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Mensajes Selectos Tomo 3 - Contents
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    Capítulo 7—La presentación de un mensaje divinamente revelado

    Instrucciones dadas a Elena de White—Al revelarme el Espíritu de Dios las grandes verdades de su Palabra y las escenas del pasado y de lo por venir, se me mandó que diese a conocer a otros lo que se me había mostrado. El Conflicto de los Siglos, 13, Introducción.3MS 53.1

    Desde el comienzo de mi obra... fui llamada a presentar un testimonio sencillo y directo para reprobar errores, y a no dejar de hacerlo.—Testimonies for the Church 5:678.3MS 53.2

    Dando testimonio: ayudada por el Espíritu de Dios—Después de salir de una visión no recuerdo de inmediato todo lo que he visto, y el asunto no me es tan claro hasta que empiezo a escribir. Entonces la escena aparece delante de mí como me fue presentada en la visión y puedo describirla con libertad. A veces las cosas que he visto me están ocultas cuando salgo de la visión, y no puedo recordarlas hasta que estoy delante de un grupo al cual se aplica la visión. Entonces las cosas que he visto me vienen a la mente con fuerza.3MS 53.3

    Dependo tanto del Espíritu del Señor para relatar o escribir la visión como para tenerla. Es imposible para mí recordar cosas que me han sido mostradas por el Señor, a menos que él las traiga delante de mí en la ocasión que él quiere que las relate o las escriba.—Spiritual Gifts 2:292-293.3MS 53.4

    Debe ser impresionada por el Espíritu Santo—No puedo por impulso propio asumir una tarea e iniciarla. Tengo que ser impresionada por el Espíritu de Dios. No puedo escribir a menos que el Espíritu Santo me ayude. A veces no puedo escribir todo. Luego me despierto a las once, a las doce o a la una, y entonces puedo escribir tan rápidamente como mi mano se mueve sobre el papel.—Carta 11, 1903.3MS 54.1

    Cuando tomo la pluma en la mano—Tan pronto como tomo la pluma en la mano dejo de estar en tinieblas con respecto a lo que debo escribir. Ello resulta tan sencillo y claro como una voz que me hablara: “Te instruiré y enseñaré en los caminos en que debes andar”. “Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará [hará sencillos] tus senderos”.—Manuscrito 89, 1900.3MS 54.2

    Estoy muy ocupada en mis escritos. Temprano y tarde, estoy redactando los asuntos que el Señor abre delante de mí. La preocupación de mi obra es preparar a un pueblo que esté en pie en el día del Señor Carta 371, 1907. Publicada en Writing and Sending Out of the Testimonies to the Church, 15.3MS 54.3

    La integridad en su mensaje—Hablo de lo que he visto y de lo que sé que es verdad.—Carta 4, 1896.3MS 54.4

    En el desempeño de mi obra hablo las cosas que Dios me muestra. Y en las palabras que os dirijo... [yo no] me atrevería a decir que el Señor no me indujo a hacer las observaciones que he hecho en esa presentación desde el principio hasta el fin.—Carta 18d, 1890.3MS 54.5

    Escribo todas las cosas que el Señor me da para escribir.—Carta 52, 1906.3MS 54.6

    Un testimonio expresado en sus propias palabras—Aunque dependo tanto del Espíritu de Dios para escribir mis visiones como para recibirlas, sin embargo las palabras que empleo para describir lo que he visto son mis propias palabras, a menos que ellas me hayan sido dictadas por un ángel, las cuales siempre pongo entre comillas1[Acuerdo del Congreso de la Asociación General sobre inspiración: “Creemos que la luz dada por Dios a sus siervos es para iluminación de la mente, para impartir los pensamientos, y no (excepto en casos raros) las palabras exactas en las cuales la idea debiera expresarse” (Acuerdos de la Asociación General, The Review and Herald, 27 de noviembre de 1883).]The Review and Herald, 8 de octubre de 1867.3MS 54.7

    Debo escribir estas cosas una y otra vez—He presentado fielmente por escrito las advertencias que el Señor me ha dado. Ellas han sido impresas en libros, y sin embargo no puedo dejar de repetirlas. Debo escribir estas mismas cosas una y otra vez. No pido ser exonerada de esta obligación. Mientras el Señor me prolongue la vida, debo continuar presentando estos fervientes mensajes.—Manuscrito 21, 1910.3MS 55.1

    La comprensión que Elena de White tenía de sus propios escritos3MS 55.2

    a. Los Testimonios: Los que cuidadosamente leen los testimonios así como aparecieron desde los primeros días, no necesitan estar perplejos en cuanto a su origen. Los muchos libros escritos con la ayuda del Espíritu de Dios dan un testimonio vivo del carácter de los testimonios.—Carta 225, 1906; Mensajes Selectos 1:56.3MS 55.3

    b. Los libros de la serie Conflicto de los siglos: La Hna. White no es la originadora de estos libros. Ellos contienen la instrucción que durante el período de su vida Dios le ha estado dando. Contienen la luz preciosa y consoladora que Dios ha concedido generosamente a su sierva para ser dada al mundo.—El Colportor Evangélico, 129.3MS 55.4

    c. Los artículos: No escribo un solo artículo en los periódicos, un solo artículo que exprese simplemente mis propias ideas. Son los que Dios me ha revelado en visión; los rayos preciosos de la luz que resplandece del trono.—Joyas de los Testimonios 2:26.3MS 55.5

    d. Las cartas (testimonios): Débil y temblorosa, me levantaba a las tres de la mañana para escribiros. Dios os hablaba por medio de la arcilla. Diréis tal vez que esta comunicación era solamente una carta. Sí, era una carta, pero motivada por el Espíritu de Dios, para presentar a vuestras mentes lo que se me había mostrado.—Testimonies for the Church 5:67; Joyas de los Testimonios 2:26.3MS 55.6

    e. Las entrevistas: El (el pastor G. A. Irwin) tiene consigo un pequeño anotador en el cual ha escrito preguntas angustiosas que él traía, y me preguntaba si tenía alguna luz sobre ellas. Lo escribo para beneficio de nuestro pueblo, no solamente en los Estados Unidos sino también en este país [Australia].—Carta 96, 1899.3MS 56.1

    f. Cuando no tenía luz: Yo no tengo luz sobre el tema [en cuanto a quienes constituirán los 144 mil]... Dígale por favor a mis hermanos que nada me fue presentado con respecto a las circunstancias sobre las cuales ellos escriben, y yo puedo presentar delante de ellos solamente lo que me ha sido revelado (Citado en una carta por C. C. Crisler a E. E. Andross, 8 de diciembre de 1914 [Archivo de documentos de la Corporación White, N.o 164]).3MS 56.2

    No me siento con libertad para escribir a nuestros hermanos con respecto a su obra futura... No he recibido instrucción relativa al lugar donde Ud. debe establecerse... Si el Señor me da instrucción definida concerniente a Ud., se la entregaré; pero no puedo arrogarme responsabilidades que el Señor no me ha pedido que asuma.—Carta 96, 1909.3MS 56.3

    Presentaciones dadas por Dios reproducidas tan vívidamente como es posible—Yo quiero que cada ápice y cada pizca de mi fuerza reproduzca las presentaciones que el Señor me ha dado, y quiero hacerlas tan vívidas como me sea posible hacerlo.—Carta 325, 1905.3MS 56.4

    El Espíritu Santo da palabras apropiadas—La bondad que el Señor me ha manifestado es muy grande. Alabo su nombre porque mi mente está clara en cuanto a los temas bíblicos. El Espíritu de Dios obra sobre mi mente y me da palabras apropiadas con las cuales expresar la verdad. También me siento muy fortalecida cuando estoy delante de grandes congregaciones.—Carta 90, 1907.3MS 56.5

    El Espíritu de Dios ayuda a escoger las palabras adecuadas—Trato de captar las mismas palabras y expresiones presentadas con referencia a este asunto, y mientras mi pluma vacila un momento, las palabras adecuadas vienen a mi mente.—Carta 123, 1904.3MS 57.1

    Cuando escribía estos libros preciosos, si yo titubeaba, me era dada la palabra que precisamente necesitaba para expresar la idea.—Carta 265, 1907.3MS 57.2

    Escogiendo cuidadosamente las palabras—Siento un intenso anhelo de usar palabras que no le den a nadie la oportunidad de sostener sentimientos erróneos. Debo usar palabras que no sean mal entendidas y signifiquen lo opuesto de lo que me propongo que signifiquen.—Manuscrito 126, 1905.3MS 57.3

    Ni una sola frase herética—Estoy ahora revisando mis diarios2Véase la nota 2:35.
    Nota:[Exceptuando lo que versaba acerca de asuntos cotidianos o biográficos, lo que la Sra. White presentaba delante del pueblo se basaba en visiones que le eran dadas, sea que ella usara o no la expresión “Yo vi”. Ella, en su tiempo, como nosotros hoy, no hacía diferencia entre libros y cartas, etc., sino entre lo sagrado y lo común. Nadie necesita estar confundido.
    La Sra. White decididamente omitió todas las expresiones tales como: “Yo vi” y “Se me mostró”, en los libros destinados al público en general, no fuera que los lectores, por no estar familiarizados con su experiencia vieran sus mentes distraídas del mensaje mismo. Uno busca en vano a través de los cinco volúmenes de la “Serie conflicto”—Patriarcas y profetas, Profetas y reyes, El conflicto de los siglos, El Deseado de todas las gentes y Los hechos de los apóstoles—una expresión semejante. Pero en su Introducción al Conflicto de los siglos, el primero de la serie que apareció en 1888, y en otros libros, ella declara que presenció algunos sucesos y que se le “mandó que diese a conocer a otros lo que se [le] había mostrado” (p. 13). Véase también El camino a Cristo, El discurso maestro de Jesucristo, Palabras de vida del gran Maestro, Educación y El ministerio de curación. “La Hna. White no fue la originadora de estos libros”, escribió ella.
    ]
    y algunas copias de cartas escritas durante varios años en lo pasado... Tengo el más precioso tema para reproducir y colocar delante del pueblo en forma de testimonio. Aunque puedo hacer esta obra, la gente debe tener cosas para reproducir la historia pasada, a fin de que pueda ver que hay una cadena recta de verdad sin una sola sentencia herética en lo que he escrito. He sido instruida en el sentido de que ésta ha de ser una carta viva dirigida a todos con respecto a mi fe.—Carta 329a, 1905.
    3MS 57.4

    Primero una presentación general, luego una aplicación específica—Yo era llevada de la pieza de un enfermo a otra, en el lugar donde el doctor B era el médico. En algunos casos me entristecía mucho al notar una gran deficiencia. El no tenía suficiente conocimiento para entender lo que el caso demandaba y lo que era esencial que se hiciera para luchar contra la enfermedad.3MS 57.5

    La Persona con autoridad que a menudo me ha instruido, dijo: “Joven, Ud. no es un estudiante atento. Apenas toca la superficie. Ud. debe hacer un estudio profundo, aprovechar sus oportunidades y aprender más; y las lecciones que aprenda, debe aprenderlas bien. Ud. es superficial. Es algo solemne tener a su cargo vidas humanas, pues cualquier error que haga, cualquier descuido que revele en ejercer un discernimiento profundo de su parte puede acortar la existencia de los que podrían vivir. Este peligro podría disminuir si el médico tuviera más comprensión de cómo tratar a los enfermos”.3MS 58.1

    Nunca le he escrito de esto a Ud., pero lo he presentado todo de una manera general, sin aplicarlo a su caso. Ahora siento que Ud. debe saber estas cosas, y que las instrucciones que han sido dadas a los obreros del sanatorio en algunos casos se referían a Ud. Le digo con espíritu de amor por su alma y con un interés en su éxito como médico, que deberá beber más profundamente en la fuente del conocimiento, antes de estar preparado para ser el primero o el único en una institución para tratar a los enfermos.—Carta 7, 1887.3MS 58.2

    Un caso no mitigado—En la última visión que me fue dada su caso fue presentado delante de mí... Según me ha sido mostrado, Ud. es un transgresor del séptimo mandamiento. ¿Cómo puede entonces su mente estar en armonía con la preciosa Palabra de Dios, [con las] verdades que lo condenan a cada momento? Si hubiera sido seducido sin pensarlo, hacia este desatino, habría sido más excusable; pero este no es el caso. Ud. fue advertido. Ud. recibió reprobaciones y consejos...3MS 58.3

    Mi alma se conmueve dentro de mí... No mitigaré su caso. Ud. se encuentra en un estado terrible y debe ser enteramente transformado.—Carta 52, 1876.3MS 58.4

    No siempre había una visión especial—Escribo esto porque no me atrevo a dejar de hacerlo. Ud. está lejos de hacer la voluntad de Dios, lejos de Jesús, lejos del cielo. No me admiro de que Dios no haya bendecido sus tareas. Ud. puede decir: “Dios no le ha dado a la Hna. White una visión sobre mi caso. ¿Por qué, entonces, ella me escribe?”3MS 58.5

    He visto los casos de otros que, como Ud., están descuidando sus deberes. He visto muchas cosas en su caso y en su experiencia pasada. Y cuando entro en el hogar de una familia y veo que se sigue una conducta que Dios ha reprobado y condenado, me angustio, sea que me hayan sido mostrados pecados especiales o sea que haya visto los pecados de otro que ha descuidado deberes similares. Sé de qué hablo. Siento profundamente el asunto. Digo, entonces, por causa de Cristo: apresúrese a venir al terreno adecuado, y prepárese para la batalla.—Carta 52, 1886.3MS 59.1

    Testimonios y consejos basados en muchas visiones—Dios me ha dado un testimonio de reprobación para los padres que tratan a sus hijos como Ud. lo hace con el suyo.—Carta 1, 1877.3MS 59.2

    Pero este asunto me ha sido presentado en otros casos, cuando algunos individuos han pretendido tener mensajes de un carácter similar para la Iglesia Adventista del Séptimo Día, y se me ha dicho: “No les creas”.—Carta 16, 1893; Mensajes Selectos 2:72-73.3MS 59.3

    Presentando un testimonio inesperado—El sábado, temprano por la mañana, asistí a una reunión, y el Señor me dio un testimonio directo para ellos, algo completamente inesperado para mí. Lo presenté a ellos, mostrándoles que el Señor enviaba a sus ministros con un mensaje, y que el mensaje que les trajeron era justamente el medio que Dios había ordenado para alcanzarlos; pero que ellos se habían sentido en libertad para reducirlo a pedazos y anular la Palabra de Dios... Puedo deciros que resultó sorprendente y maravilloso que yo me atreviera a hablarles como lo hice.—Carta 19, 1884.3MS 59.4

    El presentar reproches era una tarea desagradable para Elena de White—Si yo fuera a asistir al Congreso de la Asociación [General], me vería obligada a tomar posiciones que llegarían a cortar en algunos casos hasta la médula. Me duele grandemente hacerlo, y pasa mucho tiempo antes de que me recobre de la tensión que tal experiencia me produce.—Carta 17, 1903.3MS 60.1

    Asegurar la obra tanto por la palabra oral como por los mensajes escritos—Los mensajes que Dios me ha dado les han sido comunicados al pueblo tanto en forma oral como impresa. De esta manera mi obra se ha hecho doblemente segura.3MS 60.2

    He recibido la instrucción de que el Señor, por su infinito poder, ha preservado la mano derecha de su mensajera por más de medio siglo, a fin de que la verdad pudiera ser escrita como él me pide que la escriba para su publicación en periódicos y libros.—Carta 136, 1906.3MS 60.3

    Ella no podía decir si era pasado o futuro—He sido instada por el Espíritu del Señor a amonestar plenamente a nuestro pueblo con respecto a la familiaridad indebida de hombres casados con mujeres y de mujeres con hombres. Este sentimentalismo de amor enfermizo existía en la misión de la ciudad de ________, antes que Ud. estuviera relacionado con ella. Se me mostró que Ud. y otras personas manifestaron el mismo sentimiento; si esto ocurrió en lo pasado u ocurrirá en lo futuro, no lo sé; pero a menudo las cosas me son presentadas mucho tiempo antes que las circunstancias ocurran.—Carta 17, 1891.3MS 60.4

    Se le mostró la obra como si hubiera sido hecha—He estado pensando acerca de cómo, después que empezamos a trabajar en la obra del sanatorio de Battle Creek, me fueron mostrados en visión edificios listos para ser ocupados. El Señor me instruyó en cuanto a la forma en que la obra debía hacerse en estos edificios para que ejercieran una influencia salvadora sobre los pacientes.3MS 60.5

    Todo esto me parecía muy real, pero cuando desperté descubrí que la obra debía aún ser hecha en lo futuro, pues no había ningún edificio levantado.3MS 61.1

    En otra ocasión se me mostraron grandes edificios que se levantaban en el lugar en que más tarde se construyó el sanatorio de Battle Creek. Los hermanos estaban en gran perplejidad en cuanto a quién debía hacerse cargo del trabajo. Yo lloré amargamente. Uno que tenía autoridad estaba en pie entre nosotros, y dijo: “Todavía no. Uds. no están listos para invertir medios en ese edificio, o para hacer planes para su futuro funcionamiento”.3MS 61.2

    En ese tiempo los fundamentos del sanatorio habían sido colocados. Pero necesitábamos aprender la lección de esperar.—Carta 135, 1903.3MS 61.3

    A Pablo se le mostraron por anticipado peligros que surgirían—Pablo era un apóstol inspirado, y sin embargo el Señor no le mostró en todas las ocasiones las condiciones precisas de su pueblo. Los que estaban interesados en la prosperidad de la iglesia y veían los males que aparecían, le presentaban a él el asunto, y debido a la luz que él había recibido anteriormente estaba preparado para juzgar el verdadero carácter de esas manifestaciones. Porque el Señor no le hubiera dado una nueva revelación para esa ocasión especial, los que verdaderamente buscaban luz no echaban a un lado su mensaje como si fuera una comunicación común. No, de ninguna manera. El Señor le había mostrado las dificultades y los peligros que se levantarían en las iglesias, para que cuando se desarrollaran él supiera cómo tratarlos.—Testimonies for the Church 5:65.3MS 61.4

    Elena de White podía hablar ahora—Esta mañana asistí a una reunión a la cual fueron citadas unas pocas personas seleccionadas para considerar ciertas preguntas hechas a ellos en una carta, solicitándoles su consideración y consejo sobre estos temas. Acerca de algunos de estos puntos yo podía hablar, porque en diversas oportunidades y en distintos lugares muchas cosas me fueron presentadas... Cuando mis hermanos leyeron los extractos de algunas cartas yo sabía qué decirles, porque este asunto me había sido presentado una y otra vez con respecto al campo del sur. No me había sentido en libertad para escribir estos asuntos hasta ahora... La luz que el Señor me ha dado en diferentes ocasiones ha sido que el campo del sur, adonde se encuentra la mayor cantidad de la población de color, no puede ser trabajado empleando los mismos métodos que en otros campos. Carta 73, 1895publicado en el The Southern Work, 72.3MS 61.5

    Cuando llegue el tiempo—No debo escribir más por ahora, aunque hay mucho más que decir que lo pondré por escrito cuando sepa que ha llegado el tiempo de hacerlo.—Carta 124, 1902.3MS 62.1

    Postergado por un año—El Señor me ha ayudado y bendecido de una manera evidente durante la reunión en Melbourne [Australia]. Trabajé muy duramente antes de iniciarse ésta [reunión], dando testimonios personales que yo había escrito un año atrás; pero que no me sentía libre de enviar. Pensé en las palabras de Cristo: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar”. Juan 16:12. Cuando estaba lista para enviar la comunicación, parecía que una voz me hablaba y me decía: “Todavía no, ellos no recibirán mi testimonio”.—Carta 39, 1893.3MS 62.2

    Las visiones no siempre se entendían al principio—En una ocasión cuando estábamos hablando juntos acerca de la experiencia de Ud. en su obra, me preguntó: “¿Me ha dicho Ud. todo?” No podía decir más en aquel tiempo. A menudo me son dadas presentaciones que al principio yo no entiendo; pero después de un tiempo me son aclaradas con una repetición de las cosas que al principio no comprendí, y de una manera que me aclara su significado inconfundiblemente.—Carta 329, 1904.3MS 62.3

    Lo que yo escribí parecía nuevo—Durante la noche me despierto y escribo en mi diario muchas cosas que me parecen como nuevas cuando se leen, tanto a mi como a cualquiera que las escucha. Si no hubiera visto el asunto escrito con mi propia letra no habría pensado que mi pluma lo había escrito.—Carta 118, 1898.3MS 63.1

    Escritos anteriores que son oportunos—Tengo una gran cantidad de asuntos preciosos, escritos en Cooranbong [Australia], y fechados el 20 de diciembre de 1896, que es precisamente lo que se necesita en este tiempo. Lo haré copiar hoy, y si es posible lo despacharé esta tarde. Había perdido completamente de vista estos manuscritos, pero esta mañana un mazo de ellos atrajo mi atención, y al mirarlos me di cuenta, para mi sorpresa, que era precisamente lo que necesitaba.—Carta 262, 1907.3MS 63.2

    Las mentes deben ser preparadas espiritualmente—He tratado de no rehuir de dar a nuestro pueblo todo el consejo del Señor; pero a veces he postergado algunos asuntos con la idea de que “ellos no lo pueden soportar ahora”. Aun la verdad no puede ser presentada en su totalidad a las mentes que no tienen la preparación espiritual para recibirla. Tengo muchas cosas que decir, pero algunas personas a las cuales se aplican los mensajes no pueden soportarlas en su estado actual de falta de consagración.—Carta 55, 1894.3MS 63.3

    Por qué Pablo no podía decirlo todo—El gran apóstol tuvo muchas visiones. El Señor le mostró muchas cosas que no le es dado al hombre expresar. ¿Por qué no podía él decirles a los oyentes lo que había visto? Porque habrían aplicado mal las grandes verdades presentadas. No habrían podido comprender esas verdades. Y sin embargo, todo lo que le fue mostrado a Pablo dio forma a los mensajes que Dios le encomendó para presentar a las iglesias.—Carta 161, 1903.3MS 63.4

    No pretendía luz especial para escritos biográficos—Al preparar las siguientes páginas [Spiritual Gifts, t. 2, un relato autobiográfico] he trabajado bajo grandes desventajas, porque he tenido que depender en muchos casos de la memoria, pues no había llevado ningún diario hasta hace pocos años. En varios casos he enviado los manuscritos a amigos que estaban presentes cuando las circunstancias relatadas ocurrieron, para que los examinaran antes de publicarse. He tenido gran cuidado y empleado mucho tiempo tratando de establecer los hechos sencillos tan correctamente como fuera posible.3MS 64.1

    He sido ayudada, sin embargo, para determinar muchas fechas por medio de las numerosas cartas que escribí.—Spiritual Gifts, Prefacio, t. 2.3MS 64.2

    Se hace un pedido especial para que si alguno encuentra declaraciones equivocadas en este libro me informe inmediatamente. La edición será completada cerca del primero de octubre; por lo tanto envíenme las observaciones antes de ese tiempo.—Ibid. Apéndice que apareció en los primeros 400 ejemplares.3MS 64.3

    Distinción entre temas comunes y religiosos—Sin embargo, hay oportunidades cuando deben declararse cosas comunes, pensamientos comunes deben ocupar la mente, deben escribirse cartas comunes y se debe dar información que ha pasado de un obrero a otro. Tales palabras, tal información, no son dadas bajo la inspiración especial del Espíritu de Dios. Se hacen preguntas a veces que no tienen nada que ver con temas religiosos, y esas preguntas deben ser contestadas. Conversamos acerca de casas y tierras, transacciones comerciales y ubicación para nuestras instituciones, sus ventajas y desventajas.—Manuscrito 107, 1909; Mensajes Selectos 1:44.3MS 64.4

    Se ilustra el punto—No he recibido el mensaje de que el Hno. C debe venir a Australia. No; por lo tanto no digo que sé que éste es el lugar para Ud.; pero tengo el privilegio de expresar mis deseos, aun cuando repito que no hablo por mandamiento.3MS 64.5

    Pero no quiero que venga debido a cualquier persuasión de mi parte. Deseo que Ud. busque al Señor muy fervientemente, y entonces siga donde su llamado lo dirija. Quiero que Ud. venga cuando Dios diga: “ven”, y ni un solo momento antes.3MS 65.1

    Sin embargo, es mi privilegio presentar los deseos de la obra en Australia. Australia no es mi país; es la jurisdicción del Señor. El país es del Señor; el pueblo es de él. Ha de hacerse una obra aquí, y si Ud. no es la persona que tiene que hacerla, me sentiría perfectamente resignada al saber que Ud. ha ido a alguna otra localidad. Carta 129, 1897. [De una carta concerniente a la necesidad de un sanatorio en Australia y la posibilidad que este hombre fuera a Australia a iniciar esa empresa.]3MS 65.2

    Información obtenida de quienes deben saberlo—La información dada en cuanto al número de habitaciones del Sanatorio de Paradise Valley, no fue dada como una revelación del Señor sino simplemente como una opinión humana. Nunca me ha sido revelado el número exacto de habitaciones de ninguno de nuestros sanatorios, y el conocimiento que tengo en cuanto a tales cosas lo he obtenido preguntando a los que suponía que estaban informados. En mis palabras, cuando hablo acerca de estos temas comunes, no hay nada para inducir a la mente a creer que recibo mi conocimiento en una visión del Señor y que presento eso como tal...—Manuscrito 107, 1909; Mensajes Selectos 1:43.3MS 65.3

    Dos clases de cartas—Queridos hijos [Edson y Emma]: He tenido muchos asuntos que poner por escrito, y he estado trabajando duramente. Mi corazón está firme, confiando en el Señor. En ningún caso debemos tener dudas, sino estar llenos de esperanza.3MS 65.4

    Esta mañana encontré la carta de Uds. debajo de mi puerta. Estaba contenta de tener noticias suyas. Ayer les escribí una carta sobre asuntos comunes, de todos los días [véase la próxima cita]. Esta carta será enviada hoy. He escrito una larga carta sobre el asunto mencionado en la carta de Uds., y la he entregado para que sea copiada. Esta les será enviada pronto...3MS 66.1

    Por la instrucción que el Señor me ha dado una y otra vez, sé que debe haber obreros que hagan giras médicoevangelísticas por las ciudades y aldeas. Los que hagan este trabajo reunirán una rica cosecha de almas, tanto de las clases más encumbradas como de las más humildes.—Carta 202, 1903.3MS 66.2

    La carta que trataba de asuntos comunes—Queridos hijos Edson y Emma: Ha pasado mucho tiempo desde que les escribí. Me gustaría mucho visitarlos en su propio hogar. Willie me escribe que está muy contento con su situación. No he tenido noticias de Uds. por mucho tiempo. Me gustaría recibir una carta de Uds., aunque sea de unas pocas líneas. Y recuerden que si alguna vez quieren hacernos una visita para pedir consejo sobre su obra y sobre los libros que estamos tratando de publicar, estaré más que contenta de verlos.3MS 66.3

    Pareciera que ha pasado un largo tiempo desde que Willie nos dejó. El salió a fines de junio, y estamos ahora a 10 de septiembre. Todavía pasará una semana antes que esté en casa...—Carta 201, 1903.3MS 66.4

    El juicio de la Hna. White—Ud. ha expresado la opinión que tiene de su propio juicio, es a saber, que es más digno de confianza que el de la Hna. White. ¿Consideró Ud. que, durante su vida de servicio para el Maestro, la Hna. White ha tratado precisamente con casos como éste? ¿Y que ella ha visto muchos casos, inclusive similares al suyo, lo que debe permitirle a ella saber lo correcto y lo incorrecto en estos casos? ¿No sería mejor darle preferencia a la opinión de quien ha estado bajo la dirección de Dios por más de cincuenta años, que manifestarla a quien no ha tenido esta disciplina y educación? Tenga la bondad de considerar estas cosas.—Carta 115, 1895.3MS 66.5

    No se atrevía a hablar cuando no había luz especial—A menudo me hallo en la posición en que no me atrevo a asentir ni a disentir con una proposición que me sea sometida, pues existe peligro de que cualquier palabra que hable pueda ser conceptuada como algo que el Señor me ha dado. No es siempre seguro que yo exprese mi propio juicio, porque a veces, cuando alguien desea llevar a cabo su propio plan, considerará cualquier palabra favorable que yo diga como una luz especial del Señor. Seré cautelosa en todos mis movimientos.—Carta 162, 1907, p. 2.3MS 67.1

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