, no una maldición. La labor diligente nos preservará de muchas trampas de Satanás, el cual “encuentra siempre algún trabajo perjudicial para las manos ociosas”.4TPI 582.3

    Ninguno de nosotros debe avergonzarse de su trabajo, por humilde y servil que parezca, pues es ennoblecedor. Todos los que trabajan, ya sea con la mente o con las manos son obreros y obreras que cumplen con su deber y honran su religión, tanto mientras lavan la ropa o los platos como cuando van a una reunión. Mientras las manos se dedican al trabajo más común, la mente puede ser elevada y ennoblecida con pensamientos puros y santos. Cuando cualquiera de los obreros manifiesta falta de respeto por las cosas religiosas, debe ser separado de la obra. Nadie piense que la institución depende de él.4TPI 583.1

    Los que han estado empleados largo tiempo en nuestras instituciones debieran ser ahora obreros responsables, dignos de confianza en todo lugar, tan fieles al deber como la brújula al polo. Si ellos hubiesen aprovechado debidamente sus oportunidades, ahora podrían tener un carácter simétrico y una profunda y viva experiencia en las cosas religiosas. Pero algunos de estos obreros se han separado de Dios. Han puesto a un lado la religión. No constituye ya un principio labrado en ellos, cuidadosamente apreciado doquiera que vayan, en cualquier relación en que los coloquen las circunstancias, ya no les resulta un ancla para el alma. Quisiera que todos los obreros consideraran cuidadosamente que el éxito, tanto en esta vida como para alcanzar la vida futura, depende principalmente de la fidelidad en las cosas pequeñas. Los que anhelan tener responsabilidades superiores deben manifestar fidelidad en el cumplimiento de sus deberes donde Dios los ha colocado.4TPI 583.2

    La perfección de la obra de Dios se ve tan claramente en el más diminuto insecto como en el rey de las aves. El alma del niñito que cree en Cristo le es tan preciosa como los ángeles que rodean su trono. “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”. Mateo 5:48. Como Dios es perfecto en su esfera, puede serlo el hombre en la suya. Todo lo que la mano encuentre para hacer debe ser hecho con esmero y prontitud. La fidelidad e integridad en las cosas pequeñas, el cumplimiento de los pequeños deberes y de los actos de bondad, alegrará la senda de la vida, y cuando nuestra obra en la tierra esté terminada, cada uno de los pequeños deberes cumplidos con fidelidad será atesorado como preciosa gema delante de Dios.4TPI 583.3

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