Un excesivo amor de ganancias
Hermano S, el 10 de diciembre de 1871 se me mostró que hay serios defectos en su carácter, los cuales, a menos que sean vistos y vencidos, resultarán ser su ruina; y usted no sólo será pesado en las balanzas del santuario y hallado falto, sino que su influencia determinará el destino de otros. O usted está recogiendo con Cristo o está desparramando.3TPI 270.1
Se me mostró que usted tiene una pasión profundamente arraigada por el mundo. El amor al dinero es la raíz de todos los males. Usted se ufana de estar cerca de lo correcto, cuando no lo está. Dios ve no como el hombre ve. Él mira el corazón. Sus caminos no son nuestros caminos, ni sus pensamientos, nuestros pensamientos. Su gran afán y ansiedad es adquirir recursos materiales. Esta pasión absorbente ha ido aumentando en usted hasta que está teniendo más preponderancia que su amor por la verdad. Su alma se está corrompiendo a través del amor al dinero. Su amor por la verdad y su progreso es muy débil. Sus tesoros terrenales demandan y retienen sus afectos.3TPI 270.2
Usted tiene un conocimiento de la verdad; no es ignorante de los reclamos de la Escritura; usted conoce la voluntad de su Maestro porque él la ha revelado claramente. Pero su corazón no está inclinado a seguir la luz que brilla en su camino. Usted tiene una gran medida de arrogancia. Su amor por el yo es mayor que su amor por la causa de la verdad presente. Su confianza propia y su autosuficiencia ciertamente resultarán ser su ruina a menos que pueda ver su debilidad y sus errores, y se reforme. Usted es arbitrario. Tiene una voluntad propia firme que mantener, y aunque las opiniones de otros puedan ser correctas, y sus juicios erróneos, usted es un hombre que no cede. Mantiene firmemente la opinión que ha expuesto, sin tener en cuenta el juicio de otros. Cómo quisiera que viese el peligro de continuar la trayectoria que ha estado siguiendo. Si sus ojos pudieran ser iluminados por el Espíritu de Dios, usted vería estas cosas claramente.3TPI 270.3
Su esposa ama la verdad y ella es una mujer práctica, una mujer de principios. Pero usted no aprecia su valor. Ella ha trabajado esforzadamente por el bien común de la familia, pero usted no le ha dado su confianza. No le ha pedido su consejo ni ha compartido con ella el suyo, como era su deber. En gran medida, usted mantiene en reserva sus propios asuntos; no le agrada abrirle su corazón a su esposa y permitir que ella conozca lo que piensa y su verdadera fe y sentimientos. Usted es reservado. Su esposa no ocupa en su familia el lugar de honor que ella merece y que es capaz de llenar.3TPI 271.1
Usted siente que su esposa no debiera interferir con sus planes y arreglos, y demasiado frecuentemente establece su voluntad y planes de operación en oposición a los de ella. Actúa como si la identidad de ella debiera fusionarse en la suya. No está satisfecho con que ella actúe como si tuviera una individualidad, una identidad propia. Dios la considera a ella responsable por su individualidad. Usted no la puede salvar, y ella no lo puede salvar a usted. Ella tiene una conciencia propia por la que debe guiarse. Usted está demasiado dispuesto a ser conciencia para ella y a veces para sus hijos. Dios tiene derechos superiores sobre su esposa que los que usted pueda tener. Ella debe formar un carácter por sí misma, y es responsable ante Dios por el carácter que desarrolle.3TPI 271.2
Usted tiene un carácter que formar y es responsable ante Dios por ese carácter. Su influencia es dominante y posee un espíritu dictatorial, lo que no concuerda con la voluntad de Dios. Necesita dejar de ser tan exigente. Usted se ha enorgullecido por su gusto delicado y su capacidad de organización. Tiene muy buenas ideas, pero no ha transferido a su carácter y conducta esta percepción exacta y fina. Ha fallado en perfeccionar un carácter simétrico. Tiene buenas ideas de orden y arreglo, pero todas estas magníficas cualidades de la mente se han embotado al pervertirse. Usted no ha cumplido con las condiciones expuestas en la Palabra de Dios para llegar a ser un hijo de Dios. Todas las promesas de Dios son condicionales. “Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso. Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios” 2 Corintios 6:17-7:1. Usted todavía tiene que obtener esta experiencia. A usted le encanta estar en la compañía de los incrédulos y oírlos hablar, y también le gusta hablar con ellos. Jesús no puede ser glorificado con su conversación, y si usted hubiera tenido el espíritu de Jesús no podría haber estado tanto tiempo en la compañía de quienes no tenían el amor por la verdad de Dios.3TPI 271.3
Usted ha sentido que había obstáculos para que sus hijos llegaran a ser cristianos, y ha sentido que se debía culpar a otros. Pero no se engañe respecto a este asunto. Su influencia como padre ha sido suficiente para interponerse en el camino de ellos, aunque no hubiera habido ninguna otra cosa que lo impidiera. Su ejemplo y su conversación han sido de tal carácter que sus hijos no podían creer que su conducta fuera consecuente con su profesión. Su conversación con incrédulos ha sido de una naturaleza tan baja, y tan liviana, tan llena de chanzas y bromas, que su influencia jamás pudo elevarlos. Su trato con otros no ha sido siempre estrictamente honesto. No ha amado a Dios con todo su corazón, mente y fuerzas, y a su prójimo como a usted mismo. Si hubiera estado en su poder, se habría aprovechado de la desventaja de su prójimo. Cada dólar que le llega de esta manera llevará consigo una maldición que usted sentirá tarde o temprano. Dios marca cada acto de injusticia, sea hecho a un creyente o a un incrédulo, y no lo pasará por alto. Su disposición codiciosa es una trampa para usted. Su trato con sus semejantes no puede soportar la prueba del juicio.3TPI 272.1
Su carácter cristiano está manchado de avaricia. Estas manchas tendrán que ser quitadas, o usted perderá la vida eterna. Cada uno de nosotros tiene un trabajo que hacer para el Maestro; cada uno de nosotros posee talentos para mejorar. El más humilde y pobre de los discípulos de Jesús puede ser una bendición para otros. Quizás no entienda que está haciendo alguna cosa buena en especial pero, por su influencia inconsciente, puede iniciar olas de bendición que se ensancharán y profundizarán, y el feliz resultado de sus palabras y conducta consecuente quizás nunca será conocido hasta la distribución final de recompensas. No siente ni sabe que está haciendo nada grande. No se le pide que se recargue de ansiedad respecto al éxito. Él sólo tiene que ir hacia adelante, no con muchas palabras ni con vanagloria y jactancia, sino callada, fielmente, haciendo la obra que la providencia de Dios le ha asignado, y no perderá su recompensa. Esto es lo que ocurrirá en su caso. El memorial de su vida estará escrito en el libro de registros; y, si usted es finalmente un vencedor, habrá almas salvadas mediante sus esfuerzos, por su abnegación, sus palabras buenas y su vida cristiana consecuente. Y cuando finalmente se distribuyan a todos las recompensas según hayan sido sus obras, las almas redimidas lo bendecirán, y el Maestro dirá: “Bien, buen siervo y fiel... entra en el gozo de tu señor”. Mateo 25:21.3TPI 272.2
El mundo ciertamente está lleno de prisa, y de orgullo, egoísmo, avaricia y violencia; y puede parecernos que es una pérdida de tiempo y esfuerzo estar siempre listos, a tiempo y fuera de tiempo, y en toda ocasión estar preparados para hablar palabras amables, puras, elevadoras, castas y santas, a pesar del torbellino de confusión, bullicio y luchas. Y sin embargo las palabras habladas apropiadamente, procedentes de corazones y labios santificados, y respaldadas por una conducta cristiana piadosa, consecuente, serán como manzanas de oro con figuras de plata. Usted ha sido como uno de los que hablan vanamente y ha aparecido como uno del mundo. A veces ha sido descuidado en sus palabras e imprudente en su conversación y se ha rebajado como un cristiano en la opinión de los incrédulos. A veces ha hablado acerca de la verdad, pero sus palabras no han llevado el tono serio y anheloso que llegaría al corazón. Han estado acompañadas de observaciones livianas, triviales, que harían llegar a aquellos con quienes usted conversa a la conclusión de que su fe no es genuina y que no cree las verdades que profesa. Las palabras en favor de la verdad, habladas con sereno aplomo, procedentes de un propósito recto y de un corazón puro, harán mucho para desarmar a la oposición y para ganar almas. Pero un espíritu duro, egoísta, denunciatorio, sólo alejará de la verdad y despertará un espíritu de oposición.3TPI 273.1
No tiene que aguardar la llegada de grandes ocasiones, ni esperar hasta tener aptitudes extraordinarias, antes de trabajar fervientemente para Dios. No tiene que preocuparse en absoluto de qué pensará el mundo de usted. Si su relación con ellos y su conversación piadosa son un testimonio viviente de la pureza y la sinceridad de su fe, y ellos están convencidos de que usted desea beneficiarlos, sus palabras no se perderán completamente en la experiencia de ellos, sino que producirán frutos para el bien.3TPI 274.1
Un siervo de Cristo, en cualquier departamento de servicio cristiano, tendrá una influencia salvadora sobre otros por precepto y ejemplo. La buena semilla que ha sido sembrada puede yacer algún tiempo en un corazón frío, mundano, egoísta, sin evidencia de que ha echado raíz; pero frecuentemente el Espíritu de Dios obra en ese corazón y lo riega con el rocío del cielo, y la semilla por largo tiempo oculta brota, y finalmente lleva fruto para la gloria de Dios. En nuestra vida no sabemos qué prosperará, si esto o aquello. Éstas no son preguntas para que nosotros, pobres mortales, las resolvamos. Tenemos que hacer nuestro trabajo, dejando el resultado a Dios. Si usted estuviera en la oscuridad y la ignorancia, no sería tan culpable. Pero ha tenido gran luz y ha oído mucha verdad; pero sin embargo, es un hacedor de la Palabra.3TPI 274.2
La vida de Cristo es un ejemplo para todos nosotros. Su ejemplo de abnegación, de sacrificio propio y benevolencia desinteresada es para que lo sigamos. Toda su vida es una demostración infinita de su gran amor y condescendencia para salvar al hombre pecador. “Ámense unos con otros como yo los he amado” (Juan 15:12 (La Biblia Latinoamérica)), dice Cristo. ¿De qué modo nuestra vida de abnegación, sacrificio y benevolencia se compara con la vida de Cristo? “Vosotros sois la luz del mundo”, dice Cristo dirigiéndose a sus discípulos. “Vosotros sois la sal de la tierra” Mateo 5:14, 13. Si éste es nuestro privilegio y también nuestro deber, y somos personas llenas de oscuridad e incredulidad, ¡qué terrible responsabilidad asumimos! Podemos ser canales de luz o de tinieblas. Si hemos descuidado [nuestro deber] de aumentar la luz que Dios nos ha dado, y hemos fallado en avanzar en conocimiento y verdadera santidad cuando la luz ha dirigido el camino, somos culpables y estamos en oscuridad de acuerdo con la luz y la verdad que hemos descuidado en mejorar. En estos días de iniquidad y peligro, los caracteres y las obras de los profesos cristianos por lo general no resistirán la prueba ni soportarán ser expuestos cuando la luz que ahora brilla sobre ellos los examine. No hay concordia entre Cristo y Belial; no hay comunión entre la luz y las tinieblas. ¿Cómo, entonces, pueden estar en armonía el espíritu de Cristo y el espíritu del mundo? El Señor nuestro Dios es un Dios celoso. Él requiere el afecto sincero y la confianza sin reservas de aquellos que profesan amarlo. Dice el salmista: “Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado”. Salmos 66:18.3TPI 274.3
Usted se ha interpuesto directamente en el camino de la salvación de sus hijos. Usted atribuye la indiferencia de ellos hacia las cosas religiosas a causas que no son las verdaderas. Su ejemplo es una piedra de tropiezo para ellos. Ellos saben por sus frutos, por sus palabras y obras, que usted no cree en la pronta venida de Cristo. Algunos de ellos no vacilan en burlarse de la idea de la pronta venida de Cristo y de la brevedad del tiempo. Se alegran mucho cuando usted hace un trato astuto. Piensan que el padre es sagaz en los negocios y que nadie puede aventajarlo, y ellos están siguiendo sus pasos. La fe sin obras, estando sola, es muerta. El dinero le ha dado poder, y usted ha usado ese poder para aprovecharse de las necesidades de otros. Sus especulaciones en la vida comercial no han sido honestas, usted no ha sido justo con sus semejantes. Por sus negocios usted ha sacrificado su reputación de cristiano y de hombre honesto. Mediante negocios justos, los medios no han llegado a su poder suficientemente rápido para satisfacer su sed de ganancia, y usted frecuentemente ha hecho más pesadas las cargas del pobre aprovechándose de su necesidad para incrementar su propiedad. Piense bien, hermano S. Usted está teniendo terribles pérdidas con tal de conseguir ganancias terrenales. Está perdiendo la noble integridad y la virtud celestial, en la hora de la tentación. ¿Es esto ganancia o pérdida? ¿Es usted más rico o más pobre con todo ese aumento? Para usted es una terrible pérdida, porque toma demasiado del tesoro que podría haber estado acumulando en el cielo.3TPI 275.1
Cada oportunidad de ayudar a un hermano en necesidad, o para ayudar a la causa de Dios a esparcir la verdad, es una perla que usted puede enviar de antemano y depositar en el banco del cielo para que sea guardada. Dios lo está examinando y probando. Él le ha estado dando sus bendiciones con una mano generosa y está observando ahora para ver qué uso hace de ellas, para ver si ayudará a los que necesitan ayuda y si sentirá el valor de las almas y hará todo lo que pueda con los medios que él le ha confiado. Cada oportunidad de ésas que es aprovechada aumenta su tesoro celestial. Pero el amor al yo lo ha inducido a preferir las posesiones terrenales aun a costa de las celestiales. Usted elige los tesoros que la polilla y el orín corrompen antes que escoger los que son tan perdurables como la eternidad. Es su privilegio ejercer tierna compasión y bendecir a otros; pero sus ojos están tan cegados por el dios de este mundo que no puede discernir esta preciosa gema: la bendición que se recibe al hacer bien, al ser rico en buenas obras, listo para distribuir, dispuesto a comunicar, colocando para usted un buen fundamento contra el tiempo venidero, para que pueda echar mano de la vida eterna. Usted está poniendo en peligro su alma al no valerse de oportunidades preciosas para asegurarse el tesoro celestial. ¿Es usted realmente más rico con su tacañería, con su administración mezquina? Dios lo está probando, y usted debe determinar si saldrá como oro o como escoria sin valor. Si esta noche se cerrara su tiempo de prueba, ¿cómo estaría el registro de su vida? No podría llevar consigo ni un centavo de lo que haya ganado. Lo acompañaría la maldición de cada acto injusto. Su perspicacia en los negocios, cuando sea vista en el espejo que Dios le presentará, no hará que se alabe a sí mismo. La codicia es idolatría.3TPI 276.1
Su única esperanza es humillar su corazón ante Dios. “Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?” Mateo 16:26. Le ruego, no cierre sus ojos a su peligro. No sea ciego a los intereses superiores del alma, a las benditas y gloriosas perspectivas de la vida mejor. Los ansiosos y agobiados buscadores de ganancia mundanal son ciegos y dementes. Se apartan del tesoro inmortal, imperecedero, por preferir a este mundo. El brillo y el oropel de este mundo cautivan sus sentidos, y las cosas eternas no son valoradas. Trabajan por lo que no satisface y gastan su dinero en lo que no es pan, cuando Jesús les ofrece paz y esperanza y bendiciones infinitas, por una vida de obediencia. Todos los tesoros de la tierra no serían suficientemente valiosos para comprar estos dones preciosos. Sin embargo muchos son dementes y se apartan del atractivo celestial. Cristo conservará los nombres de todos aquellos que consideran que no hay sacrificio demasiado costoso para serle ofrecido sobre el altar de la fe y el amor. Él sacrificó todo por la humanidad caída. Los nombres del obediente, el abnegado y el fiel serán grabados sobre las palmas de sus manos; no serán arrojados de su boca, sino que serán tomados en sus labios, y él rogará en forma especial en su favor ante el Padre. Cuando el egoísta y el orgulloso sean olvidados, ellos serán recordados; sus nombres serán inmortalizados. A fin de que nosotros seamos felices, debemos vivir para hacer felices a otros. Será para nuestro beneficio ceder nuestras posesiones, nuestros talentos y nuestros afectos en devoción agradecida a Cristo, y encontrar así felicidad aquí y en la gloria inmortal del más allá.3TPI 277.1
La larga noche de vigilia, de trabajo y privaciones, casi ha pasado. Cristo viene pronto. Alístese. Los ángeles de Dios están tratando de atraerlo, apartándolo de usted mismo y de las cosas terrenales. No permita que trabajen en vano. Fe, fe viviente, es lo que usted necesita; fe que obra por el amor y purifica el alma. Recuerde el Calvario y el sacrificio atroz, infinito, hecho allí por el hombre. Jesús ahora lo invita a ir a él tal como está y hacer de él su fortaleza y su Amigo eterno.3TPI 277.2