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Mensajera del Señor - Contents
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    Las debilidades de Fannie Bolton

    ¿Qué conclusion debiéramos extraer de todo esto? Por un lado, muchas cartas revelan tanto la paciencia como el interés de Elena de White por el bienestar de Fannie. Por el otro, los documentos indican que Elena de White no evitó la confrontación cuando resultaron evidentes las tergiversaciones de Fannie. Desafortunadamente, las confesiones de Fannie, por francas y directas que fueran, no cambiaban sus debilidades.MDS 480.5

    ¿Cuáles eran las debilidades de Fannie que causaban sus “ataques explosivos de enojo”? 20Id, p. 53.MDS 480.6

    En una carta de 1895 dirigida al Dr. J. H. Kellogg, la Sra. White escribió respecto a Fannie: “Ella tiene un temperamento que en un momento está por las nubes y al siguiente, en las profundidades, en proporción a cuán alto estaba”. 21Id, p. 59.MDS 480.7

    Como Fannie confesó claramente en 1892: “Lamento mi dureza de corazón al centrar por tanto tiempo mis pensamientos sobre mí misma y al mirar críticamente a los demás”. 22Id, p. 5. Parte de su crítica era que Elena de White se daba todo el crédito por sus libros y artículos “cuando aquellos que preparaban el material no eran reconocidos;... que las ideas [de Fannie] eran puestas en los libros y revistas, y sin embargo se las hundía fuera de la vista”. 23Id, pp. 23,29. Sus reclamos exagerados sobre cuánto había ella “mejorado” los manuscritos con sus propias palabras llegaron a ser tema corriente de conversación en Australia. La siembra de estas semillas de falsedad crearon discordia y zozobra, aun entre aquellos que valoraban profundamente los escritos de Elena de White. Esto ponía en peligro la legitimidad e integridad del ministerio de la Sra. White. 24Fueron muchas las confesiones de Fannie respecto a la diseminación de dudas sobre la integridad de los escritos de Elena de White. En una extensa carta [a la Sra. White] escrita en 1897 desde Battle Creek, ella declaró: “Los testimonios personales que han parecido tan severos, tan duros, tan anticristianos, ahora parecen llenos de amor y bondad. Pensar que Dios me escribe mediante usted... las palabras no pueden expresar mi gratitud. Ese testimonio que yo pensé tan cruel, es mi tesoro. ¿Por qué he persistido en ser ciega por tanto tiempo?... Quise decir la verdad; pero la duda, las sospechas, la ampliación de sus deñciencias literarias y de las excelencias literarias de sus editores me hicieron dejar una falsa impresión debido a mi propia concepción falsa de las cosas, pero para mí real... En cuanto al testimonio que usted me envió acerca de mis sentimientos, faltas, errores y la ignorancia de mi actitud, declaro que es cierto, cierto hasta la médula”. — Id, pp. 83,85-86.MDS 480.8

    La sed que tenía Fannie de reconocimiento y aprobación la impulsó a hacer muchas tergiversaciones sobre la manera en que eran preparados los artículos y libros de Elena de White. En un tiempo cuando pocas personas parecían capaces de entender la diferencia entre la inspiración verbal y la inspiración de pensamiento, tergiversar información “interna” lindaba con la traición. 25Fannie Bolton, más tarde en 1901,habló de su hipocresía como “mi rebelión”. —Id, p. 103. MDS 480.9

    A la raíz de los problemas de Fannie, además de su disposición nerviosa, alocada, y su deseo de ser reconocida, estaba el hecho de que consideraba los escritos de Elena de White sólo como un esfuerzo literario. La Sra. White le escribió en 1894: “En su mente, ellos [los escritos inspirados] son colocados demasiado a menudo en un mismo nivel con las cosas comunes; pero las ideas, palabras y expresiones que a usted le parecen más bien inferiores, y que considera como no esenciales, pueden ser precisamente las cosas que debieran aparecer tal como están, en su simplicidad... Los escritos que se le han dado, los ha manejado usted como un asunto indiferente,y a menudo ha hablado de ellos como quitándoles valor en la estima de otros... Al cambiarlos, usted no los ha mejorado, sino que los ha debilitado y diluido con sus ideas supuestamente brillantes”. 26Id, pp. 20-21.MDS 480.10

    Al Dr. J. H. Kellogg ella le escribió: “ [Fannie] ha caracterizado mis escritos como que se necesita tomar todos los pedazos y ponerlos en orden en otro estilo. Si este es el caso, cuanto antes abandone yo la pluma, mejor. El poder de la imaginación es bueno, pero cuando conduce a un estilo ampuloso que sólo crea emoción, no me interesa que se mezcle con mi trabajo”. 27Id. p. 59. MDS 481.1

    Después que Fannie Bolton regresó a Battle Creek, el Dr. Kellogg escribió en 1897: “La Srta. Bolton se ve delgada y se encuentra extremadamente nerviosa e histérica. Ha escrito algo para mí, pero no he podido usarlo. Lo que ella escribe parece exhibir el carácter histérico, nervioso, que ella muestra en su manera de ser. Creo que está enferma”. 28Id, p. 73. MDS 481.2

    La Sra. S. M. I. Henry, dirigente de temperancia reconocida nacionalmente y una conversa a la fe adventista, 29 Ver pp. 409,517 le escribió a Elena de White en 1898 acerca de su amiga de largo tiempo, Fannie Bolton: “Ella siempre ha sido obstinada e impetuosa, y nunca ha recibido educación de ningún tipo que le habría ayudado a corregir esas cosas, de modo que esos rasgos se han desarrollado con su crecimiento... A veces he temido, como usted misma lo expresa, que estos últimos años su mente no esté exactamente bien equilibrada”. 30Id, p. 89. MDS 481.3

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