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Mensajera del Señor - Contents
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    I. La prueba de las predicciones cumplidas 3T. H. Jemison fue uno de los primeros en categorizar estas cuatro pruebas en A Prophet Among You (Mountain View, CA: Pacific Press Publishing Association, 1955), pp. 100112.

    A los contemporáneos de Jeremías se los instruyó a usar el hito de las “predicciones cumplidas” como una de las pruebas de un profeta genuino: “El profeta que profetiza de paz, cuando se cumpla la palabra del profeta, será conocido como el profeta que Jehová en verdad envió” (Jer. 28:9). 4En este caso Jeremías estaba usando de una ironía al hablar al falso profeta Hananías. El principio, sin embargo, permanece.MDS 29.7

    El hacer predicciones, o vaticinios, es sólo un aspecto de la obra de un profeta. En realidad, puede ser sólo una fase menor de su ministerio. A menudo pensamos en Daniel y Juan el Revelador en relación con sus profecías. Sin embargo, su obra como “proclamadores” de Dios fue aun más importante que la de ser “vaticinadores” de Dios. Tanto Juan el Bautista como Moisés fueron “grandes” profetas, pero por otras razones que por sus profecías cumplidas.MDS 29.8

    Al considerar las “predicciones cumplidas”, debemos también comprender el principio de la profecía condicional. Jeremías nos ayuda a entender este principio, cuando informa sobre la conversación del Señor con él: “En un instante hablaré contra pueblos y contra reinos, para arrancar, y derribar, y destruir. Pero si esos pueblos se convirtieren de su maldad contra la cual hablé, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerles, y en un instante hablaré de la gente y del reino, para edificar y para plantar. Pero si hiciere lo malo delante de mis ojos, no oyendo mi voz, me arrepentiré del bien que había determinado hacerle” (Jer. 18:7-10).MDS 29.9

    La profecía condicional, o la incertidum- bre controlada, es un principio bíblico aplicado a declaraciones de una naturaleza predictiva que afectan o implican las respuestas de seres humanos. Toda vez que el desarrollo de los eventos depende de la elección humana, ciertos aspectos del cumplimiento profético son necesariamente condicionales.MDS 29.10

    Un profeta cuyo nombre no se menciona subrayó este principio al anciano Eli: “Por tanto, Jehová el Dios de Israel dice: Yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí perpetuamente; mas ahora ha dicho Jehová: Nunca yo tal haga, porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco. He aquí, vienen días en que cortaré tu brazo y el brazo de la casa de tu padre, de modo que no haya anciano en tu casa” (1 Sam. 2:30-31).MDS 30.1

    Jonás había aprendido en forma dolorosa esta lección de la condicionalidad: “Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo” (Jon. 3:10).MDS 30.2

    La experiencia del joven rey Josías, aunque triste, es otro ejemplo de profecía condicional. El había guiado a su pueblo en una notable reforma (2 Crón. 34). Debido a su fi-delidad, el Señor prometió: “He aquí que yo te recogeré con tus padres, y serás recogido en tu sepulcro en paz” (vers. 28). Pero Josías no murió en paz, ¡murió en una batalla! ¿Qué anduvo mal? El no obedeció la instrucción de Dios. Dios no le ordenó que atacase a Egipto. En realidad, el rey de Egipto le envió un mensaje especial a Josías, destacando el hecho de que el Dios de Josías estaba dirigiendo a Egipto en batalla contra Babilonia: “Deja de oponerte a Dios, quien está conmigo, no sea que él te destruya” (2 Crón. 35:21).MDS 30.3

    El joven Josías debiera haber obedecido a Dios y escuchado la voz confirmatoria del rey de Egipto. Pero no, se disfrazó, condujo a su ejército a la batalla de Carquemis (605 a.C.), y fue muerto. La promesa de Dios de que Josías moriría una muerte pacífica estaba condicionada a una continua obediencia. Cuando dirigentes fieles van contra el consejo de Dios, siguiendo su inclinación personal, Dios no libra a los obstinados de las consecuencias de sus acciones.MDS 30.4

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