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Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 - Contents
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    Lo que impide la reforma

    La Biblia ha sido introducida hasta cierto punto, en nuestras escuelas y se han hecho algunos esfuerzos en el sentido de la reforma; pero es muy difícil adoptar principios rectos después de haber estado acostumbrados, por tanto tiempo a los métodos populares. Las primeras tentativas para cambiar las viejas costumbres acarrearon pruebas severas para los que deseaban andar en el camino señalado por Dios. Se han cometido errores que ocasionaron resultando grandes pérdidas. Ha habido obstáculos que tendieron a hacernos transitar por senderos comunes y mundanales y a impedirnos que comprendiéramos los principios de la educación verdadera. A los inconversos que miraban las cosas desde las bajas regiones del egoísmo, de la incredulidad y de la indiferencia, los principios y métodos correctos les parecieron erróneos.6TPI 146.1

    Algunos maestros y administradores, convertidos sólo a medias, son piedras de tropiezo para otros. Ceden en algunas cosas y hacen reformas a medias; pero cuando se produce un mayor conocimiento, rehúsan avanzar, prefiriendo trabajar de acuerdo con sus propias ideas. Al hacer esto están tomando y comiendo de aquel árbol de conocimiento que coloca a lo humano por encima de lo divino. “Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová. Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová”. AY acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra” Josué 24:14, 15; 1 Reyes 18:21. Habríamos superado por mucho nuestra presente condición espiritual si hubiéramos avanzado a medida que nos llegaba la luz.6TPI 146.2

    Cuando se abogó por nuevos métodos, se suscitaron tantas preguntas y dudas, y fueron tantas las reuniones celebradas para discernir toda dificultad, que los reformadores se vieron estorbados y algunos cesaron de pedir reformas. Parecieron incapaces de detener la corriente de duda y crítica. Fueron pocos, comparativamente, los que recibieron el Evangelio en Atenas, debido a que la gente albergaba orgullo intelectual y sabiduría mundana y reputaba como locura el Evangelio de Cristo. Pero, “lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres”. “Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios”. 1 Corintios 1:25, 23, 24.6TPI 147.1

    Nos toca ahora comenzar de nuevo. Las reformas deben emprenderse de todo corazón, alma y voluntad. Los errores pueden ser muy antiguos, pero los años no hacen del error verdad, ni de la verdad error. Se han seguido por demasiado tiempo los viejos hábitos y costumbres. El Señor quiere que maestros y alumnos desechen ahora toda idea falsa. No tenemos libertad para enseñar lo que coincida con la norma del mundo o la norma de la iglesia, sencillamente porque así se suele hacer. Las lecciones enseñadas por Cristo han de constituir la norma. Ha de tenerse estrictamente en cuenta lo que el Señor ha dicho con respecto a la enseñanza que se ha de impartir en nuestras escuelas; pues si en algunos respectos no existe una educación de carácter completamente diferente de la que se ha venido dando en algunas de nuestras escuelas, no necesitábamos haber gastado dinero en la compra de terrenos y la construcción de edificios escolares.6TPI 147.2

    Algunos sostendrán que si se da preferencia a la enseñanza religiosa, nuestras escuelas llegarán a ser impopulares y que aquellos que no son de nuestra fe no las patrocinarán. Muy bien; vayan los tales a otras escuelas donde encuentren un sistema de educación que concuerde con sus gustos. Es el propósito de Satanás impedir por medio de estas consideraciones que se logre el objetivo por el cual nuestras escuelas fueron establecidas. Estorbados por estas artimañas, los dirigentes razonan a la usanza del mundo. Copian sus planes e imitan sus costumbres. Muchos han demostrado su falta de sabiduría de lo alto hasta el extremo de unirse a los enemigos de Dios y de la verdad al proveer entretenimientos mundanos a los alumnos. Al hacer esto atraen sobre ellos mismos la ira de Dios, pues desvían a los jóvenes y hacen la obra de Satanás. Esta obra, con todos sus resultados, la tendrán que arrostrar ante el tribunal de Dios.6TPI 147.3

    Los que siguen semejante conducta dan a entender que no se puede confiar en ellos. Después que el mal ha sido hecho, podrán confesar su error; pero, ¿podrán acaso destruir la influencia que han ejercido? ¿Se dirá el “bien, buen siervo” a los que no cumplieron su cometido? Estos obreros infieles no han edificado sobre la Roca eterna, y su fundamento resultará ser arena movediza. En vista de que el Señor nos manda ser diferentes y singulares, ¿cómo podremos apetecer la popularidad o tratar de imitar las costumbres y prácticas del mundo? “¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad con Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios”. Santiago 4:4.6TPI 148.1

    Rebajar las normas para conseguir popularidad y un aumento en número de feligreses y luego hacer de este aumento un motivo de regocijo, pone de manifiesto gran ceguedad. Si la cantidad fuera una prueba del éxito, Satanás podría pretender la preeminencia, porque en este mundo sus seguidores forman la gran mayoría. Es el grado de poder moral que compenetra una escuela lo que constituye una prueba de su prosperidad. Es la virtud, la inteligencia y la piedad de las personas que componen nuestras escuelas, y no su número, lo que debiera ser una fuente de gozo y gratitud. ¿Deberían, acaso, nuestras escuelas convertirse al mundo y seguir sus costumbres y modas? “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que... no os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Romanos 12:1, 2.6TPI 148.2

    Muchos harán uso de todos los medios posibles para atenuar la diferencia entre los adventistas del séptimo día y los observadores del primer día de la semana. Me fue presentada una congregación que, a pesar de llevar el nombre de adventistas del séptimo día, aconsejaba que las normas que hacen de nosotros un pueblo singular no se destacaran tanto, pues alegaban que no era el mejor método para garantizar el éxito a nuestras instituciones. Pero éste no es el momento de arriar nuestra bandera o avergonzarnos de nuestra fe. El estandarte distintivo, descrito con las palabras, “aquí está la paciencia de los santos, aquí están los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (Apocalipsis 14:12), debe ondear sobre el mundo hasta el fin del tiempo de gracia. Al paso que han de aumentarse los esfuerzos para avanzar en diversas localidades, no debe encubrirse en modo alguno nuestra fe con el fin de obtener patrocinio. La verdad ha de llegar hasta las almas que están a punto de perecer, y si de alguna manera ello es impedido, Dios queda deshonrado y la sangre de las almas estará sobre nuestras vestiduras.6TPI 149.1

    Mientras quienes estén vinculados a nuestras instituciones anden humildemente con Dios, los seres celestiales cooperarán con ellos; pero recuerden todos el hecho de que Dios ha dicho: “Yo honraré a los que me honran” 1 Samuel 2:30. Ni por un momento debiera causarse la impresión de que sería beneficioso para él ocultar su fe y sus doctrinas a los incrédulos del mundo, por temor a que no le tendrán en tan alta estima si llegan a conocer sus principios. Cristo demanda de todos sus seguidores una confesión de fe abierta y varonil. Cada cual ha de permanecer en su puesto y ser lo que Dios quiso que sea: un espectáculo para el mundo, los ángeles y los hombres. El universo entero mira con interés indecible para ver el fin de la gran controversia entre Cristo y Satanás. Todo cristiano ha de ser una luz, no escondida debajo de un almud o de una cama, sino colocada en el candelero para que alumbre a todos los que están en la casa. No se relegue jamás a un último lugar la verdad de Dios por cobardía o conveniencia mundana.6TPI 149.2

    Aunque en muchos aspectos nuestras instituciones de enseñanza se han conformado al mundo, aunque paso a paso han avanzado hacia el mundo, son prisioneras de la esperanza. El destino no ha entretejido tanto sus lazos alrededor de lo que están haciendo, como para que necesiten permanecer desamparadas y en incertidumbre. Si escucharan su voz y siguieran sus caminos, Dios las corregiría y las iluminaría, y las traería de nuevo a su recta posición que las distinguen del mundo. Cuando se discierna la ventaja de obrar de acuerdo con principios cristianos, cuando se oculte el yo en Cristo, se logrará mucho más progreso, porque cada obrero sentirá su propia debilidad humana, implorará la sabiduría y la gracia de Dios, y recibirá la ayuda divina prometida para cada emergencia.6TPI 150.1

    Las circunstancias difíciles debieran crear la firme determinación de superarlas. La eliminación de una barrera dará mayor habilidad y valor para continuar avanzando. Avanzad en la dirección debida y cambiad lo que sea necesario con firmeza e inteligencia. Entonces las circunstancias se convertirán en vuestras ayudadoras y no en estorbos. Comenzad a trabajar. El encino se encuentra en la semilla que es la bellota.6TPI 150.2

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