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Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 - Contents
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    Responsabilidades de los obreros médicos

    El capitulo cuatro de la epístola a los Efesios contiene lecciones de Dios dirigidas a nosotros. El autor habla inspirado por Dios y expone las instrucciones recibidas en visiones de origen divino. Describe la distribución de dones que Dios otorga a sus obreros: “Y él mismo constituyó a unos apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y mestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para le edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”. Efesios 4:11-13. Se nos muestra aquí que Dios asigna a cada persona su trabajo, y al realizarlo cumplirá su parte en el gran plan de Dios.6TPI 246.1

    Nuestros médicos y paramédicos misioneros debieran considerar detenidamente esta lección. Dios estableció su obra entre un pueblo que reconoce las leyes del gobierno divino. Los enfermos deben ser sanados por la combinación del esfuerzo humano y el divino. Cada don y poder que Cristo prometió a sus discípulos los confiere a sus fieles servidores. Y Aquel que otorga capacidades mentales y confía talentos a los hombres y mujeres que le pertenecen por creación y redención, espera que estos talentos y capacidades aumenten por el uso. Cada talento debe emplearse en bendecir a otros y así traer honra a Dios. Pero los médicos han sido inducidos a suponer que las facultades y los talentos que Dios les otorgó para que los usaran en su obra, les pertenecen de pleno derecho, de modo que los han usado para iniciar ramos de trabajo proyectos para los cuales que Dios no les asignó.6TPI 246.2

    Satanás trabaja asiduamente con el fin de encontrar una oportunidad para introducirse furtivamente. Sugiere al médico que sus talentos son demasiado valiosos para desperdiciarlos entre los adventistas del séptimo día, que si estuviera libre podría realizar una obra más importante. El médico se siente tentado a pensar que posee métodos que puede usar independientemente de la gente a quien Dios le encomendó que sirviera, y que Dios podría ponerlo por encima del resto de los habitantes del mundo. Pero el médico no debe suponer que su influencia aumentaría si se separara de esta obra. Si tratara de realizar sus planes, no tendría éxito.6TPI 246.3

    El egoísmo en cualquier forma introducido en el ministerio o en la obra médica, es una infracción a la ley de Dios. Cuando los hombres se vanaglorian de sus capacidades y permiten que los elogios humanos fluyan hacia seres finitos, deshonran a Dios, y él los despojará de aquello en lo cual se glorían. Los médicos vinculados a nuestros sanatorios y a la obra médica misionera, por la gracia de Dios han sido dirigidos hacía las personas para quienes él les ha ordenado que sean una luz en el mundo. Su obra consiste en dar a su vez todo aquello que el Señor les ha dado; en dar, no como una influencia entre muchas, sino como la influencia divina a fin de hacer efectiva la verdad para este tiempo.6TPI 247.1

    Dios nos ha confiado una obra especial, una obra que nadie más puede hacer. Nos ha prometido la ayuda de su Santo Espíritu. La corriente celestial fluye en dirección a la tierra para que realice precisamente la obra que se nos encomendó. No permitamos que esta corriente celestial se ignore por habernos desviado de la senda recta establecida por Cristo.6TPI 247.2

    Los médicos no deben suponer que pueden ganarel mundo mediante sus planes y esfuerzos. Dios no los ha puesto para que abarquen tanto por medio de sus propias obras solamente. La persona que emplea su potencial en diversas actividades no puede ocuparse de administrar una institución de salud, y esperar llevarla a buen término.6TPI 247.3

    Si los obreros del Señor se ocupan de trabajos que desplazan lo que deberían hacer en la tarea de comunicar luz al mundo, Dios no recibe la gloria que debiera engrandecer su santo nombre mediante lo que ellos hacen. Cuando Dios llama a un hombre a realizar cierta obra en su causa, no coloca sobre sus hombros cargas que otros obreros pueden y deben llevar a cabo. Aunque esto pueda parecer indispensable, Dios, según su sabiduría, asigna a cada persona su tarea. Él no desea que las mentes de sus siervos que llevan responsabilidades se agoten hasta el borde de lo insoportable, por responsabilizarse de muchos frentes de trabajo. Si un obrero no se responsabiliza por la tarea que se le ha encomendado, aquella que el Señor estima que es exactamente la que puede realizar, está descuidando deberes, que adecuadamente ejecutados, resultarían en la propagación de la verdad y prepararía a la gente para la gran crisis que se avecina.6TPI 247.4

    Dios no puede otorgar medidas más abundantes de poder, físicas o mentales, a los que procuran llevar cargas que no se les han asignado. Cuando los obreros se sobrecargan con tales responsabilidades, no importa cuán buena sean, sus fuerzas físicas se agotan y sus mentes se desconciertan, y no pueden lograr el éxito óptimo obtenible.6TPI 248.1

    Los médicos de nuestras instituciones no debieran dedicarse a tantas empresas y así permitir que su trabajo se debilite, cuando debieran sostenerse sobre principios rectos y ejercer una influencia que abarque a todo el mundo. Dios no ha dispuesto que sus colaboradores abarquen tantas cosas, tracen planes demasiado extensos, hasta el punto de fracasar en las responsabilidades que se les han asignado para que logren el sublime bien que él espera que realicen mediante la difusión de luz al mundo, atrayendo a mujeres y hombres mientras él los dirige mediante su suprema sabiduría.6TPI 248.2

    El enemigo ha determinado contrarrestar los designios que Dios formuló para beneficiar a la humanidad mediante la revelación de lo que constituye la auténtica obra médica misionera. Se han introducido numerosas ideas acerca de que los obreros no pueden realizar todas las cosas de acuerdo con el modelo mostrado en el monte. Se me ha instruido para que diga que la obra asignada a los médicos en nuestras instituciones es suficiente para ellos, y que el Señor requiere que se unan estrechamente con los evangelistas misioneros y lleven a cabo sus tareas con fidelidad. Dios no ha pedido a nuestros médicos que se envuelvan en un variado y abarcante trabajo como lo han hecho algunos. No ha determinado que la obra especial de los médicos sea trabajar por los que se encuentran en los antros de iniquidad en nuestras populosas sociedades. El Señor no requiere imposibilidades de sus siervos. La obra que él ha encargado a nuestros médicos es exponer ante el mundo el ministerio del Evangelio mediante la obra médica misionera.6TPI 248.3

    El Señor no coloca sobre su pueblo toda la carga de tener que trabajar por una clase tan endurecida por el pecado, que muchos de ellos mismos no recibirían beneficio ni tampoco se beneficiaría a otros. Si hay personas que pueden responsabilizarse por el trabajo con los más degradados, si Dios coloca sobre ellos la responsabilidad de trabajar por las masas en diferentes maneras, que éstos salgan al frente y obtengan del mundo los medios necesarios para hacer esta obra; pero que no dependan de los recursos que Dios ha dispuesto para terminar la predicación del mensaje del tercer ángel.6TPI 249.1

    Nuestros sanatorios necesitan el poder de la mente y del corazón, de donde han sido secuestrados por otros ministerios. Todo lo que Satanás pueda hacer lo hará para multiplicar las responsabilidades de nuestros médicos, pues él sabe que esto significa debilidad, en vez de fortaleza para las instituciones con las cuales están relacionados.6TPI 249.2

    Se debe ejercer gran consideración en la obra que emprendemos. No debemos asumir enormes cargas en el cuidado de niños pequeños, porque otros están haciendo esta obra. Tenemos una obra especial: la de atender y educar a los niños de edad más avanzada. Si hay familias que pueden hacerlo, que adopten a los pequeños, porque así recibirán una gran bendición. Pero hay una obra mayor y más importante en la cual ocupar la atención de nuestros médicos: educar a los que han crecido con caracteres deformados. Los principios de la reforma pro salud deben exponerse ante los padres, para que se conviertan y puedan desempeñarse como misioneros en sus propios hogares. Nuestros médicos han realizado esta obra, y todavía pueden hacerla, si no se sacrifican a sí mismos con tantas y variadas responsabilidades.6TPI 249.3

    El director médico en cualquier institución ocupa una posición difícil y debe permanecer libre de responsabilidades menores; porque esto no le dejará tiempo para descansar. Debiera tener suficiente ayuda de personas en las cuales puede confiar, pues tiene una tremenda obra que cumplir. Debe postrarse en oración con los sufrientes y conducir a sus pacientes al gran Médico. Si como humilde suplicante busca a Dios para recibir la sabiduría necesaria para tratar cada situación, su fuerza e influencia aumentarán notablemente.6TPI 250.1

    ¿Qué puede lograr el hombre por sí mismo en la gran obra enunciada por el Dios infinito? Cristo dice: “Sin mí nada podéis hacer”. Juan 15:5. Él vino a nuestro mundo para mostrar a los hombres cómo realizar la obra que Dios les había comisionado, y nos dice: “Venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”. Mateo 11:28-30. ¿Por qué es fácil el yugo de Cristo y ligera su carga? Porque él llevó el peso de ella sobre la cruz del Calvario.6TPI 250.2

    La religión personal es indispensable para todo médico, si quiere tener éxito en la atención de los enfermos. Necesita un poder mayor que su propia intuición y habilidad. Dios desea que los médicos se unan con él y sepan que cada persona es valiosa ante su vista. El que depende de Dios y comprende que únicamente el Creador del hombre sabe cómo dirigir, no fracasará en su tarea como sanador de las enfermedades corporales, o como médico de las almas por quienes Cristo murió.6TPI 250.3

    El que lleva la pesada responsabilidad de médico necesita las oraciones del ministro del Evangelio, y debiera estar conectado con su alma, mente y cuerpo con las verdades de Dios. Entonces podrá decir palabras adecuadas al atribulado. Podrá velar por las almas como alguien que sabe que tendrá que rendir cuenta. Podrá presentar a Cristo como el camino, la verdad y la vida. La Escritura aparecerá con claridad ante su mente y hablará como alguien que conoce el valor de las almas con las cuales trata.6TPI 250.4

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