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Mensajes Selectos Tomo 3 - Contents
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    El vestido, ¿Un asunto de prueba?

    Su carta ha sido recibida y leída... El tema que Ud. me presenta para consejo (una propuesta para imponer la indumentaria que se usó a fines de la década de 1860, y que algunos apoyan) es algo que necesita ser cuidadosamente considerado. Nuestras hermanas, cuyas mentes están agitadas sobre el asunto de volver a usar un vestido reformado, deben ser cautelosas y deben orar en cuanto a todo paso que den. Tenemos ahora las pruebas más solemnes e importantes dadas por la Palabra de Dios para este período especial en que vivimos. Esta prueba es para todo el mundo. El Señor no exige que ninguna prueba de invención humana sea introducida para desviar las mentes de la gente o para crear controversia en cualquier sentido.3MS 287.2

    Puede ser que algunos estén sedientos por distinguirse en alguna cosa. Si tienen grandes anhelos de librar una batalla contra los agentes satánicos, asegúrense primero de que se han puesto toda pieza de la armadura de Dios. Si no lo han hecho, seguramente serán vencidos, y se propinarán a sí mismos duras pruebas y chascos que no están preparados para enfrentar. Busquen todos al Señor más fervientemente, para obtener esa rica y profunda experiencia que se hallará en el asunto de la preparación del corazón para seguir a Cristo hacia donde él guíe.3MS 288.1

    El dice: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”. Mateo 16:24. Estas palabras deben ser bien pesadas. El hombre que desea seguir a Cristo, que decide andar en sus pisadas, hallará que tiene que negarse a sí mismo y llevar su cruz en ese camino. Todos los que sigan a Cristo entenderán lo que esto envuelve.3MS 288.2

    El vestido no debe constituirse en una prueba—Las pruebas de Dios deben destacarse ahora en forma clara e inequívoca. Hay tormentas delante de nosotros, conflictos con los cuales pocos sueñan. No hay necesidad ahora de hacer ninguna alteración especial en nuestro vestido. El estilo sencillo que se usa ahora, confeccionado de la manera más saludable, no requiere armadores (aros) ni largas colas, y es presentable en todas partes. Estas cosas no deben presentarse para distraer nuestras mentes de la gran prueba que decidirá el destino eterno de un mundo: los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.3MS 288.3

    Estamos acercándonos al final de la historia de este mundo. Se necesita ahora un testimonio claro y directo, tal como se da en la Palabra de Dios, con respecto a la sencillez del vestido. Esta debe ser nuestra preocupación. Pero es demasiado tarde para entusiasmarnos en hacer de este asunto una prueba. El deseo de seguir a Cristo con toda humildad de mente, preparando el corazón, purificando el carácter, no es, de ninguna manera, tarea fácil. Nuestras hermanas pueden estar seguras de que el Señor no las ha inspirado a hacer una prueba de lo que fue una vez dado como una bendición, pero que fue odiado y despreciado por muchos como una maldición.3MS 288.4

    El vestido reformado—El vestido reformado que una vez fue defendido,2[El “vestido reformado”, defendido y adoptado en la década de 1860, fue confeccionado por un grupo de damas adventistas con el fin de proporcionar una indumentaria saludable, modesta, cómoda y pulcra, que estuviera en armonía con la luz que se le había dado a Elena de White, lo cual era muy necesario en ese tiempo. léanse las 306-310. Dicho vestido debía colgar de los hombros y tener un ruedo a unos 22 cm (9 pulgadas) del suelo. Las piernas estaban vestidas con una especie de pantalón que daba comodidad y abrigo. Léase Story of Our Health Message; Historia de nuestro mensaje de salud, 112-130.—Los compiladores.] resultó en una batalla continua. Miembros de la iglesia rehusaron adoptar este estilo saludable de indumentaria, y causaron disensión y discordia. Para algunos no había uniformidad y gusto en la confección del vestido como les había sido claramente presentado. Esto fue motivo de comentarios. El resultado fue que las características objetables y los pantalones se eliminaron. La preocupación por defender el vestido reformado desapareció, porque lo que había sido dado como una bendición fue convertido en una maldición.3MS 289.1

    Había algunas cosas que hacían que el vestido reformado fuera una gran bendición. Con él no había posibilidad de usar los ridículos aros3Esos aros eran de metal, y servían para abrir la falda en forma de campana y ajustarla a la cintura. Todo este peso colgaba de la cintura. Ese tipo de falda se llamaba “miriñaque”.—Nota del traductor. que estaban entonces de moda. Las largas faldas que se arrastraban sobre el suelo y barrían la suciedad de las calles, no podían defenderse más. Pero ahora se ha adoptado un estilo de vestido más razonable, que no incluye esas características objetables. El estilo de vestido a la moda puede ser descartado, y debe serlo por todos los que leen la Palabra de Dios. El tiempo gastado en defender el vestido reformado debe dedicarse al estudio de la Palabra de Dios.3MS 289.2

    Los vestidos de nuestro pueblo deben hacerse más sencillos. La falda y la chaqueta que he mencionado pueden usarse. Esto no quiere decir que debe establecerse sólo ese modelo, y excluir cualquier otro, sino un estilo sencillo como estaba representado en ese vestido. Algunos han supuesto que el modelo que se había dado era el único que todos debían adoptar. Esto no es así. Pero algo sencillo como ese sería lo mejor que podríamos adoptar bajo las [actuales] circunstancias. No me ha sido dado ningún estilo preciso como regla exacta que debe guiar a todas las personas en su vestido...3MS 289.3

    Deben usarse vestidos sencillos. Probad vuestros talentos, hermanas mías, en esta reforma esencial.3MS 290.1

    El pueblo de Dios tiene ya toda la prueba que debe tener.3MS 290.2

    La cuestión del sábado es una prueba que vendrá en el mundo entero. No necesitamos introducir ahora nada que constituya una prueba [de discipulado] para el pueblo de Dios, y que haga más severa para él la prueba que ya tiene. Al enemigo le agradaría levantar ahora asuntos que distraigan las mentes del pueblo y lo pongan en disputa sobre el asunto del vestido. Que nuestras hermanas se vistan con sencillez, como muchas lo hacen, con vestidos de buen material, durable, modesto, apropiado para este tiempo; y que el tema del vestido no llene la mente...3MS 290.3

    El ejemplo que algunos han dado—Hay algunos que con toda la luz que tienen de la Palabra de Dios, no obedecerán sus instrucciones. Seguirán sus propios gustos y harán como les plazca. Dan un ejemplo malo a los jóvenes, y a aquellos que acaban de abrazar la verdad, que tienen la costumbre de imitar todo nuevo estilo de vestido en materia de adornos que requieren tiempo y dinero, y hay poca diferencia entre su forma de vestir y la de los mundanos.3MS 290.4

    Presten nuestras hermanas por sí mismas atención concienzuda a la Palabra de Dios. No comencéis la obra de reformar a otras hasta que vosotras lo hayáis hecho, porque no tendréis éxito; no tendréis la posibilidad de cambiar el corazón. La obra interna del Espíritu de Dios mostrará un cambio externo. Los que se aventuran a desobedecer las más sencillas declaraciones de la inspiración, no escucharán ni recibirán ni actuarán de acuerdo con todos los esfuerzos humanos que se hacen para que estas idólatras adopten un vestido sencillo, sin adornos, limpio y apropiado, y que de ninguna manera las hace raras o singulares. Continúan exponiéndose, haciendo ondear la bandera del mundo...3MS 290.5

    Nuestro tiempo total de gracia es muy breve, y se hará una obra abreviada en la tierra. Las verdaderas pruebas de Dios vendrán; su forma de probarnos será breve y decisiva. Humíllese cada alma delante de Dios, y prepárese para lo que viene.—Carta 19, 1897.3MS 291.1

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