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Sermones Escogidos Tomo 1 - Contents
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    La entrega y la alabanza

    ¿Qué necesita todo hombre y mujer ahora? Entregarse a Dios. Eso es lo que necesita. ¿Entonces qué haremos? Pues empecemos a albergar el mismo amor que Cristo tuvo. Demostraremos que estamos convertidos. Nos amaremos unos a otros. Reconoceremos que cada individuo tiene sus propias pruebas. Comprobaremos que cada alma con la que entramos en contacto sabe lo que significa luchar contra los poderes de las tinieblas. La Biblia dice: «No tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados [...], contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes» (Efe. 6: 12).SE1 181.1

    Bien, sabemos que Satanás lucha en contra nuestra; sabemos que toda la confederación del mal está unida y trabaja en armonía con hombres y mujeres perversos. Satanás y sus ángeles, y los impíos, tratarán de engañarnos, de seducimos mediante palabras y acciones, y de hacer nuestras vidas embarazosas, infelices y desgraciadas. ¿No será una torpe estrategia de los profesos cristianos abrir la puerta de sus casas y decirle al diablo que entre? Muchos están haciendo precisamente eso. ¿No es esta estrategia menos recomendable para ustedes, hablar y actuar dándole cabida al diablo, y luego decir que todo el mundo es enemigo de ustedes y que ustedes son enemigos de todo el mundo?SE1 181.2

    ¿Está el gozo de Cristo en ustedes? ¿Acaso Cristo y Dios son glorificado en ustedes? «De cierto, de cierto le digo que si no nacen de nuevo no podrán ver el reino del cielo” (Juan 3: 3). Ustedes podrán estar habituados por un largo tiempo a enfurecerse y quejarse, por eso su carácter cristiano no se ha perfeccionado. Supongan que cambian el orden de todo y que cuando Satanás comience a introducir quejas, y a encontrar faltas, ustedes empiecen a cantar este himno: «Yo te seguiré, oh Cristo, dondequiera que estés». Tan solo comiencen a cantar. ¿Piensan que eso le agradará al diablo y a toda su confederación de ángeles malos? No; se apartarán de ustedes tan pronto como sea posible. Ustedes protegerán sus almas en contra de ellos.SE1 181.3

    Pero entonces, ¿qué haremos? Pues oraremos más con el espíritu y el entendimiento. Pronunciaremos más palabras agradables porque el corazón estará convertido. Alzaremos las cargas que agobian a las almas, sabiendo que son tentadas por el diablo, y dejaremos de ser motivos de tentación nosotros mismos. Esto es lo que haremos tan pronto estemos convertidos. Pruébenlo y verán lo que esto hará por ustedes, y sabrán que están ejerciendo una fe que obra por amor y que purifica el alma.SE1 182.1

    Les diré qué más deben hacer. Mantengan una alabanza a Dios en sus labios. Lo han hecho tan poco que les parece que es una canción extraña. Sin embargo, necesitamos aprender esa canción porque en el cielo los ángeles están constantemente ofreciendo alabanzas y acción de gracias y gloria al Dios del cielo. Por tanto, necesitamos entender esos acordes aquí, ya que el cielo está mucho más cerca de la tierra de lo que creemos. Asimismo, nosotros estamos mucho más cerca del cielo de lo que imaginamos, porque los seres celestiales están siempre presentes en reuniones como esta.SE1 182.2

    ¿Acaso es eso todo? No. Los mensajeros celestiales se hallan también con ustedes y con sus familias. Esos ángeles desean que la familia terrenal sea un ejemplo de la familia del cielo. Los ángeles están obrando para moldear, conformar a cada familia siguiendo el modelo de la familia divina. Además, ¿no sería una práctica errada hablar y actuar como pecadores, trayendo desunión al seno familiar y haciendo que sus miembros se sientan infelices y miserables? Esta obra es realizada a diario por hombres y mujeres no convertidos, y que afirman ser seguidores de Cristo. Dios nos ayudará a convertirnos para que anunciemos las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable.SE1 182.3

    Además, ¿cómo sabremos si hemos estado bebiendo de las fuentes vivas de salvación? ¿Cómo lo entenderemos? Oh, el corazón cambiará porque de él mana la vida. El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas. Hemos de identificar y conocer por sus palabras y hechos a quienes están convertidos. El hombre malo, del tesoro de su corazón saca cosas malas, mostrando que está bajo el control de Satanás. Cada palabra es una semilla. En palabras y acciones estamos sembrando semillas. Entonces, ¿cuál será la cosecha? Que Dios nos ayude a sembrar para vida eterna, a fin de que cosechemos el valioso grano en esta vida, entonces nuestras buenas obras contribuirán para que las almas se conviertan.SE1 182.4

    Deseo decirles que tienen muchos motivos para regocijarse ahora mismo. Cristo dice: «Venid, venid a mí, y yo os haré descansar». ¿Por qué hemos de regocijarnos? Pues porque Cristo no está en la tumba nueva de José, una gran piedra fue removida de la entrada de la tumba. ¿Dónde está él? ¿Dónde está Jesús? Ha resucitado, se ha levantado de los muertos, ha ascendido a lo alto. Es nuestro Abogado, e intercede a favor nuestro delante del Padre. Tenemos un Amigo en el tribunal. ¡Gracias a Dios que tenemos un Amigo allá! Entonces eleven sus peticiones. La justicia de Cristo está allí. La perfección de Cristo está allí.SE1 183.1

    Podrán detenerse y decir: «Oh, estoy desanimado; estoy desesperado; me siento tan mal”. ¿Qué tienen que ver nuestros sentimientos con este asunto? Díganme. ¿Qué tienen que ver nuestros sentimientos con todo esto? ¿Son acaso más fuertes que la Palabra, la palabra inmutable de Jehová? ¿Cuál es más fuerte? ¿No es la Palabra de Dios una base sólida? ¿No es él la Roca de los siglos? Además, ¿qué harán ustedes? Escóndanse en esa Roca. Entreguen su corazón a Jesús, él los ha comprado con su sagrada vida.SE1 183.2

    Hay miles que se han habituado a quejarse; son quejosos empedernidos. Ellos jamás entrarán al cielo. ¿Cómo podrán ustedes ser curados? Cristo les dice: «Les daré un corazón nuevo». ¿Profesan ustedes creer la verdad? Lo sabré cuando haya un cambio en ese órgano rebelde: la lengua. «Te daré un corazón nuevo». En lugar de quejas motivadas por la levadura del desafecto, encontraremos allí palabras que fortalecerán; hay palabras que unen. No encontrarán nada de qué quejarse en su entorno, sino más bien en sí mismos, en vez de espaciarse en las faltas de los demás. Comenzarán a contemplar y a decir: «¿Estoy bien? ¿Tengo ese amor, esa fe que obra por el amor y purifica el corazón para la segunda lluvia, la tardía, el descenso del Espíritu de Dios?».SE1 183.3

    Algunos comentarán, y empezarán a pensar, a calcular y a considerar cuándo será derramada la lluvia tardía. Preferiría que reflexionaran ahora mismo si han integrado la eternidad en su vida. Consideren si han incorporado la eternidad en su diario vivir. Si están en paz con Dios, estarán listos para recibir a Cristo si él viniera hoy. Lo que necesitamos es a Cristo en nuestro interior, la esperanza de gloria. Deseamos que tengan un anhelo profundo y ferviente por la justicia de Jesucristo. Los viejos y andrajosos vestidos de justicia propia, no les ayudarán a entrar al reino de Dios, pero sí lo hará aquel vestido que ha sido confeccionado en el telar del cielo: la justicia de Jesucristo. Les dará una herencia entre los santificados. Eso es lo que deseamos. Es de más valor que toda ganancia mundana; es más valioso que todas sus fincas; es de más valor que todo el honor que los seres finitos pudieran otorgarles.SE1 183.4

    Lo que deseamos saber es: ¿Están preparándose a diario, individualmente, para unirse con la familia del cielo? ¿Son rencillosos aquí en la tierra? ¿Encuentran defectos en sus hogares? Si lo están haciendo, también le encontrarán a ustedes defectos al cielo. El carácter de ustedes está siendo examinado y probado en esta vida, para determinar si serán ciudadanos del reino de Dios en el cielo.SE1 184.1

    Los padres tienen que trabajar a favor de sus hijos. No permitan que ellos escuchen una palabra quejosa en el hogar. Díganles que hay ángeles contemplándolos y que no deben participar en ninguna práctica pecaminosa. Recuérdenles que los seres celestiales los miran, y no permitan que una sola palabra que deshonre a Dios salga de los labios de ustedes. Ah, hay muchos aquí que necesitan ser convertidos al respecto y a menos que lo hagan, nunca sabrán lo que es el amor y el gozo de Cristo en el corazón, y no podrán ser trasladados para vivir con la familia celestial.SE1 184.2

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