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Mensajera del Señor - Contents
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    Cómo entregaron los profetas sus mensajes

    A lo largo de la historia el espíritu de profecía ha usado tres métodos para dar los mensajes de Dios: en forma oral, escrita o dramatizada.MDS 13.2

    Oral. La presentación regular, tipo sermón, es quizás la forma mejor conocida del trabajo de un profeta. Pensamos inmediatamente en Jesús dando su sermón sobre el Monte de las Bienaventuranzas (Mat. 5-7), o en el sermón de Pedro el día de Pentecostés (Hech. 2). Todo el libro de Deuteronomio fue un discurso oral en el cual Moisés recapituló los cuarenta años previos de la historia israelita. Muchos de los profetas menores entregaron primero sus mensajes oralmente.MDS 13.3

    Además de estas presentaciones más formales, los profetas registraron por escrito sus consejos dados antes a dirigentes individuales o a grupos de personas. Isaías escribió su entrevista con Ezequías (Isa. 37). La mayor parte del libro de Jeremías es un resumen escrito de sus mensajes públicos. Ezequiel transcribió sus conversaciones anteriores con los dirigentes de Israel. Por ejemplo: “En el sexto año, en el mes sexto, a los cinco días del mes, aconteció que estaba yo sentado en mi casa, y los ancianos de Judá estaban sentados delante de mí, y allí se posó sobre mí la mano de Jehová el Señor” (Eze. 8:1; ver 20:1).MDS 13.4

    Estas entrevistas privadas como las de Natán con David (2 Sam. 12:1-7); Jeremías con Sedequías (Jer. 38:14-19); y Jesús con Nicodemo (Juan 3), fueron también consideradas dignas por el espíritu de profecía de una aplicación más amplia.MDS 13.5

    Además de sus deberes más oficiales y públicos, los profetas escribieron cartas personales a personas que tenían necesidades especiales.MDS 13.6

    Por escrito Los mensajes escritos tienen ventajas sobre otras formas de comunicación. Pueden ser leídos y releídos. En comparación con una presentación oral, son menos susceptibles de una mala interpretación. El Señor le dijo a Jeremías que escribiese un libro que contuviese las palabras que él le daría. Jeremías le pidió a Baruc que fuese su ayudante editorial, y el libro eventualmente fue leído al pueblo de Jerusalén y al rey. Años más tarde, el profeta Daniel (9:2) habla de su lectura de los mensajes de Jeremías y de cómo Jeremías había prometido liberación para el pueblo de Dios después de la cautividad de setenta años. Al mismo Daniel se le dijo que escribiese un libro especialmente para quienes viviesen en “el tiempo del fin” (12:4).MDS 13.7

    El apóstol Pablo escribió catorce libros del Nuevo Testamento, y todos ellos menos uno fueron cartas a varias iglesias o a sus pastores. Algunas de sus cartas no se incluyeron en la Biblia, como la carta a la iglesia de Laodicea (Col. 4:16).MDS 13.8

    Pedro también escribió cartas a varios grupos de iglesia: “Amados, esta es la segunda carta que os escribo, y en ambas despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento” (2 Ped. 3:1). También escribió cartas privadas, tal como a Silvano (1 Ped. 5:12).MDS 13.9

    Juan escribió por lo menos tres cartas además de su Evangelio y el libro de Apocalipsis: “Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido” (1 Juan 1:4).MDS 13.10

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