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Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 - Contents
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    Cómo asegurar la asistencia

    Cuando nos preparábamos para realizar un congreso campestre en una ciudad donde nuestra iglesia era poco conocida, me pareció estar una noche en una comisión convocada para consultar sobre la obra que debía llevarse a cabo antes de la reunión. Se sugirió hacer un esfuerzo gigante e incurrir en fuertes gastos en la distribución de avisos y volantes. Mientras se hacían estos arreglos para llevar a cabo esa idea, Uno que es más sabio en aconsejar dijo: “Instalen las tiendas de campaña, empiecen sus reuniones y luego hagan los anuncios; así se lograrán mejores resultados”.6TPI 43.3

    “La verdad expuesta por un predicador entusiasta ejercerá una influencia mayor que la que tendría el mismo asunto publicado en forma impresa. Sin embargo, la combinación de los dos métodos tendrá todavía más poder. Continuar con los mismos métodos de evangelización año tras año, no es el mejor plan. Cámbiese el orden de las cosas. Cuando se le da el tiempo y la oportunidad, Satanás está listo para congregar sus fuerzas y tratará de destruir cada alma. Debe evitarse levantar cualquier oposición antes que la gente tenga la oportunidad de oír la verdad y de saber a lo que se resisten. Economizad vuestros recursos para realizar una vigorosa labor después de la reunión en lugar de antes. Si se puede conseguir una máquina impresora para imprimir durante las reuniones volantes, anuncios y escritos para distribuirlos, eso producirá una influencia eficaz”.6TPI 43.4

    En algunos de nuestros congresos campestres, grupos de obreros entusiastas se han organizado para ir a la ciudad y a los suburbios para distribuir publicaciones e invitar a la gente para que asista a las reuniones. Por este medio se pudo asegurar la asistencia regular de cientos de personas durante la segunda parte de las reuniones, quienes, de otra manera no habrían pensado asistir.6TPI 44.1

    Debemos usar cualquier medio justificable para llevar la luz a la gente. Utilícese la prensa y todos los medios publicitarios que permitan llamar la atención a la obra. Esto no debe considerarse de poca importancia. En cada esquina se ven carteles y anuncios que atraen la atención hacia los más diversos asuntos, algunos de ellos de carácter muy objetable. Quienes tienen la luz del mundo, ¿se conformarán con efectuar débiles esfuerzos para atraer la atención de las multitudes a la verdad?6TPI 44.2

    Las personas que se interesan en la verdad deben enfrentarse a argumentos falaces y falsedades de parte de ministros populares, sin saber cómo responder a estas cosas. La verdad presentada por el evangelista, debe publicarse tan concisa como sea posible y hacerse circular extensamente. Según sea práctico, que los discursos importantes presentados en los congresos, sean publicados en los periódicos. De esa manera, la verdad dirigida a un número limitado de personas podrá llegar a muchas mentes. Y dondequiera que la verdad haya sido falseada, la gente tendrá la oportunidad de saber exactamente qué fue lo que dijo el ministro.6TPI 44.3

    Coloca tu luz sobre un candelabro, para que alumbre a todos los que están en la casa. Si se nos ha dado la verdad, debemos hacerla tan sencilla para otros, que todas las personas sinceras de corazón puedan reconocerla y regocijarse en sus brillantes rayos.6TPI 45.1

    Natanael oró para poder saber con certidumbre si aquel que Juan el Bautista había anunciado como el Mesías, era en verdad el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Mientras exponía su incertidumbre delante de Dios y pedía esclarecimiento, Felipe lo llamó y con tono fervoroso y lleno de gozo, exclamó: “Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret”. Juan 1:45.6TPI 45.2

    Pero Natanael estaba prejuiciado contra el Nazareno. Por la influencia de falsas enseñanzas, surgió la incredulidad en su corazón y preguntó: “¿De Nazaret puede salir algo bueno?” Felipe no trató de combatir su prejuicio e incredulidad. Sólo se limitó a decir: “Ven y ve”. Fue una actitud sabia, porque tan pronto como Natanael vio a Jesús, se convenció de que Felipe estaba en lo correcto. Su incredulidad fue echada a un lado, y una fe firme, fuerte y obediente tomó posesión de su alma. Jesús elogió la fe confiada de Natanael.6TPI 45.3

    Hay muchos en la misma situación que se encontraba Natanael. Están prejuiciados y son incrédulos porque nunca han estado en contacto con las verdades especiales para estos últimos días; o con las personas que las poseen, y se requerirá que asistan a una reunión rebosante del Espíritu de Cristo para eliminar su incredulidad. No importa lo que debamos enfrentar, qué oposición exista, qué esfuerzos para desviar las almas y conducirlas lejos de la verdad de origen celestial; debemos proclamar nuestra fe. Así las personas honestas podrán ver y oír y convencerse por ellas mismas. Nuestra obra consiste en decir como Felipe: “Ven y ve”.6TPI 45.4

    No tenemos ninguna doctrina que haya que ocultar. Quienes fueron instruidos para observar el primer día de la semana como sagrado, consideran que el rasgo distintivo más objetable de nuestra fe es el sábado del cuarto mandamiento. Pero, ¿no declara la Palabra de Dios que el séptimo día es el sábado del Señor nuestro Dios? Es cierto, no resulta fácil realizar el cambio requerido del primero al séptimo día. Esto requiere una cruz. Choca con las prácticas y los preceptos humanos. Personas eruditas han enseñado tradiciones a la gente hasta imbuirla de incredulidad y prejuicios. Sin embargo, debemos decir a esas personas: “Ven y ve”. Dios requiere que proclamemos la verdad y dejemos que el error sea puesto de manifiesto.6TPI 46.1

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