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Mensajera del Señor - Contents
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    Ambiente religioso

    Sería difícil encontrar algún otro período en la historia de los Estados Unidos que se aproximase al fermento religioso de mediados del siglo XIX. 21K. S. Latourette, A History of the Expansión of Christianity (New York: Harper & Brothers, 1941), t. VI, pp. 442-443, 450; VII, p. 450.MDS 47.7

    “Predicadores de reavivamientos y milenaristas, partidarios de pequeñas comunidades y utopistas, espiritistas y profetizadores, célibes y polígamos, perfeccionistas y trascendentalistas”, todos le estaban añadiendo sabor a la escena religiosa previamente dominada por las denominaciones convencionales. 22Edwin S. Gaustad, “Introduction”, Gaustad, The Rise of Adventism, p. xv.MDS 47.8

    Las iglesias establecidas se estaban desgarrando por conflictos internos, especialmente los calvinistas de la Antiguay la Nueva Escuela. El énfasis wesleyano sobre la gracia gratuita produjo un asombroso aumento en la “primacía de la experiencia religiosa”. Nuevos grupos religiosos estaban surgiendo con sorprendente éxito, pero “en ninguna parte aparecieron en mayor variedad que en el cálido semillero del área rural de Nueva York”. 23Winthrop S. Hudson, “A Time of Religious Ferment”, Gaustad, The Rise of Adventism, p. 7.MDS 47.9

    Los campestres, primariamente metodistas, eran invernaderos espirituales donde se fusionaban diversas etapas de exuberancia con la sensación de “nuevas revelaciones”, la posibilidad de experimentar santidad aquí y ahora, y la conciencia de participar en el cumplimiento de “antiguas esperanzas milenarias”. 24Id., p. 9. Los gritos de los angustiados se mezclaban con los gritos de alabanza y gloria. Las caídas, las convulsiones, las vociferaciones, aun el gateo y el rodamiento sobre el piso, la danza celestial, las risas y los gritos de miles al mismo tiempo, “creando tal volumen de ruido que el sonido se extendía por millas”, todos esos elementos se convirtieron en características notables de aquellos que eran “heridos por el Espíritu”. 25Charles A. Johnson, The Frontier Camp Meeting (Dallas: Southern Methodist University Press, 1955), pp. 52-64. Ver Apéndice A para una descripción de un testigo ocular de un campestre o congreso a comienzo de 1800.MDS 47.10

    El “espíritu” de los campestres se extendía a los servicios semanales de la iglesia y a los tabernáculos evangélicos en la ciudad. Los evangelistas profesionales continuaban el legado del campestre con predicación de alto voltaje; el respeto por la “religión de antaño” se reflejaba en los cantos de los campestres, que todavía hoy son efectivos.MDS 47.11

    Como uno podría esperar, los primeros adventistas (muchos de ellos ex metodistas) a menudo expresaban sus sentimientos espirituales como lo hacían otros protestantes evangélicos. “Gritar”, por un corto rato, era probablemente el modo más característico de expresión pública. 26Malcolm Bull y Keith Lockhart, Seeking a Sanctuary (San Francisco: Harper & Row, 1989), p. 152.MDS 47.12

    La notable coincidencia de la emergencia del mormonismo, la Ciencia Cristiana y el espiritismo moderno con el surgimiento de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en la primera mitad del siglo XIX, ya se indicó en el capítulo previo.MDS 48.1

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