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Sermones Escogidos Tomo 1 - Contents
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    Una decisión de vida o muerte

    Queremos saber, hermanos, si ustedes se entregarán a Dios. Queremos saber si consideran que Dios hizo todo lo que podía hacer por ustedes. Queremos saber si tendrán en cuenta que todo el cielo, piensen solamente en ello, que todo el cielo les fue entregado a ustedes en un solo don: en Jesucristo. Cuando Dios dio a su Hijo, entregó con él los más ricos tesoros del cielo. Son de ustedes, si desean cooperar con él. Él dio todo el cielo; todo el cielo lo dio en ese único don. Todo el cielo está a nuestra disposición. Podemos reclamar todo el cielo. Cuando el pastor acude al campo de labor podrá decir: «Voy en el poder del Dios de Israel. No tengo confianza en el yo. No tengo confianza en mi habilidad finita, sino que tengo la promesa permanente de Uno que dice: “Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”». No tienen falta de poder entonces. ¿Qué otra seguridad necesitan? «Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pedid todo lo que queráis y os será hecho” (Juan 15: 7). ¿Lo creen? ¿Creen en esta la promesa?SE1 169.3

    Hemos sido demasiado mundanos; hemos estado hablando de cosas terrenales; hemos hablado de asuntos terrenales y comunes, y la eternidad ha sido dejada fuera de nuestra consideración. ¿La retomaremos? Que Dios nos ayude para que podamos levantarnos como nunca antes lo hemos hecho. Les digo que esta es una obra individual. No miren a los demás y digan: «Tienen defectos de carácter, son de esa y otra forma». «¿Qué a ti? Sígueme tú”. Hablo de Pedro. El Señor Jesucristo le dijo: «¿Qué a ti? Sígueme tú» (Juan 20: 22). Le mencionó a Pedro lo que le ocurriría, y entonces Pedro dice señalando a Juan: «¿Y qué de este?». Bien, mantente tú dedicado a buscar la gloria de Dios. ¿Qué significa mantenerse dedicado? ¿Qué es lo que quiere decir? Significa que deberían dejar que el mundo salga de sus vidas, y que permitan que las realidades eternas entren. Que Dios nos ayude a ser cristianos en nuestros hogares.SE1 170.1

    Ahora bien, quiero definir qué es un santo. Un santo en el cielo es precisamente lo que alguien es en su propia familia, en el hogar. Si alguien es cristiano en el hogar, lo será en la iglesia y también en el cielo. Sin embargo, Dios nos ha puesto a prueba aquí. ¿Qué les parece? ¿Podrán resistir la prueba? Él dispondrá las circunstancias a alrededor de ustedes para probarlos y ver si hay alguna impureza de carácter en sus vidas. Si hay algún envilecimiento, si hay alguna carnalidad, si hay alguna tendencia satánica, él los probará de una manera, y luego de otra manera. Después los probará en otro aspecto, y después en otro más. Estamos aquí para ser probados y examinados.SE1 170.2

    ¿Qué significa eso? Si ustedes tienen el Espíritu de Cristo amarán a cada alma por la cual Cristo murió. No con sentimentalismo enfermizo, ni con una vil simulación. Nada parecido a eso. Las amarán como Cristo las amó. Desearán preocuparse por las almas con tanto amor que no habrá motivo para los jóvenes, o para los adultos, que sea ocasión de tropiezo o de ser desviados del camino; o un canal para pensamientos impuros. Traten de crear una atmósfera donde el alma pueda ser mantenida receptiva y limpia delante de Dios nuestro Hacedor.SE1 170.3

    ¡Ah, el pecado de la promiscuidad, es terrible! Está sobre muchos, muchos que están aquí. Están corrompiendo sus almas y, sin embargo, creen que son cristianos. Algunos no saben lo que es el pecado. No saben lo ofensivo que es para Dios corromper el templo del alma. Pero yo clamo a ustedes para despejar el camino del Rey. Hay responsabilidades inmensas que descansan sobre nuestras iglesias aquí en California donde han tenido la maravillosa luz de la verdad bíblica. Pregúntense con sinceridad: «¿Soy cristiano?». Si soy cristiano, ¿acaso estoy contemplando a Jesús, el autor y consumador de mi fe? En él están centradas mis esperanzas de vida eterna.SE1 171.1

    Si aquellos que manejan la Palabra de Dios, ministrando a la gente, limpiaran sus corazones de toda iniquidad e impureza y acudir a Dios con corazones puros, como niños pequeños, entonces verían la salvación de Dios. Jesús caminará en medio nuestro. Hemos recibido por gracia invitaciones para ser vasos de honra; por tanto, no necesitamos inquietarnos por la lluvia tardía. Todo lo que tenemos que hacer es mantener el vaso limpio y boca arriba, preparado para la recibir la lluvia celestial, y elevar esta oración: «Que caiga la lluvia tardía en mi vaso. Que la luz del glorioso ángel que se une al tercer ángel, brille sobre mí. Concédanme una parte en la obra. Permítanme realizar la proclamación. Permítanme ser un colaborador con Jesucristo”. Quiero que sepan que al buscar a Dios de esa manera, él los está preparando a todo momento, impartiendo su gracia. No necesitan estar preocupados. No necesitan estar pensando que hay un tiempo especial cuando ustedes han de ser crucificados. El tiempo de ser crucificados es precisamente ahora. Cada día, cada hora, el yo ha de morir; el yo debe ser crucificado; y entonces, cuando llegue el tiempo de prueba que vendrá sobre el pueblo de Dios, los brazos eternos los cubrirán. Los ángeles de Dios establecerán un muro de fuego a su alrededor y los librarán.SE1 171.2

    La autocrucifixión de ustedes no valdrá de nada. Debe ser realizada antes de que se decida el destino de cada alma. Es ahora que el yo ha de ser crucificado, cuando hay una labor que hacer; mientras podemos usar cada talento que hemos recibido. Es ahora que tenemos que vaciar y limpiar completamente nuestro vaso de toda impureza. Es ahora que debemos santificarnos en Dios. Esta es nuestra labor, en este mismo momento. No hemos de esperar un período especial para realizar una necesaria y maravillosa obra; es hoy. Me entrego hoy a Dios.SE1 171.3

    ¿Y qué pasaría si alguien saliera de esta reunión esperando que transcurra una semana, un mes, o un año, para de entregarse a Dios, y es atropellado como le sucedió a nuestra hermana Rowland? ¿Están listos a hacer su entrega ahora? Deben despojarse de sus pecados ahora mismo, pero no piensen que vencerán gradualmente; [que] abandonarán el pecado poco a poco. No obstante, mientras dure el día acepten la invitación no endurezcan sus corazones.SE1 172.1

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