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Mensajes Selectos Tomo 1 - Contents
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    Objeciones hechas a la Biblia

    Las mentes humanas varían. Las mentes que difieren en educación y pensamiento reciben impresiones diferentes de las mismas palabras, y es difícil que, por medio del lenguaje, una persona le dé a otra, de diferente temperamento, educación y hábitos de pensamiento, exactamente las mismas ideas en cuanto a lo que es claro y nítido en su propia mente. Sin embargo, para los hombres honrados y de mentalidad recta, puede ser tan simple y claro como para transmitir su significado para todos los fines prácticos. Si el hombre con el cual se comunica no es sincero y no desea ver y comprender la verdad, dará vuelta sus palabras y lenguaje en todo respecto para que se adapte a sus propios propósitos. Viciará el sentido de sus palabras, dará alas a su imaginación, las torcerá de su verdadero significado, y luego se atrincherará en la incredulidad pretendiendo que los conceptos son todos erróneos.1MS 21.3

    Esta es la forma en que son tratados mis escritos por los que desean entenderlos mal y pervertirlos. Convierten la verdad de Dios en mentira. En la misma forma en que tratan lo escrito en mis artículos publicados y en mis libros, así tratan la Biblia los escépticos e incrédulos. La leen de acuerdo con su deseo de pervertir, aplicar mal o voluntariamente distorsionar las declaraciones de su verdadero significado. Afirman que la Biblia puede probar cualquier cosa y todas las cosas, que cada secta demuestra que su doctrina es correcta y que las más diversas doctrinas se prueban mediante la Biblia.1MS 22.1

    Los escritores de la Biblia tuvieron que expresar sus ideas con lenguaje humano. Fue escrita por seres humanos. Ellos fueron inspirados por el Espíritu Santo. Debido a las imperfecciones de la comprensión humana del lenguaje, o a la perversidad de la mente humana, ingeniosa para eludir la verdad, muchos leen y entienden la Biblia para agradarse a sí mismos. No es que la dificultad esté en la Biblia. Los políticos adversarios arguyen acerca de puntos de la ley en los códigos y defienden puntos de vista opuestos en su aplicación de esas leyes.1MS 22.2

    Las Escrituras fueron dadas a los hombres, no en una cadena continua de declaraciones ininterrumpidas, sino parte tras parte a través de generaciones sucesivas, a medida que Dios en su providencia veía una oportunidad adecuada para impresionar a los hombres en varios tiempos y en diversos lugares. Los hombres escribieron a medida que fueron movidos por el Espíritu Santo. Hay primero el brote, después el capullo y después el fruto; “primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga”. Esto es exactamente lo que son las declaraciones de la Biblia para nosotros.1MS 22.3

    No siempre hay orden perfecto o aparente unidad en las Escrituras. Los milagros de Cristo no son presentados en orden exacto, sino que son dados así como ocurrieron las circunstancias que demandaron la revelación divina del poder de Cristo. Las verdades de la Biblia son como perlas ocultas. Deben ser buscadas, extraídas mediante esfuerzos concienzudos. Los que tan sólo dan un vistazo a las Escrituras, con un conocimiento superficial que piensan que es muy profundo, hablan de las contradicciones de la Biblia y ponen en duda la autoridad de las Escrituras. Pero aquellos cuyo corazón está en armonía con la verdad y el deber, escudriñarán las Escrituras con un corazón preparado para recibir impresiones divinas. El alma iluminada ve una unidad espiritual, una gran hebra de oro que corre por todo el conjunto, pero se requieren paciencia, meditación y oración para rastrear la preciosa hebra áurea. Algunas contiendas ásperas en cuanto a la Biblia han resultado en investigaciones que han revelado las preciosas joyas de verdad. Muchas lágrimas se han derramado, muchas oraciones se han ofrecido para que el Señor abriera la comprensión de su Palabra.1MS 22.4

    La Biblia no nos es dada en un grandioso lenguaje sobrehumano. Jesús tomó la humanidad a fin de llegar hasta el hombre donde éste está. La Biblia debió ser dada en el lenguaje de los hombres. Todo lo que es humano es imperfecto. Diferentes significados se expresan con la misma palabra: no hay una palabra para cada idea distinta. La Biblia fue dada con propósitos prácticos.1MS 23.1

    Las impresiones de las mentes son diferentes. No todos entienden de la misma manera las expresiones y asertos. Algunos entienden las declaraciones de las Escrituras para que se ajusten a su propia mente particular y a su propio caso. Las predisposiciones, los prejuicios y las pasiones ejercen una poderosa influencia para oscurecer el entendimiento y confundir la mente, aun al leer las palabras de las Sagradas Escrituras.1MS 23.2

    Los discípulos que iban a Emaús necesitaron ser desenredados en su interpretación de las Escrituras. Jesús caminó con ellos bajo la apariencia de un hombre que conversaba con ellos. Comenzando con Moisés y los profetas los instruyó en todas las cosas concernientes a él mismo: que su vida, su misión, sus sufrimientos, su muerte, fueron precisamente como había predicho la Palabra de Dios. Les abrió el entendimiento para que pudieran entender las Escrituras. Cuán rápidamente enderezó los extremos enredados y mostró la unidad y veracidad divina de las Escrituras. Cuántos hombres en estos tiempos necesitan que se abra su entendimiento.1MS 23.3

    La Biblia está escrita por hombres inspirados, pero no es la forma del pensamiento y de la expresión de Dios. Es la forma de la humanidad. Dios no está representado como escritor. Con frecuencia los hombres dicen que cierta expresión no parece de Dios. Pero Dios no se ha puesto a sí mismo a prueba en la Biblia por medio de palabras, de lógica, de retórica. Los escritores de la Biblia eran los escribientes de Dios, no su pluma. Considerad a los diferentes escritores.1MS 24.1

    No son las palabras de la Biblia las inspiradas, sino los hombres son los que fueron inspirados. La inspiración no obra en las palabras del hombre ni en sus expresiones, sino en el hombre mismo, que está imbuido con pensamientos bajo la influencia del Espíritu Santo. Pero las palabras reciben la impresión de la mente individual. La mente divina es difundida. La mente y voluntad divinas se combinan con la mente y voluntad humanas. De ese modo, las declaraciones del hombre son la palabra de Dios (Manuscrito 24, 1886. Escrito en Europa en 1886).1MS 24.2

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