Loading...
Larger font
Smaller font
Copy
Print
Contents
Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 - Contents
  • Results
  • Related
  • Featured
No results found for: "".
  • Weighted Relevancy
  • Content Sequence
  • Relevancy
  • Earliest First
  • Latest First
    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents

    El mensaje de Isaías 58

    No puedo instar demasiado a todos los miembros de nuestras iglesias, a los que son verdaderos misioneros, a los que creen el mensaje del tercer ángel, a los que respetan la santidad del sábado; para que consideren el mensaje del capítulo 58 de Isaías. La obra de beneficencia ordenada en dicho capítulo es la que Dios requiere que su pueblo haga en este tiempo. Es una obra señalada por él. No nos deja en dudas en cuanto al lugar donde se aplica el mensaje, y al tiempo de su cumplimiento, porque leemos: “Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar” vers. 12. El monumento recordativo de Dios, el sábado o séptimo día, recordativo de la obra que hizo al crear el mundo, ha sido desplazado por el hombre de pecado. El pueblo de Dios tiene una obra especial que hacer para reparar la brecha abierta en su ley; y cuanto más nos acercamos al fin, tanto más urgente se vuelve esta obra. Todos los que amen a Dios demostrarán que llevan su sello observando sus mandamientos. Son los restauradores de la senda en que se ha de andar. El Señor dice: “Si retrajeres del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y al sábado llamares delicia,... entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra”. vers. 13, 14 (NVI). De este modo, la verdadera obra médica misionera está inseparablemente vinculada con la observancia de los mandamientos de Dios, entre los cuales se menciona especialmente el sábado, puesto que es el gran monumento recordativo de la obra creadora de Dios. Su observancia se vincula con la obra de restaurar la imagen moral de Dios en el hombre. Éste es el ministerio que el pueblo de Dios debe realizar en la algo que debidamente cumplido, impartirá abundantes bendiciones a la Iglesia.6TPI 267.3

    Como creyentes en Cristo necesitamos más fe. Necesitamos ser más fervientes en la oración. Muchos se preguntan por qué sus oraciones son tan muertas, su fe tan débil y vacilante, su experiencia cristiana tan sombría e incierta. “¿Qué aprovecha—dicen ellos—que guardemos su ley, y que andemos tristes delante de Jehová de los ejércitos?” En el capítulo 58 de Isaías, Cristo demostró cómo puede cambiarse este estado de cosas. Dice: “¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en tu casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?” vers. 6, 7. Tal es la receta que Cristo prescribió para el alma que desmaya, duda y tiembla. Levántense los pesarosos, los que andan tristes delante del Señor, y socorran a alguien que necesite auxilio.6TPI 268.1

    Toda iglesia necesita el poder guiador del Espíritu Santo; y ahora es el tiempo de orar por él. Pero en toda la obra que Dios hace por el hombre, quiere que éste coopere con él. Con este fin invita el Señor a la iglesia a tener una mayor piedad, un sentido más justo del deber y una comprensión más clara de sus obligaciones con su Creador. Ruega a sus miembros que sean puros, santos y trabajadores. Y la obra de ayudar a otros es un medio para lograrlo, porque el Espíritu Santo se comunica con todos los que prestan servicio a Dios.6TPI 269.1

    A los que se han dedicado a esta obra quiero decir: Continuad trabajando con tacto y habilidad. Animad a vuestros compañeros para que trabajen con algún grupo organizado para colaborar armoniosamente. Conseguid que trabajen los jóvenes y las señoritas de las iglesias. Combinad la obra médica misionera con la proclamación del mensaje del tercer ángel. Haced esfuerzos metódicos y organizados para sacar a los miembros de la iglesia del nivel de inactividad en que han estado durante años. Enviad a las iglesias obreros que vivan de acuerdo con los principios de la reforma pro salud y que comprendan la necesidad de dominar el apetito, pues de lo contrario serán una trampa para la iglesia. Ved si entonces no penetrará el aliento de vida en nuestras iglesias. Es necesario introducir un nuevo elemento en la obra. El pueblo de Dios debe comprender su gran necesidad y peligro, y hacer la obra que tenga más a mano.6TPI 269.2

    El Salvador acompaña siempre a quienes se dedican a esta obra, hablando a tiempo y fuera de tiempo, ayudando a los menesterosos y hablando del amor maravilloso de Cristo hacia ellos. El Salvador impresionará los corazones de los pobres, los miserables y los afligidos. Cuando la iglesia acepte la obra que Dios le encomendó, se cumplirá la promesa: “Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia”. Isaías 58:8. Cristo es nuestra justicia; él va delante de nosotros en esta obra, y la gloria del Señor la sigue.6TPI 269.3

    Todo lo que el cielo contiene, espera ser usado por quien quiera trabajar en las filas de Cristo. En la medida en que los miembros de nuestras iglesias realicen individualmente la obra que les ha sido asignada, se verán rodeados por una atmósfera completamente diferente. Sus labores irán acompañadas de bendición y poder. Experimentarán un refinamiento superior de la mente y del corazón. Quedará vencido el egoísmo que aprisionó sus almas. Su fe será un principio vivo. Sus oraciones serán más fervientes. La influencia vivificadora y santificadora del Espíritu Santo se derramará sobre ellos, y se sentirán más cerca del reino de los cielos. 6TPI 270.1

    *****

    El Salvador no tiene en cuenta jerarquías ni castas, honores mundanales ni riquezas. El carácter y la consagración son las cosas que valen para él. Él no se identifica con los fuertes y los favorecidos por el mundo. El Hijo del Dios viviente se humilla para elevar a los caídos. Por sus promesas y palabras de ánimo procura ganar para sí al alma perdida que perece. Los ángeles de Dios observan para ver cuáles de sus seguidores manifestarán tierna compasión y simpatía. Observan para ver quiénes entre el pueblo de Dios manifestarán el amor de Jesús.6TPI 270.2

    Los que comprenden la miseria del pecado y la compasión divina de Cristo mostrada en su sacrificio infinito por el hombre caído, tendrán comunión con él. Su corazón rebosará de ternura; la expresión de su rostro y el tono de su voz revelarán simpatía; sus esfuerzos se caracterizarán por ferviente solicitud, amor y energía y con la ayuda de Dios tendrán poder para ganar almas para Cristo.6TPI 270.3

    Todos necesitamos sembrar paciencia, compasión y amor; cosecharemos lo que sembramos. Ahora estamos formando nuestro carácter para la eternidad. En la tierra nos educamos para el cielo. Todo lo debemos a la gracia gratuita y soberana. En el pacto, la gracia ordenó nuestra adopción; en el Salvador, la gracia efectuó nuestra redención, nuestra regeneración y nuestra adopción para ser coherederos con Cristo. Comuniquemos esta gracia a otros.6TPI 271.1

    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents