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Mensajera del Señor - Contents
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    Elena de White apareció en un tiempo de suprema aflicción

    Elena de White tuvo que contender con el sentimiento prevaleciente entre los dirigentes milleritas de que los fenómenos carismáticos, tales como visiones y trances, debían rechazarse.30Knight, Millennial Fever, p. 273.MDS 39.7

    Igualmente perturbadoras eran las divisiones en aumento y el terrible fanatismo dentro de las filas de los milleritas después del 22 de octubre de 1844. 31Everett N. Dick, “The Millerite Movement, 1830-1845”, en Adventism in America, ed. Gary Land (Grand Rapids, MI: William B. Eerdmans Publishing Corapany, 1986, pp. 3135; Knight, Millennial Fever, pp. 245-293; R. W. Schwarz, Light Bearers to the Remnant (Boise, ID: Pacific Press Publishing Association, 1979), pp. 56-58.MDS 39.8

    Tal vez aun más opresivas eran las expresiones de ridículo y burla por parte de aquellos que habían rechazado a los milleritas antes del Chasco y que ahora ob- servaban la humillación de los chasqueados. 32Land, Adventism in America, pp. 29-30; Schwarz, Light Bearers, p. 53; Bio., t. 1, p. 54.MDS 39.9

    En adición a lo ya mencionado, la joven Elena era sólo una adolescente, upa niña muy enferma que apenas podía hablar más que en un susurro. Pero en diciembre de 1844, Dios le dio una visión. ¿Quién la escucharía a ella, la “más débil de los débiles”?MDS 40.1

    Con el transcurso del tiempo, la renuente, modesta, inmutable fidelidad de Elena Harmon para ser mensajera de Dios en tiempos sumamente problemáticos, se convirtió en el punto de apoyo para fervientes estudiosos de la Biblia que querían saber qué estaba bien y qué estaba mal sobre el 22 de octubre de 1844. Asi como en el camino a Emaús, Jesús se acercó en forma especial a los sinceros pero perplejos creyentes en los meses que siguieron al “magnífico chasco”. 33Ver C. Mervyn Maxwell, Magnificent Disappointment (Boise, ID: Pacific Press Publishing Association, 1994).MDS 40.2

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