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Mensajes Selectos Tomo 3 - Contents
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    Dos ejemplos típicos

    1. Testimonio personal recibido con gratitud—Regresamos el 12 de diciembre [de 1892]. Al día siguiente por la tarde, el Hno. Faulkhead vino a visitarme.1[Léase en Mensajes Selectos, t. 2, pp. 143-160, el mensaje dado a N. D. Falkhead.] La preocupación de su caso ocupaba mi mente. Le dije que tenía un mensaje para él y para su esposa, que había preparado varias veces para enviarles; pero que me había sentido impedida de hacerlo por el Espíritu del Señor. Le pedí que me señalara un momento en que yo podía visitarlos.3MS 93.4

    El contestó: “Estoy contento de que Ud. no me mandó una comunicación escrita; prefiero tener el mensaje directamente de sus labios; si hubiera llegado de otra manera no creo que me hubiera hecho ningún bien”. Entonces preguntó: “¿Por qué no me da Ud. el mensaje ahora?” Le dije: “¿Puede Ud. quedarse para escucharlo?” El contestó que lo haría.3MS 93.5

    Yo estaba muy cansada porque había asistido a los ejercicios de clausura de la escuela ese día; pero me levanté de la cama en la cual estaba acostada y le leí durante tres horas. Su corazón fue ablandado, las lágrimas corrieron por sus ojos, y cuando dejé de leer, él dijo: “Acepto cada palabra; todo eso se refiere a mí”.3MS 94.1

    Gran parte del material que había leído se relacionaba con la publicación del Echo Office [de Australia] y la forma en que fue dirigido desde el comienzo. El Señor también me reveló las relaciones que el Hno. Faulkhead tenía con los masones libres, y yo le dije claramente que a menos que él cortara todo lazo que lo unía con estas asociaciones, perdería su alma.3MS 94.2

    El dijo: “Acepto la luz que el Señor me ha enviado por medio de Ud. Pondré en práctica lo que se me dice. Soy miembro de cinco logias, y otras tres logias están bajo mi control. Yo hago todos sus negocios. Ahora no asistiré más a sus reuniones, y daré por terminadas mis relaciones comerciales con ellos hasta donde me sea posible”.3MS 94.3

    Le repetí las palabras habladas por mi guía con referencia a estas asociaciones. Reproduje cierto movimiento que fue hecho por mi guía, y le dije: “No puedo relatarle todo lo que se me dijo”. El Hno. Faulkhead le dijo al pastor Daniells y a otros que yo había hecho la señal particular conocida solamente por los masones de la orden más elevada, en la cual él acababa de entrar. El dijo que yo no conocía la señal, y que no me daba cuenta de que yo se la estaba dando. Esto fue una evidencia especial para él de que el Señor estaba obrando por medio de mí para salvar su alma.—Carta 46, 1892.3MS 94.4

    2. Un hermano y el visitante del campamento—Llamé aparte a algunos de nuestros hermanos que estaban en nuestra carpa [en el congreso campestre de Milton, Washington] y les leí el asunto que había escrito hacía tres años con respecto a su conducta. Ellos se habían comprometido con la Asociación General y habían repetido su compromiso otra vez. Les leí testimonios directos, claros y categóricos; pero aquí estaba el problema: no sentían la obligación de creer en los testimonios. El Hno. L había estado en el partido Marion2[Un movimiento separatista que apareció en Marion, Iowa, a mediados de 1860.] cuando había vivido en LaPort, Estado de Iowa, y le resultaba un misterio lo que debía hacer con esta gente. No había ningún ministro ni mensaje de ministro alguno que ellos respetaran más que su propio juicio. El asunto era cómo presentar algo que los impresionara. Lo único que podíamos hacer era hablar, y trabajar por ellos como si creyeran cada palabra del testimonio; y sin embargo ser tan cautelosos, como si fueran incrédulos...3MS 94.5

    El sábado [7 de junio de 1884] por la mañana temprano fui a la reunión, y el Señor me dio un testimonio directo para ellos, totalmente inesperado para mí. Les presenté el testimonio, mostrándoles que el Señor había enviado a sus ministros con un mensaje, y que el mensaje que éstos habían traído era precisamente el medio que Dios había ordenado para alcanzarlos; pero ellos se sintieron en libertad de hacerlo añicos y anular el efecto de la Palabra de Dios...3MS 95.1

    Sábado 14 de junio—Tuvimos reuniones memorables. El sábado por la tarde habló el Hno. [J. N.] Loughborough. Yo lo hice por la tarde. El Señor me ayudó. Entonces les pedí que pasaran adelante. Treinta y cinco personas respondieron. Eran mayormente jóvenes y señoritas, y también personas de edad de ambos sexos. Tuvimos una reunión preciosa. Algunos que habían abandonado la iglesia volvieron con arrepentimiento y confesión. Muchos estaban empezando por primera vez. El Señor mismo estaba allí. Esto pareció quebrar el prejuicio, y se presentaron testimonios muy sentidos. Tuvimos un recreo, y entonces yo comencé de nuevo y la buena obra continuó...3MS 95.2

    El viernes por la tarde leí un asunto importante que había escrito hacía tres años. Esto fue reconocido como de procedencia divina. Los testimonios fueron aceptados de todo corazón, y se hicieron confesiones de gran valor para el que había obrado mal.—Carta 19, 1884.3MS 96.1

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