Loading...
Larger font
Smaller font
Copy
Print
Contents
Mensajera del Señor - Contents
  • Results
  • Related
  • Featured
No results found for: "".
  • Weighted Relevancy
  • Content Sequence
  • Relevancy
  • Earliest First
  • Latest First
    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents

    Los consejos y llamados de Elena de White a D. M. Canríght

    La experiencia de Elena de White con D. M. Canright ilustra bien su interés por la gente como también los tristes resultados cuando rechazan su consejo. Los esposos White reconocieron tempranamente la capacidad de Canright para el ministerio, que era superior al promedio. El pronto llegó a ser un evangelista y polemista sobresaliente. Pero a menudo se desanimaba y se requería que los White y otros dirigentes le dedicasen una atención personal cercana para mantenerlo concentrado en la misión. 32Bio., t.2, pp. 455-456; t. 3, pp. 152-153.MDS 234.2

    En 1882 Canright renunció a la predicación y se dedicó a trabajos agrícolas. En una carta a un amigo en 1884 dijo que ya no tenía más confianza en las visiones de Elena de White. “No tengo sentimientos negativos contra ninguno de ellos [obreros destacados de la iglesia], excepto la Sra. White. Ciertamente le tengo mucha aversión... Pero ellos son buenos hombres después de todo, y nunca me opondré a ellos voluntariamente”. 33 Carrie Johnson, I Was Canright’s Secretary (Washington, D.C: Review and Herald Publishing Association, 1971), p.65.MDS 234.3

    En respuesta a las instancias de sus amigos, Canright asistió al campestre de Jackson, Michigan, en septiembre de 1884. Allí confesó una vez más su error ante mil personas y declaró que las nubes de la oscuridad se habían alejado. Buscó humildemente el perdón de Elena de White. En la Review del 7 de octubre de 1884, él publicó toda la historia que lo condujo a su rechazo de Elena de White, citando un testimonio tras otro que él pensaba que eran demasiado severos o inexactos. Pero ahora había cambiado su manera de pensar. Escribió: “Quiero decirles a mis amigos de todas partes que ahora no sólo acepto, sino creo que los testimonios son de Dios. Conociendo la oposición que he sentido hacia ellos, este cambio en mis sentimientos es más asombroso para mí que lo que puede ser para otros”. 34Id, pp. 65-72; Bio., t. 3, pp. 263-267. Testimonios a los Canright que han sido puhlicados aparecen en Testimonies, t. 3, pp. 304-329 (1873); Mensajes selectos, t 2, pp. 184194 (1880); Testimonies, t. 5, pp. 516-520 (1886).MDS 234.4

    Durante 1885 y los primeros meses de 1886, casi cada número de la revista de la iglesia tenía artículos vigorosos, lógicos, escritos por Canright. Su artículo, “A Aquellos que Están en el Castillo de la Duda”, fue quizás el más sólido de todos; en él repasó su propia experiencia, afirmando pilar tras pilar con evidencias en favor de las doctrinas de la Iglesia Adventista y la validez del ministerio de Elena de White. 35Review and Herald, 10 de febrero, 1885. Dedicó el verano al evangelismo agresivo, escribió cartas amigables a la Sra. White en Europa, y se pensaba bien de él en toda la denominación.MDS 234.5

    Sin embargo, dirigentes claves conocían las debilidades de Canright como también sus puntos fuertes. Cuando G. I. Butler, no Canright, fue escogido presidente de la Asociación de Michigan en 1886, Canright aparentemente hizo su decisión. En enero de 1887 le dijo a Butler que no sería más un adventista del séptimo día. En marzo, ahora predicando para los bautistas, comenzó su campaña para retractarse de todas sus múltiples confesiones y afirmaciones en favor de la fe adventista que había hecho vez tras vez durante años. 36 Johnson, I Was Canright’s Secretary, pp. 74-80. Canright no podía aceptar consejo. La voz del Señor a través de su mensajera no era bienvenida, aunque a menudo lo había afirmado públicamente.MDS 234.6

    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents