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Mensajera del Señor - Contents
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    Auditorios no adventistas

    Los mensajes de Elena de White eran escuchados por auditorios no adventistas, quienes, a menudo por más de una hora, prestaban atención embelesados y con un sentimiento de gratitud. Un periodista de un diario cubrió una conferencia que ella dio en Battle Creek, Michigan, en 1887:MDS 128.5

    “Anoche, en la conferencia de la Sra. Elena G. de White, en el Tabernáculo, había una buena concurrencia incluyendo a una gran cantidad de nuestra gente más prominente. Esta dama le dio a su audiencia un discurso muy elocuente, el que fue escuchado con marcado interés y atención. Su exposición estuvo intercalada con hechos instructivos que había recogido en su reciente visita a países extranjeros, lo que demostró que esta dama talentosa, en adición a sus muchas otras raras habilidades, posee una gran capacidad para observar con cuidadosa atención y una notable memoria de detalles; esto unido a su fina presentación y a su capacidad de revestir sus ideas con un lenguaje escogido, hermoso y apropiado, hizo de su conferencia una de las mejores que haya sido presentada alguna vez por alguna dama en nuestra ciudad. Ojalá ella pueda pronto favorecer a nuestra comunidad con otro discurso; este es el ferviente deseo de todos los que asistieron anoche, y si ella lo hace, habrá una gran concurrencia”. 25“Mrs. Ellen G. White’s Able Address. A Characteristic and Eloquent Discourse by This Remarkable Lady”, Daily Journal, de Battle Creek, 5 de octubre, 1887. El director y publicador de Free Press, de Newton, Iowa, le concedió amplio espacio al campestre adventista a comienzos de junio de 1875. Entre sus observaciones, dijo: “La Sra. White es una predicadora de gran capacidad y vigor, muy solicitada como oradora en los campestres de la denominación en todos los Estados Unidos, y dedica gran parte de su tiempo a esta obra”.MDS 128.6

    A veces algunos han aseverado que la belleza, el vigor y el poder de los escritos de Elena de White se deben a sus ayudantes editoriales. Pero, ¿quiénes fueron los ayudantes editoriales que se interponían entre ella y sus audiencias? Ningún ayudante literario estuvo a su lado, “puliendo” su gramática “corrigiendo” los detalles, etc., mientras ella usaba “un lenguaje escogido, hermoso y apropiado”.MDS 128.7

    Esta ‘‘dama talentosa” con una “notable memoria de detalles” demostró, como ocurre con muchas otras personas públicas, que las habilidades de oratoria a menudo son diferentes de las técnicas para escribir que uno tenga. Los hábitos de redacción revelan a me nudo que la mente del autor va más rápido que lo que la pluma puede escribir; a pesar de todo, el autor sabe que lo que realmente interesa es el producto final, no las técnicas apresuradas que el autor usa para poner sus pensamientos en el papel.MDS 129.1

    Clifton L. Taylor, un profesor de Biblia a nivel universitario con larga experiencia, reflexionó sobre la ocasión cuando oyó por primera vez a Elena de White: “Toda mi vida había oído hablar de esta mujer, y deseado oírla y verla por mí mismo... Había oído declarar a sus críticos que sus escritos eran mayormente la obra de sus secretarias. Ahora observé que en sus discursos espontáneos sus declaraciones estaban llenas de expresiones exactamente iguales a las que había leído tantas veces en sus escritos... Mientras relataba sus diversas experiencias... me impresionó como alguien que estaba contenta de compartir con otros las riquezas y bendiciones que había recibido”. 26Review and Herald, 25 de septiembre, 1958, p. 3.MDS 129.2

    Comentarios hechos por periodistas seculares no se limitaban a las “talentosas” habilidades de oratoria de Elena de White. También incluían su mensaje directo: “Quisiera que todas las otras creencias religiosas que hay en Battle Creek fueran tan conforme a la moralidad como la de la Sra. White y sus adherentes. Entonces no tendríamos ningún antro infame de vicio, ninguna tienda de bebidas alcohólicas, ningún negocio de venta de tabaco, ningún garito de juegos de azar, no habría aire contaminado con las emanaciones de la bebida ni de ese destructor cruel del hombre, el tabaco”. 27Lansing [Michigan] Republican, 7 de enero, 1880, citado en Bio., t. 3, p. 131.MDS 129.3

    La Sra. White disfrutaba al responder a las invitaciones de iglesias no adventistas. En 1880, después que hubo hablado en el campestre de Salem, Oregon (el que se realizó en la plaza de la ciudad), algunos metodistas se quedaron impresionados. Dirigentes de la iglesia le pidieron que les hablase el domingo siguiente. En una carta a Jaime, ella describió el evento: “El domingo de tarde la iglesia metodista, que se reúne en un magnífico edificio, estaba bien llena. Hablé a unas setecientas personas que escucharon con profundo interés. El ministro metodista me agradeció por el discurso. La esposa del ministro y todos los asistentes parecían muy complacidos”. 28Carta 33a, 1880, citada en Bio., t. 3, p. 142; más adelante en la carta ella dice: “Uno de los ministros metodistas le dijo al Hno. Levitt que él lamentaba que la Sra. White no fuese una fiel metodista, porque ellos inmediatamente la convertirían en una obispo; ella podría hacer justicia al cargo”. Ver también Id., p. 88.MDS 129.4

    En ese notable viaje de 1879 en que seguían en las huellas de los convoyes de carretas de antaño, Jaime y Elena White predicaron la mayor parte de las noches a aquellos que viajaban con ellos y a los que encontraban en el camino. Al escribir sobre cierta experiencia, ella dijo: “Anoche hablé a un centenar de personas reunidas en una respetable capilla protestante. Encontramos allí una excelente clase de personas... Tuve amplia libertad para presentarles el amor de Dios evidenciado al hombre en el don de su Hijo. Todos escucharon con el más profundo interés. El ministro bautista se levantó y dijo que esa noche habíamos oído el Evangelio y esperaba que todos hicieran caso de las palabras allí habladas”. 29Carta 36, 1879, citada en Id., p. 111. En octubre de 1886, Elena de White presentó doce mensajes evangelísticos consecutivos, diez de los cuales están hoy disponibles. Los textos y temas de sus sermones revelan el énfasis Cristocéntrico de los mismos. Ver también Delafield, Elena G. de White en Europa, pp. 271-272.MDS 129.5

    Los dirigentes adventistas comprendían la contribución única que los White prestaban a sus diversas reuniones. Uriah Smith informó lo siguiente sobre el campestre en Sparta, Wisconsin, en 1876: “Aquí, como en Iowa, la presencia del Hno. y la Hna. White constituyó en gran medida la vida de la reunión; sus consejos y labores les dieron el tono a los ejercicios [espirituales] y al progreso de la obra. A veces se le pidió en forma especial a la Hna. White que dirigiera llamados poderosos y que realizara las descripciones más vigorosas de la vida de Cristo de la que pueden extraerse lecciones aplicables a la experiencia cotidiana del cristiano. Las mismas fueron de interés absorbente para toda la congregación. Estos siervos de la iglesia, aunque ahora de una experiencia tan prolongada y grande, todavía siguen creciendo en fuerza mental y espiritual, pese a todas sus labores cansadoras”. 30Review and Herald, 29 de junio, 1876, p. 4.MDS 129.6

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