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Mensajera del Señor - Contents
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    Prácticas alimenticias de Elena de White después de 1900

    ¿Cuáles eran las prácticas alimenticias de la Sra. White en Elmshaven después de su regreso a los Estados Unidos en 1900? Una cantidad de cartas revelan la rutina diaria de ese hogar atareado con muchos empleados y miembros de la familia que comían juntos. Entre las características alimenticias del hogar de los White se hallaban las siguientes: 33Bio., t 6, pp. 393-396.MDS 313.5

    • El desayuno a las 7:30 a.m. y el almuerzo ala 1 :00 p.m., las horas más convenientes según fueron decididas por la numerosa familia.MDS 313.6

    • No came, no mantequilla, no queso, no “mezclas grasosas de comida”; “todos están satisfechos” con la crema de las dos vacas.MDS 313.7

    • Elena de White prefería vermicelli [fideos delgados] y tomates envasados cocinados juntos, lo cual comía con bizcochos tostados de marcado sabor a canela; frutas cocidas de varias clases enriquecían su comida principal. Otros artículos usados ocasionalmente incluían maíz seco cocinado con leche y pastel de limón.MDS 313.8

    • Todos los miembros de la familia numerosa [que le acompañaba] comían artículos que satisfacían mejor sus necesidades. (Elena de White decía que ella no se constituía en un criterio para los demás.)MDS 313.9

    • Cualquiera que deseaba comer a la noche estaba en libertad de hacerlo.MDS 313.10

    • Siempre se proveía una variedad de comida: sencilla, saludable y sabrosa.MDS 313.11

    ¿Qué conclusiones extraeremos de esta trayectoria que ella recorrió paso a paso?MDS 313.12

    • Las principales visiones de salud de Elena de White, de 1863 y 1865, abarcaron todos los aspectos del mensaje de la reforma pro salud que ella recalcó hasta su muerte. Los cambios ocurridos a lo largo de los años en materia de énfasis en ciertos puntos sólo refinaron esos principios; no añadieron o sustrajeron nada de ellos. Con el transcurso del tiempo, aun los profetas deben dedicar tiempo para asimilar los principios revelados, tiempo para que la teoría se convierta en realidad en sus propias vidas. Ella recomendaba constantemente el principio, en la práctica como también en la enseñanza, de que cada uno que está consagrado a la verdad pasará de lo malo a lo bueno, de lo bueno a lo mejor, de lo mejor a lo óptimo. Tal fue su experiencia.MDS 313.13

    • Elena de White veía la diferencia entre sustancias patentemente dañinas (bebidas alcohólicas, puerco, tabaco, té y café) y aquellos artículos de la dieta que no eran saludables al consumirlos sin moderación (carnes limpias, leche, huevos, sal y azúcar). Algo de este conocimiento divinamente inspirado, especialmente respecto al puerco, le llegó como una sorpresa. Otros puntos se estaban discutiendo en el siglo XIX, pero en ningún otro lugar se encontraban todos los principios que ella adelantó en forma integrada en un programa práctico. En ningún otro lado se hallaban estos principios expresados con el propósito de preparar a un pueblo para la venida del Señor.MDS 314.1

    • Lo que puede parecer que son deslices en el viaje de ella de lo bueno a lo mejor (en la incorporación de principios de salud divinamente revelados a la práctica de su vida), puede ser bien entendido por aquellos que recuerdan su propio viaje desde lo bueno a lo mejor. Circunstancias que están más allá del control de uno y la ausencia de lo mejor dictan a menudo preferencias que no siempre son la elección preferida de uno. Aquellos que comprenden el Evangelio, aquellos que entienden que Dios sólo pide que hagamos lo mejor bajo las circunstancias que prevalecen, aquellos que entienden que la obediencia a un deber conocido no se hace para impresionar a Dios (legalismo) sino para honrarlo, tales personas comprenderán por qué en raras ocasiones y en circunstancias inusuales Elena de White comió algo de carne.MDS 314.2

    • Elena de White siguió el principio del tema del Gran Conflicto que se reflejó en el ejemplo de Cristo: la verdad nunca debiera ser impuesta. Siempre que tuvo una oportunidad apropiada, ella transmitió a otros los principios de la reforma pro salud como los había recibido: un sistema integrado y coor dinado de principios que aseguran la salud de la mente, el cuerpo y el alma. Fue clara y enérgica respecto a la relación de la salud con el crecimiento espiritual de uno y el destino eterno. Pero no obligó, amenazó o forzó a otros a hacer lo que sabía que deberían hacer; no podía ser conciencia o criterio para otros. Ese hecho, en sí mismo, revela la verdad acerca de Dios y nuestra responsabilidad mutua. 34 Basada en sus principios nutricionales, la Sra. White dividió los alimentos en tres categorías principales: (1)Alimentos para ser usados abundantemente, tales como frutas, granos y vegetales. (2) Alimentos para ser usados moderadamente, como ser sal, nueces y ciertas grasas no animales.(3) Alimentos dañinos a la salud (algunos peores que otros), como ser productos animales, café, té, alcohol, etc. Cartas 45,1903; 62, 1903; 127,1904; 50, 1908, citadas en Consejos sobre el régimen alimenticio, pp. 588-591.MDS 314.3

    Ahora podemos comprender mejor qué quiso decir Elena de White cuando declaró lo siguiente en la sesión del congreso de la Asociación General de 1909: “Algunos aseveran que no he seguido los principios de la reforma pro salud conforme los ha preconizado mi pluma; pero puedo afirmar que he practicado fielmente dicha reforma. Los miembros de mi familia saben que ello es verdad”. 35Joyas de los testimonios, t. 3, p. 359.MDS 314.4

    En intentos modernos para comprender la historia, juzgamos demasiado frecuentemente el pasado por el presente, muy a menudo inadvertidamente. Los individuos del pasado deben ser juzgados en el contexto de sus circunstancias, no las nuestras. En un tiempo cuando no había refrigeradoras, cuando conseguir fruta y vegetales frescos dependía del lugar donde uno vivía y del tiempo del año, cuando raramente podían conseguirse los sustitutos de la carne antes de la introducción de la manteca de maní [cacahuete] y de los cereales secos (a mediados de la década de 1890), 36 Excepto frijoles, que no todos podrían comer: “Yo no puedo comer habichuelas (judías verdes) [frijoles], porque son veneno para mf”—Carta 19a, 1891, citada en Consejos sobre el régimen alimenticio, p. 593. en algunas ocasiones uno comía carne o no comía nada. En nuestros días, por lo menos en los países desarrollados, el consumo de carne raramente es una necesidad.MDS 314.5

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