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Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 - Contents
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    Nuestro deber hacia la familia de la fe

    Nuevos observadores del sábado

    En nuestro medio hay siempre dos clases de pobres: los que se arruinan por su propia conducta indisciplinada y continúan en su desobediencia; y los que por amor de la verdad se encuentran en aprietos. Debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, y si lo hacemos obraremos correctamente con ambos grupos bajo la dirección y el consejo de la sana prudencia.6TPI 272.1

    No cabe la menor duda que a los pobres del Señor se les debe ayudar en todos los casos cuando sea para su beneficio.6TPI 272.2

    Dios quiere que su pueblo revele a un mundo pecaminoso que él no lo ha dejado perecer. Debemos esmerarnos en ayudar a los que por causa de la verdad son expulsados de sus casas y obligados a sufrir. Cada vez más, habrá necesidad de corazones liberales, abiertos y generosos; corazones que llenos de compasión, se encarguen de esas personas a quienes el Señor ama. Los pobres que haya en el pueblo de Dios no deben dejarse sin que sus necesidades sean suplidas. Debe hallarse alguna manera por la cual puedan ganarse la vida. A algunos será necesario enseñarles a trabajar. Otros que trabajan mucho y están recargados hasta lo sumo para sostener sus familias, necesitarán auxilio especial. Debemos interesarnos en esos casos, y ayudarles a conseguir trabajo seguro. Debiera haber un fondo para ayudar a estas familias pobres dignas, que aman a Dios y obedecen sus mandamientos.6TPI 272.3

    Debe ejercerse cautela para que los recursos que se necesitan para esta obra no se desvíen hacia otros fines. Auxiliar a los pobres que, por observar los mandamientos de Dios, se ven obligados a padecer necesidad, es cosa muy diferente de lo que sería abandonarlos para ayudar a personas blasfemas que pisotean la ley de Dios; y él ve la diferencia. Los observadores del sábado no deben pasar por alto a los dolientes y los menesterosos del Señor, para asumir la carga de sostener a quienes continúan desobedeciendo los mandamientos de Dios, a los que se han acostumbrado a esperar ayuda de cualquiera que los quiera socorrer. Esta no es la debida clase de obra misionera. No está en armonía con el plan de Dios.6TPI 272.4

    Dondequiera que se establezca una iglesia, sus miembros deben hacer una obra fiel por los creyentes menesterosos. Pero no deben parar ahí. Deben ayudar también a otros, sin tener en cuenta su fe. Como resultado de un esfuerzo tal, algunos de estos recibirán las verdades especiales para este tiempo.6TPI 273.1

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