Misioneros en el hogar
Algunos hablan de ir a países lejanos como misioneros, y esto es bueno si el Señor así lo ordena. Un hermano convencido de que estaba en pecado, dijo en cierta ocasión: «Quiero estar convertido para ir a ayudar a los incrédulos». «¿Por qué? —le dije—, comienza en tu hogar. Arregla tus asuntos con Dios donde te encuentras. Renuncia a tus pecados y conviértete en un misionero en tu propio medio». Si no podemos ser misioneros en casa, no podemos esperar hacer el bien en otro campo. A nuestro alrededor hay incrédulos, a poca distancia de donde usted vive hay gente que nunca ha oído de los adventistas del séptimo día ni del mensaje del tercer ángel, gente que conoce muy poco respecto al carácter sagrado de la ley de Dios.SE1 323.1
¡Cuán cierto es esto con relación a San Francisco, Oakland y las pequeñas ciudades cercanas! Hermanos y hermanas, les ruego en el nombre del Señor Jesucristo que se conviertan para que puedan ir a trabajar por los que viven cerca de ustedes. Al avanzar en humildad y fe, la impresión hecha en el corazón y la mente será de tal índole que guiará a quienes acepten la verdad a ser humildes. No se considerarán competentes, ni autosuficientes, sino que se sentarán a los pies de Jesús con mansedumbre y humildad de corazón para aprender de él. Cuando la verdad sea proclamada por los siervos de Dios, los nuevos conversos la recibirán con corazones nobles y sinceros, y esta permanecerá. Así ellos crecerán constantemente en conocimiento y entendimiento.SE1 323.2
En la medida que ustedes trabajen de todo corazón, se revelará el poder transformador de Dios. Sus mismos corazones se enternecerán y se someterán a la influencia del Espíritu Santo. Cristo los protege. Él ha pagado un gran precio por la salvación de ustedes. Desea fervorosamente llevar ante Dios a todos por los que tanto se ha sacrificado. Desea que aprendan a ser obedientes y a tener aspiraciones celestiales. En este mundo hemos de prepararnos para vivir en la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.SE1 323.3
A fin de alistarnos para entrar en esta hermosa ciudad, debemos estar vestidos ahora con el traje de bodas: el manto de la justicia de Cristo. Debemos estar en su presencia sin mancha ni arruga ni cosa semejante. A ustedes no se les ha encomendado señalar las faltas de los demás. Mientras dure el tiempo de gracia cada alma debe estar lavando su propio manto del carácter y preparándose para ser trasladada.SE1 323.4
Es nuestro privilegio, ahora en este mundo, ser colaboradores con Dios. Pero antes que nada debemos convertirnos de nuevo. Únicamente cuando la mente y la lengua sean santificadas estaremos capacitados para el servicio.SE1 324.1
Durante las últimas semanas ustedes han sido muy favorecidos con las oportunidades de estudiar la Biblia. Nadie puede darse cuenta de cuán preocupada estuve al ver la importante obra que debe hacerse de inmediato en California. Cuando el hermano S. N. Haskell y su esposa buscaban primero en un lugar y luego en otro con el fin de visitar varias zonas antes de regresar a Nashville, donde creían que tenían que trabajar de nuevo, les escribí: «Ustedes tienen un mensaje que dar tanto en el sur como en otras partes de California, y les ruego que vengan pronto al oeste”. Estoy tan agradecida de que hayan venido. Ahora que están aquí, deseo profundamente que su obra no sea obstaculizada por nadie. Deseo que ustedes preparen el camino para el Rey y no tengan temor del poder convertidor de Dios. No teman a que la verdad de Dios penetre en la formación de sus caracteres individuales. Si bien esta obra puede hacer pedazos el carácter de ustedes, también puede ayudarlos a desarrollar un carácter íntegro y santificado. Es sumamente necesario que humillemos nuestras almas ante Dios y ante Cristo Jesús, y relacionarnos con nuestro Creador y con nuestros semejantes a fin de que tengamos unidad de acción.SE1 324.2
Leemos más adelante: «Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo que a Dios se refiere” (vers. 17). «En esas cosas”, ustedes ven dónde está la gloria. No está en la exaltación propia, no está en señalar las faltas carácter, sino en humillar el yo ante Dios. Entonces, representarán en su propia vida la vida de Cristo.SE1 324.3
Dice el apóstol: «Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí, para conducir a los gentiles a la obediencia. Y lo he hecho de palabra y de obra» (vers. 18). «Hecho por medio de mí”. ¿Cómo obró Dios mediante Pablo? Pues a través de muchas revelaciones por las que pudo «conducir a los gentiles a la obediencia”. Pablo tuvo muchas visiones maravillosas. Contempló lo que no podía ser descrito por el hombre mortal, y con relación a estas visiones se mantuvo casi en silencio; sin embargo, Dios «obró” a través de su siervo y por la grandeza de las revelaciones acompañó la predicación de Pablo con un poder que no pudo ser resistido. La fe de Pablo fue corroborada completamente por estas visiones que su mensaje era siempre «sí y amén». No podía pensar en decir «no” cuando antes había dicho «sí”. Sus palabras quedaron confirmadas por el peso una evidencia que era inamovible. (Se citan los versículos 18-26).SE1 324.4
Pablo había estado recolectando dinero para los pobres de Jerusalén, con el propósito de que el camino para predicar la verdad pudiera estar abierto ante él. En Jerusalén había muchos que no creían que Jesús había resucitado de los muertos ni que era verdaderamente el Hijo viviente del Dios Altísimo. Pablo deseaba alcanzarlos, por lo que trajo estas aportaciones con el fin de abrir el camino. Respecto a este aporte, Pablo afirmó de los gentiles: (se citan los versículos 27, 28).SE1 325.1