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Mensajera del Señor - Contents
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    Promotora de la causa de ayudar a los que están en condición desventajosa

    Durante más de siete décadas Elena de White proveyó a la iglesia, con gran énfasis, una vasta reserva de instrucciones específicas y llenas de ternura respecto a la responsabilidad del cristiano hacia los enfermos, los disminuidos físicamente y los que están en una situación económica desventajosa. Sus consejos escritos reflejaban su práctica personal.MDS 224.1

    Sus diarios están llenos de simpatía y preocupación por los pobres y los que sufren. Por ejemplo, su diario de 1859, cuando ella era una madre de 31 años, con tres hijos activos, contiene referencias no sólo a sus muchas cartas sino también muchos apuntes sobre lo que hizo con su familia, etc.: “Domingo, 2 de enero. Di a la hermana Irving una capa abrigada y vestido y unas pocas otras cosas para que se las reforme para ella ”. “Lunes, 3 de enero. Pagué a la hermana Bognes $ 1.00 por hacer un saco. No estaba dispuesta a recibirlo, pero sentí que era mi deber entregárselo. Ella es pobre y enfermiza. Quiera el Señor compadecerse de ella y cuidarla. Jesús dijo: ‘A los pobres siempre tenéis con vosotros’. Líbrenos el Señor del egoísmo y nos ayude a cuidar de las necesidades de otros y aliviarlas ”. “Jueves, 6 de enero. Di a Agnes un vestido medio usado para su madre. Son pobres. El esposo y padre está enfermo. Han fracasado sus cosechas. Necesitan comprar alimentos y no tienen con qué comprarlos. Agnes es su principal sostén. Tiene sólo 17 años. Hay cuatro niños ahora en el hogar. Sufrirán a menos que la iglesia se interese en ayudarlos. Tenga el Señor misericordia de los necesitados y ponga en el corazón de sus hijos el socorrerlos con mano liberal ”. 33 El ministerio de la bondad pp. 339-340. Los diarios continúan así a lo largo de los años.MDS 224.2

    Su ejemplo personal le añadía poder a sus palabras cuando enrolaba a otros en el ministerio de la bondad. En 1860 escribió las siguientes líneas en la revista de la iglesia: “Los recursos en el Fondo de Pobres, consistentes de ropas, etcétera, para los necesitados, están casi exhaustos. Y como constantemente surgen casos de indigencia, y uno nuevo ha surgido recientemente, pensé que sería bueno que aquellos que tienen ropa de vestir, ropa de cama y dinero disponibles que lo envíen aquí inmediatamente. Esperemos que no haya ninguna demora, porque vamos a ayudar a algunos necesitados tan pronto como consigamos y reunamos las cosas. Envíen sus donaciones al Sr. Uriah Smith o a mí ”. 34 Review and Herald, 30 de octubre, 1860, p. 192.MDS 224.3

    Siempre se tenía en cuenta la dignidad de la persona que estaba siendo ayudada. Elena de White hacía claro el hecho de que era apropiado dar ropa usada a los necesitados sólo si era adecuada para que la usasen sin sentir vergüenza: “Algunos de nuestros hermanos me dicen: ‘Despréndase de su ropa vieja y así ayudará a los pobres’. Si yo regalara las ropas que remiendo y agrando, la gente no podría ver nada [en las ropas] que pudieran usar. Compro para ellos un material nuevo, fuerte y duradero. He visitado las fábricas donde hacen las telas de lana y he comprado una cantidad de saldos que quizá tengan alguna falla, pero que pueden ser comprados baratos y harán bien a aquellos a quienes los demos. Yo puedo permitirme usar las viejas ropas hasta que ya no se pueden componer más. He comprado para su tío tela excelente para pantalones y chalecos, y ahora él está provisto de ropa buena y digna. En esta forma, puedo proporcionar vestidos durables a familias que tienen muchos niños, cuyos padres no podrían ni siquiera pensar en conseguirlos”. 35Carta 89a, 1894, citada en El ministerio de la bondad, pp. 346-347.MDS 224.4

    En los diarios y archivos de cartas de Elena de White se encuentran pedidos a alguna persona, en favor de otros, como el caso de este estudiante necesitado: “Sírvase preguntarle al hermano en cuanto a la ropa que necesita, y lo que necesite, proporcióneselo y cárguelo a mi cuenta ”. 36Id, pp. 347-348.MDS 224.5

    Por supuesto, Elena de White comprendía que su familia y unos pocos más no podrían proveer para todas las necesidades desesperantes de los que la rodeaban, incluyendo a los necesitados en la iglesia. Mientras estaba en Australia, organizó una “Sociedad Dorcas ” para aliviar en cierta medida la carga que llevaba por los que estaban en una situación desventajosa. Esto fue lo que escribió sobre una reunión de la Sociedad que se reunió en su casa: “Anoche celebramos una reunión de Dorcas en nuestro hogar y mis empleadas, que ayudan en la preparación de mis artículos para las revistas, cocinan y cosen; cinco de ellas quedaron en pie hasta medianoche cortando tela para vestidos. Confeccionaron tres pares de pantalones para los niños de una familia. Dos máquinas de coser estuvieron trabajando hasta medianoche. Pienso que nunca hubo un grupo más feliz de trabajadoras que lo que fueron esas niñas anoche”. 37Id., p. 353.MDS 224.6

    En su propio hogar, que a menudo estaba lleno de familiares y compañeros de trabajo enfermos, los White trabajaron en “actividades médico-misioneras”. Daban asilo a enfermos que habían sido desahuciados por los médicos, y muchos se recuperaban bajo el “poderoso Sanador”: “Usábamos los sencillos tratamientos con agua y luego tratábamos de que los pacientes fijaran la mirada en el gran Salvador”. 38 Id. , p. 343.MDS 225.1

    Como una modalidad general de su vida, Elena de White daba amplias sumas de dinero a aquellos que necesitaban ayuda financiera. A veces animaba a otros a que diesen otro tanto de lo que ella daba. A menudo ella aclaraba que daba principalmente con el propósito de ayudar a los necesitados para que llegasen a ser autosuficientes. Una de esas ocasiones sucedió en 1889 cuando le pidió a C. H. Jones que duplicase su donativo de 100 dólares para ayudar a Nellie L., una esforzada viuda con tres hijos que estaba tratando de autoeducarse para trabajar en un jardín de infantes de modo “que pudiera mantener a sus hijos consigo”. Ella escribió: “Ayudaré a Nellie con cien dólares si ustedes hacen lo mismo... ¿Animarán a otros para que la ayuden a iniciarse en la vida? Sería mucho mejor hacer esto que esperar y permitir que Nellie se agote con ansiedad y preocupaciones y caiga en la lucha, dejando a sus hijos desvalidos, huérfanos, para ser cuidados por otros... Sé que ella luchará con todas sus facultades para sostenerse a sí misma”. 39Id., pp. 344-345. Elena de White recalcó frecuentemente que el blanco al ayudar a otros es ayudarlos a que lleguen a ser autosuficientes. Ver Testimonies, t. 1, pp. 480-481; Id, t. 6, pp. 188-189; Joyas de los testimonios, t. 2, pp. 517-518; El ministerio de curación, pp. 138-147; Historical Sketches, p.293; Review and Herald, 18 de abril, 1871; 3 de enero, 1899.MDS 225.2

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